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cumplir con el rol de concejal y hacerlo de la mejor manera posible, siempre siendo propositivo, fiscalizador y el día de mañana la consecuencia de ese trabajo dirá cuáles son las puertas que se abren. Son variados los caminos, pero lo principal es cumplir con el rol que la ciudadanía nos ha encomendado y es importante también responder a ello. Estamos viviendo momentos de mucha complejidad y creo que lo principal es cumplir con las expectativas que recaen sobre nosotros, que son altas.
¿Éste es un Concejo de diálogo, de acuerdos?
-Cada uno tiene sus posiciones y miradas. Y con las personas que me he encontrado diría que la gran mayoría son bien agradables y con gran parte de ellas tengo muy buena relación, muy buena llegada, creo que con argumentos se puede conversar y llegar a acuerdos y, en general, hemos podido establecer una buena relación en torno a distintas discusiones que se han ido dando al interior del Concejo. Ha sido muy positivo encontrar la buena disposición de los colegas y la capacidad de diálogo, que siempre es un atributo muy importante a la hora de llegar a acuerdos.
¿Cuál es el objetivo de la comisión de derechos humanos e inclusión, y cuáles han sido los avances, sobre todo, en esta última materia?
-Desde nuestro rol de concejal hemos trabajado porque el municipio sea un actor clave en temas de inclusión. Partimos conociendo lo que hace el programa de inclusión municipal, hemos trabajado porque la Omil (Oficina Municipal de Intermediación Laboral) amplifique la oferta que tiene de acuerdo a la Ley 21.015, de Inclusión Laboral, para que el municipio pueda contratar más personas en situación de discapacidad y ver cómo ofrecemos más programas, siempre esperamos ir un poco más allá de lo que exige la ley. Estamos trabajando con diversas organizaciones para poder elaborar planes que el municipio ojalá pudiera implementar a futuro.
¿Cuál es su mirada de cómo se aborda la inclusión a través de las políticas públicas?
-En Chile no hay políticas de inclusión en dispacidad. Y eso tiene que ver con la mirada de que no se ve la discapacidad como algo común. Durante mucho tiempo la discapacidad fue ocultada en la sociedad. Según la última Encuesta Nacional de Discapacidad, en Los Ríos, que es la tercera región con mayor porcentaje en adultos, el 23,8 por ciento, casi una de cada cuatro personas está en situación de discapacidad. Siempre digo que debemos partir construyendo la sociedad desde la discapacidad; cuando hablamos de transporte público, por ejemplo, las micros no están adaptadas, recién en el último año se presentaron nuevos microbuses para personas con situación de movilidad reducida. Las personas, en su vejez, van a sufrir algún tipo de discapacidad. Entonces, creo que pensar la discapacidad como algo cotidiano es lo que debemos fomentar, es difícil, pero en ese esfuerzo estamos.
¿Existe la voluntad en el municipio para avanzar en materia de inclusión?
-Sí. Lo hemos conversado con la alcaldesa y con los demás concejales. Siempre se ha mostrado preocupación por levantar estos temas, ha habido muy buena disposición al diálogo, a escuchar propuestas y a avanzar. Creo que una de las deudas que tiene el municipio y Valdivia propiamente tal, siendo una ciudad tan bonita, es lo poco accesible que es y lo poco que se puede disfrutar, y como decía, una de las principales falencias es el transporte público, que si bien no es resorte municipal es algo en lo que debiéramos avanzar.
En materia de seguridad, ¿se ha enfrentado de forma correcta el tema de los vendedores ambulantes en la costanera?
-Ha habido varios problemas. Desde que se presentó este plan fui muy crítico de ello. De hecho, fui el único que rechazó la modificación presupuestaria que hubo para proveer financiamiento, porque manifesté mis reparos porque no estábamos preparados y no estaban las condiciones necesarias para llevar a cabo el plan, el que finalmente no se pudo implementar como es debido; hubo también otros problemas como la compra de los toldos y todo lo que buscaba darle una mayor ornamentación a los espacios, estos no llegaron a tiempo, hubo varios retrasos. Hubo poca coordinación y el municipio no puede realizar mucha fiscalización, por lo tanto, no contábamos con todas las herramientas. El 40 por ciento de las personas que vende en la costanera, principalmente, comercializa ropa, afectando mucho al comercio local y eso no estaba en el plan inicialmente. Si queremos ser una ciudad turística debemos cambiar el foco, podemos decir que es un problema nacional, pero vemos ciudades como Pucón o Villarrica, o Lago Ranco, que tienen más ordenada su principal postal, que es su costanera.
Otro tema complejo es el desorden en la costanera, la alcaldesa dijo no dar abasto y solicitó mayor presencia de Carabineros… ¿cómo se podría abordar esta situación?
-Lo que se nos ha comunicado es que ha sido la Delegación Presidencial la que no ha tenido la voluntad de implementar un plan adecuado de seguridad. Creo y esperamos que uno de los principales focos del nuevo gobierno sea la seguridad y el orden público, sobre todo, en una ciudad que es turística y donde ha crecido la sensación de inseguridad y el comercio ambulante también.
En los barrios también hay inseguridad...
-Efectivamente. En los barrios hay mucho problema de narcotráfico y éste es multifactorial, por lo tanto, hay que hacer un trabajo de mediano y largo plazo. Lo comenté hace unos días en el Concejo, hay que dotar de mejores herramientas a nuestros sistemas de prevención, mejorar aspectos como la cultura y educación. Esto no se soluciona únicamente con más carabineros en las calles y con mayores intervenciones en los barrios; siempre ha sido muy utilizado el eslogan "la guerra contra la delincuencia", "la guerra contra el narcotráfico", pero sabemos hoy más que nunca que cuando hay una guerra nadie gana, sino que pierden los ciudadanos.