"Asegurar la atención de los pacientes ha sido uno de los desafíos en la pandemia..."
LABOR. Oncólogo radioterapeuta abordó el trabajo de la Unidad durante la crisis sanitaria, así como los avances tecnológicos para tratar el cáncer.
Desde 2015, la Unidad de Radioterapia del Hospital Base Valdivia ha llevado adelante un proceso orientado a desarrollar modernas técnicas de radioterapia, que le permiten hoy día posicionarse como unos de los centros públicos del país con mayor número de casos tratados con dichas técnicas.
Es así como en 2020, en plena pandemia, implementó técnicas de tratamiento con radiocirugía corporal, logrando tratar tumores con intención curativa, por ejemplo, de próstata y pulmón, de forma más efectiva y segura, lo que ha permitido optimizar los recursos y mejorar las posibilidades de curación de los pacientes.
Hoy, la Unidad de Radioterapia está liderada por el oncólogo radioterapeuta Hernán Letelier, viñamarino formado en la Universidad de Valparaíso y en la Universidad de Barcelona, España. Hace siete años se desempeña en el Hospital Base Valdivia y, además, en la Clínica Alemana y en la Fundación Oncológica de Valdivia.
Letelier -quien es vicepresidente de la Sociedad Chilena de Radioterapia Oncológica- conoció la oncología como especialidad en sus primeros años de pregrado; sin embargo -relata- no fue hasta el último año de internado cuando descubrió que era su vocación, principalmente, "por la oportunidad de brindar posibilidades de curación en estas patologías y, también, alivio y una mejor calidad de vida en los casos más avanzados", dijo.
¿Cuáles han sido los principales desafíos para mantener la atención de pacientes con cáncer durante la pandemia?
-Han sido múltiples los desafíos. El primero y más importante es no perder las oportunidades de diagnóstico y de estudio precoz, eso se ha visto notoriamente mermado por la pandemia y, probablemente, va a costar mucho tiempo volver a reencauzar. Desde el punto de vista de mi especialidad, del área oncológica, el asegurar la continuidad de la atención de los pacientes; yo tengo un balance más o menos positivo, porque, si bien hubo una disminución de la atención, nunca se suspendieron ni se dejaron de hacer radioterapias; la unidad de quimioterapia también se mantuvo en funcionamiento y, al igual que cuidados paliativos, tuvo que adaptarse a esta nueva situación. Felizmente, no ha habido grandes brotes a nivel de funcionarios, debido a los cuidados que todos hemos tenido y eso ha permitido mantener la atención.
Otro desafío va en la línea de adaptarse a esta nueva forma de trabajar: reuniones virtuales, a veces privilegiar las consultas telefónicas, menos contacto físico muchas veces con los pacientes y con sus familias, menos posibilidad de visita a los pacientes hospitalizados, una dinámica de trabajo que a todos nos ha cambiado y nos ha llevado, rápidamente, a adaptarnos para poder hacerle frente a la pandemia.
¿La pandemia ha invisibilizado, de alguna manera, el cáncer como problema de salud pública?
-Sin duda, ha habido una cierta invisibilización. Por un lado, es algo esperable, porque el impacto que ha significado el covid-19 en toda la red asistencial mundial, nacional, pública y privada ha sido enorme. Y, por otra parte, todas las medidas que se han adoptado para hacer frente a la pandemia han reducido el acceso de las personas a las atenciones, a los diagnósticos, a los controles de rutina, entonces eso ha llevado a que algunas enfermedades, como las cardiovasculares y, especialmente, el cáncer, se hayan invisibilizado. Desde una mirada más crítica, ha puesto en vista de todos y ha revelado que tenemos un déficit como sistema, porque se nos presentó una enfermedad grave, de impacto global como el covid y, si bien hay aspectos positivos, se descuidó el resto de las patologías. Entonces, esa capacidad de caminar y mascar chicle, como se dice, al mismo tiempo ha sido tremendamente desafiante y esa es una lección para el futuro.
Un estudio de colegas chilenos, publicado el año pasado en una de las mejores revistas científicas, hizo una estimación de que va a haber un aumento de, aproximadamente, un 15 por ciento de cáncer versus un escenario donde no hubiera habido covid y eso va a estar asociado, naturalmente, a mayor mortalidad.
Ese es un impacto muy grande…
-Es tremendo y, probablemente, nos va a costar muchos años retomar la capacidad de atención, convencer a los pacientes de que tienen que ir