Finalizó la restauración de siete muebles de la Iglesia de Punucapa
TERCERA ETAPA DEL PROCESO. Proyecto es impulsado por la comunidad, coordinado por la arquitecta Macarena Almonacid y ejecutado por el restaurador Alfonso Valdebenito.
En 2016, la comunidad de Punucapa comenzó la restauración de la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria, de esa localidad. En diciembre pasado concluyó la tercera etapa de ese proceso, el que consideró la intervención en altares y muebles decorativos, que poseen un alto valor histórico y estético.
El proyecto, impulsado por el Voluntariado Nuestra Señora de la Candelaria de Punucapa, fue implementado con el financiamiento de una subvención entregada por la Municipalidad de Valdivia.
Fue dirigido por la arquitecta Macarena Almonacid y su ejecución en terreno estuvo a cargo del restaurador Alfonso Valdebenito y su hijo Javier, ambos con experiencia en los altares, imágenes religiosas y pintura en las iglesias de Chiloé, que son Patrimonio de la Humanidad.
La iniciativa implicó la restauración y conservación de siete bienes muebles históricos, que en algún momento cumplieron función y hoy tienen un valor simbólico, y otros que siguen cumpliendo una función.
El trabajo de restauración de esos bienes muebles comenzó a mediados de noviembre de 2021 y se prolongó por, aproximadamente, un mes.
Los trabajos
La acción fue abordada con distintos criterios de intervención de los bienes muebles.
"Lo primero que se hizo fue realizar estratigrafías a los muebles, es decir, se fue decapando la pintura y se pudo identificar que, sobre todo, en el altar mayor, que hoy día es la base donde el sacerdote dirige la misa, así como el altar de la Virgen de la Candelaria tenían colores dorados en los detalles de sus ornamentos; en estos casos, que son los dos muebles que tienen más valor de uso y simbólico, se devolvió el color original", explicó la arquitecta.
"Se hizo un trabajo bien bonito en términos técnicos, de limpieza de los muebles, de decapado, de resane de faltantes, y luego de sacar los colores antiguos y colocar los nuevos", agregó.
Los otros objetos identificados fueron un mueble auxiliar, un mueble alcancía, una base catafalco, catafalco y retablo.
El catafalco -explicó- es un objeto que tiene la apariencia de un ataúd y que en la iglesia católica se utilizaba para velar difuntos cuyos cuerpos no habían sido encontrados.
"Ese objeto ya no se utiliza. Pero ese ataúd también tenía una base, que es un mueble largo y que sí hoy día lo ocupan en la iglesia; en algún momento recibió la imagen del Sagrado Corazón de Jesús", explicó.
Para la base, el trabajo se abordó con las siguientes etapas: limpieza mecánica del mueble, clavado y reposición de elementos, resane, nueva limpieza mecánica, pintura y barniz fijador.
En tanto, para el catafalco se consideró limpieza mecánica del mueble, refuerzo de tablas y aplicación de químicos antixilófagos.
Para el catafalco y el retablo, los trabajos fueron de conservación, de manera de frenar los agentes de deterioro y guardar estos objetos para que, en el futuro, pudiesen ser parte de una muestra museográfica, que es el interés de la comunidad de Punucapa.