Entra en vigor el megatratado RCEP firmado por 15 países
ASIA PACÍFICO. La Asociación Económica Integral Regional (RCEP) es encabezada por China, fue negociada por casi una década y representa 30% del PIB global.
Agencias
La Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el mayor tratado de libre comercio del mundo firmado por 15 países de Asia-Pacífico, entró en vigor ayer sábado con la esperanza de que incentive la recuperación económica en plena pandemia.
El tratado se empezó a gestar en el seno de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), pero China ha ido adquiriendo protagonismo por su tamaño y hegemonía económica, que avanza en detrimento de Estados Unidos, que no forma parte de la RCEP.
"El comercio es un importante factor de crecimiento en Asia, y la entrada en vigor de la RCEP pondrá a Asia en la trayectoria de crecimiento anterior al covid-19", dijo el jefe regional de Comercio Global de HSBC en Asia Pacífico, Ajay Sharma.
El experto afirmó que el tratado aumentará el comercio entre los países asiáticos, que es actualmente más voluminoso que el que tiene con Norteamérica y Europa juntos.
"La RCEP facilitará a las empresas usar el Sudeste Asiático como una base de producción y podría acelerar la diversificación de las cadenas de suministro y la relocalización de las inversiones ya en marcha en Asia", agregó Sharma.
Uno de los puntos claves es que los países firmantes podrán beneficiarse de la bajada de aranceles si pueden demostrar que al menos el 40% de las partes de sus productos tienen origen en la región de la RCEP.
El tratado entró en vigor en Australia, Brunéi, Camboya, China, Japón, Laos, Nueva Zelanda, Tailandia, Singapur y Vietnam, mientras que el 1 de febrero lo hará en Corea del Sur y aún no lo ha ratificado Birmania y Filipinas.
Casi una década
La RCEP, que empezó a negociarse en 2012, es un acuerdo económico que busca eliminar los aranceles y cuotas en el 65% de los productos, que se ampliará al 90% en 20 años, y otras barreras al libre comercio.
Los países firmantes representan un mercado de unos 2.200 millones de personas, cerca del 30% de la población mundial, en la región con mayor crecimiento económico del globo.
El tratado armoniza las normas sobre la propiedad intelectual y aborda la economía digital y el comercio electrónico, en auge tras el inicio de la pandemia, pero no contiene regulación sobre los derechos laborales y el impacto medioambiental.
Sindicatos y activistas de la región critican que el megatratado se haya negociado de forma opaca, sin consultar a la sociedad civil, y que una mayor liberalización de la economía se producirá en detrimento de los servicios públicos, el medio ambiente y derechos laborales.
Otro temor de las organizaciones de campesinos es que la RCEP acelere la pérdida de tierras en la región, donde en la última década 9,6 millones de hectáreas han pasado de las comunidades rurales a multinacionales como la singapurense Wilmar, la surcoreana Daewoo o la china Beidahuang, según datos de la ONG Grain.
Sin la india
El analista del Instituto de Estudios Internacionales y Extratégicos (ISIS, en sus siglas en inglés) en Malasia Calvin Cheng opinó que las economías firmantes se beneficiarán de la RCEP a corto y, sobre todo, a largo plazo.
La RCEP representa el primer tratado de libre comercio de Japón con China y Corea del Sur y también el primer megaacuerdo comercial del que forma parte Pekín.
En 2019, India decidió salirse del acuerdo para proteger su mercado, incluido el sector agropecuario, ante el temor a verse inundada de productos más baratos, principalmente de China.
Tras la salida de India, la RCEP quedó algo mermada, aunque se estima que el producto interior bruto (PIB) combinado de los países firmantes asciende a unos 26,2 billones de dólares, lo que equivale al 30 % del PIB global.