Cuidar humedales de turberas
Un gran incendio amenaza un ecosistema delicado en Tierra del Fuego. Desde esa realidad es necesario llamar a la reflexión. Se debe crear conciencia de largo plazo, pero hoy el llamado urgente es a colaborar y difundir para que el siniestro en el extremo austral sea controlado.
El 2 de febrero fue celebrado el Día Mundial de los Humedales y, mientras se intenta crear conciencia sobre la protección de estos importantes ecosistemas, en Tierra del Fuego se vive uno de los mayores desastres naturales de los últimos años. Un gran incendio forestal afecta desde el 25 de enero a la comuna de Timaukel y las llamas son combatidas desde ayer con aviones cisterna, para evitar que lleguen al Parque Natural Karukinka, donde se resguardan valiosos ecosistemas.
Se trata de bosques antiguos y de humedales-turberas. Según un comunicado entregado desde WCS Chile, la institución a cargo, el lugar es "reservorio de carbono que se ha acumulado por miles de años" y advierten que un daño en él podría liberar ese componente a la atmósfera, generando un escenario "que tendría repercusiones no solo para Chile sino que a nivel global frente al cambio climático".
De acuerdo a sus datos, la vegetación del lugar almacena, en conjunto, unos 418 millones de toneladas de CO2, equivalentes -aseguran- a 3 años de emisiones de Gases de Efecto Invernadero de Chile.
Lamentablemente, se ha hablado poco de este tema a nivel público. Y no solo del incendio, que es lo urgente y ya ha consumido más de mil hectáreas; sino de la necesidad de proteger los humedales de turberas (vegetación con antiguos depósitos de materia orgánica), que regulan los ciclos hídricos de los bosques, filtran sedimento y son importantes reservorios de agua dulce. En Los Ríos se encuentran las turberas más "nortinas del país". Están en el sector de la Cordillera Pelada, en el área protegida del Parque Alerce Costero. Los especialistas Jorge Valenzuela y Roberto Schlatter, grandes defensores y difusores de los humedales, estudiaron este paisaje, pero es necesario que la comunidad conozca más sobre él, para que también lo proteja. La cordillera donde viven debe su nombre a los sucesivos incendios forestales que la arrasaron desde el siglo XVIII en adelante, algo que no debe volver a ocurrir. Se debe, entonces, ayudar a crear conciencia de largo plazo sobre este espacio regional y sobre todos los similares en Chile. Pero hoy el llamado urgente es a colaborar para que el siniestro en Tierra del Fuego sea controlado pronto.