Tenemos un grave problema regional: los proyectos inmobiliarios donde grandes empresas, sólo motivadas por el fin del lucro, construyen en la periferia urbana, causando impactos negativos en zonas de la cordillera de la costa y en la pre cordillera andina, afectando gravemente nuestros recursos naturales.
En nuestra región se ha iniciado un proceso irreversible, con la valiente y certera decisión política y administrativa de la alcaldesa Carla Amtmann de la comuna de Valdivia, que instruyó la paralización inmediata a la construcción de viviendas en seis proyectos inmobiliarios en Cutipay, Pilolcura, Loncoyén Alto, Tres Pinos, Los Pellines y Pino Huacho.
La decisión, que a posteriori se ha visto respaldada por la presentación de recursos judiciales y el involucramiento del Consejo de Defensa del Estado, ha dejado ver las falencias y falta de coordinación y por qué no decirlo, falta de servicio de una o más entidades públicas. El tema es tan complejo, que se ha llegado a determinar que existen 17 servicios con pertinencia en el tema, la falta de coordinación de éstos, más los vacíos legales, permitirían explicar la sensación del "por qué no se hace nada". Se calcula que hay 50 proyectos "formales "en ejecución en la región, no se tiene la cifra exacta de la cantidad de "lotes" de cada uno de ellos; sí se sabe que hay proyectos con más de 1.000 subdivisiones, sobre todo en terrenos que fueron agrícolas y que por estar cerca de ríos o lagos, son el foco de la avaricia y de la especulación.
Entre otros conflictos, hemos visto cómo los cursos de agua, parte fundamental de las reservas acuíferas que tiene la región, la pérdida del suelo agrícola, también en terrenos de comunidades mapuches, cerca de comunidades o en tierras reivindicadas afecta en alguna medida a todas las comunas del territorio.
Es decir, hoy día tenemos instalado un grave problema, que tiene muchas dimensiones en el marco de escasez del recurso hídrico, que complican a los actuales comités de agua potable rural, contaminación medioambiental, especialmente la calidad de vida de vecinos y vecinas que por muchos años viven en esos territorios. Nos parece que frente a esta grave situación es necesario tener un cambio de legislación. Este problema es prioridad para nuestra gestión, también para nuestros municipios, tenemos que tomar cartas en el asunto y por ello lo estamos revisando; tenemos que hacer que nuestro gobierno y parlamentarios avancen en cambios legislativos y podamos dar las seguridades necesarias, estableciendo que no todo el país se vende, que no todo está disponible para el negocio especulativo, que nuestros recursos de agua y de tierra hay que protegerlos, por el bien de los habitantes del territorio y su entorno.
"...debemos dar seguridades necesarias, estableciendo que no todo el país se vende, que no todo está disponible para el negocio especulativo..."