Fiesta con luces y no con fuegos
Cambiar detonaciones sonoras por tecnología silenciosa es la propuesta para las próximas celebraciones valdivianas. Ver el cielo iluminado al cambiar el calendario es una emoción única y turísticamente atractiva. Eso no tiene por qué terminar.
Hace veinte años, los valdivianos despidieron 2001 con un espectáculo lumínico en Niebla. Desde diciembre de 2022 esa posibilidad podría volver, de acuerdo a lo afirmado por la alcaldesa Carla Amtmann la semana pasada, al anunciar que Valdivia vivirá una transición desde los eventos de fuegos artificiales hacia el uso de luces, tanto para festejar Año Nuevo, como en la Semana Valdiviana.
Sus palabras se suman a las de otros alcaldes en comunas como Viña del Mar, San Pedro de la Paz, Curanilahue; antes, La Florida y Punta Arenas; los cuales decidieron terminar con los fuegos pirotécnicos, basando su decisión en el gasto que conlleva y la contaminación acústica que produce, afectando a los niños pequeños, a las personas con condiciones del espectro autista, a los adultos mayores, como también a las mascotas y a la fauna, especialmente aves.
Su determinación tiene reflejo también en la Ley 21.310, promulgada en febrero de 2021, que hace más estrictos los permisos para los espectáculos y prohíbe expresamente uso que "turbe gravemente la tranquilidad pública o infundieren temor en la población". Esas últimas palabras refuerzan la ilegalidad de los fuegos artificiales que utilizan, por ejemplo, los narcotraficantes.
Por supuesto que una fiesta comunitaria es muy distinta a la promoción de drogas; pero los efectos del ruido son igualmente nocivos. Y a eso apuntan las reglas.
Por otra parte se debe recordar que desde 2000 está prohibida la venta y uso de los fuegos artificiales manuales como cohetes, estrellitas, petardos, "viejas", bengalas y otros comúnmente visibles como juego de niños en las calles. Esto, por el gran riesgo de quemaduras, algo que la Corporación de Ayuda al Niño Quemado (Coaniquem) ha advertido por décadas a través de la campaña "Alto al Fuego".
Con todo, coincidamos en que ver el cielo iluminado al cambiar el calendario es una emoción única y turísticamente atractiva. Eso no tiene por qué terminar. Los drones o focos puede causar efectos similares. Un ejemplo fue la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokyo en julio pasado. Algo así, a escala local y acotando costos, podría ser igualmente bello; pero cambiando detonaciones por tecnología.