Federico Kukso: "En la punta de mi nariz hay un universo"
El periodista argentino especialista en cultura, ciencia y tecnología se lanzó a responder preguntas sobre la historia del olor. ¿Cómo olían los romanos? ¿Qué aroma tenían las calles del pasado? Su recorrido empieza en el Big Bang y llega hasta nuestros desodorizados días.
Federico Kukso es argentino y se volcó al estudio de la historia de los olores en cambridge, donde había un intenso olor a canela mientras estudiaba.
Hijo de un otorrinolaringólogo, Federico Kukso creció entre los libros de su padre y como muchos lectores en el mundo, se rindió a los 16 años a la pluma de Patrick Suskind. La novela "El perfume", una lectura que dice le abrió "la cabeza y también la nariz". Los universos de Baudelaire, Flaubert, Balzac, Rimbaud y Proust también lo condujeron a detalladas descripciones de fragancias e inmundicias que repletan los 25 capítulos de su "Odorama".
La canela
Kukso cuenta que fue en 2015 cuando este libro eclosionó. Él vivía en Estados Unidos gracias a una beca de investigación que lo llevó a Harvard y al MIT.
"Mientras vivía en Cambridge -en Massachusetts-, me percaté que el olor de la canela lo gobernaba todo, su presencia era muy fuerte, casi dictatorial. Ahí me hice lo que llamo 'la pregunta por el olor', que en el fondo es la gran operación de mi libro: hablar e indagar en aquello que no se habla, lo silenciado, lo que ha estado en segundo plano. Descubrí que en la punta de mi nariz había un universo de historias desconocidas.
-¿Qué descubriste sobre los olores?
-Que tienen una esencia fantasmagórica, esotérica. De repente, al caminar por la calle o en casa, un aroma nos asalta, nos invade, nos conquista. Millones de moléculas ingresan en nuestro cuerpo y provocan una reacción, una emoción o un recuerdo.
-¿Y cómo haces para escribir sobre olores del pasado?
-Es difícil, porque los olores no se preservan por mucho tiempo. Es un trabajo detectivesco, de reconstrucción de una época a partir de testimonios desparramados en tratados médicos, en jeroglíficos, poesías, en la mitología o en manuales de cocina. Y es fascinante imaginar cómo olerá el mundo en el futuro, qué olores nuevos habrá, qué aromas se extinguirán, cómo cambiará de olor nuestro cuerpo, las ciudades y países.
-¿Qué tan diverso es el mundo en cuanto a cómo apreciamos los olores?
-No hay dos personas que huelan el mundo de la misma manera, la diversidad olfativa es enorme y tiene que ver con lo genético y lo cultural. Hay neurocientíficos que aseguran que todos tenemos, al menos, un olor que no podemos detectar, algo así como un punto ciego olfativo que heredamos.
-Y culturalmente, ¿cómo es?
-Cada cultura instituye en cierto punto qué olores son agradables. Y también es curioso que cada época tenga una sensibilidad y tolerancia olfativa propia. Quizás para nosotros -ciudadanos del siglo XXI- el olor del estiércol nos parece despreciable, inaguantable, pero era el olor que predominaba en las ciudades antes de la introducción de los automóviles. Los caballos aromatizaban con sus desechos las ciudades. Y la gente lo toleraba porque no conocía otra realidad. Y no hay que olvidar que los animales huelen el mundo de una manera muy distinta a cómo lo olemos nosotros. Para elefantes, ratas, perros, el mundo debe ser un paisaje odorífero e intenso.
Perdidas y hallazgos
En este mundo olfativo, pérdidas y hallazgos se suceden a lo
Por Amelia Carvallo
"La pandemia impulsó el redescubrimiento del olor, no es la primera enfermedad que le quita el olfato a muchas personas".