Rechazar los actos de violencia
El atentado registrado ayer en Mariquina debe ser investigado y condenado por todos los sectores, pues daña la convivencia. En la última década solamente una persona ha sido condenada por atentados de características similares ocurridos en Los Ríos.
Un nuevo atentado delictual ocurrió en Los Ríos en la madrugada de ayer y vuelven a encenderse alertas respecto del problema llamado "violencia rural", que afecta también al Bío Bío y La Araucanía. Incluso ayer se levantaron voces solicitando, nuevamente, que el estado de excepción que rige en esa zona se extienda hacia esta región.
Aparentemente (ver páginas 2-3) los hechos fueron vinculados a la solicitud de libertad de personas condenadas por hechos similares, algo que el delegado presidencial César Asenjo rechazó y luego anunció una querella invocando la Ley Antiterrorista.
En este último punto es necesario detenerse. Recurrir ante la justicia es la acción lógica que el gobierno puede y debe hacer ante este tipo de situaciones; sin embargo, pocas de esas acciones legales llegan a término. Sin ir más lejos, la investigación por un atentado similar ocurrido en 2017 -quemaron 29 camiones en esa oportunidad- fue cerrado en noviembre de 2019 sin culpables, ni claridad frente a lo realmente ocurrido. Lamentablemente, sí estuvo teñido por los hechos de la "Operación Huracán", que develó graves faltas y falsas investigaciones efectuadas entonces por carabineros en dos regiones de la macrozona.
Más allá de ese hecho, en la última década solamente una persona detenida en Los Ríos por hechos de este tipo ha sido condenada. Se trata del comunero de nacionalidad argentina Facundo Jones Huala, quien fue acusado en 2013 por un incendio en Río Bueno y cumple condena desde 2017. Ayer, precisamente (ver página 3), la Corte Suprema revocó el beneficio de libertad condicional que le había sido otorgado en enero.
Claramente, esa es una señal positiva respecto del cumplimiento de las normas y una muestra de que, aunque los procesos demoren, las instituciones realizan su labor. Y se debe confiar en ellas.
Sin embargo, resulta inevitable que situaciones como el atentado de ayer contra 19 camiones en Mariquina sumen sensación de inseguridad en la ciudadanía en general, que merece garantías de protección, tranquilidad y paz en lo inmediato y en el largo plazo.
En este contexto, no cabe más que apoyar las investigaciones y condenar la violencia de manera transversal, sin ningún tipo de excepciones.