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go de al menos diez años fuera, decidió que era tiempo de hacer algo por ese espacio transformado en un microbasural.
"Quienes saben de historia, saben la importancia que tuvo la fábrica para el barrio y la ciudad. Las ruinas hablan un poco de eso y lo sorprendente de todo es que Valdivia aún no aprende a hacerse cargo de su propio patrimonio. Revitalizar este lugar entonces nació como una iniciativa personal, como un esfuerzo de privados por rescatar cosas que son importantes", explica.
Para planificar el rescate hubo unas primeras exploraciones en terreno que sirvieron para confirmar el estado deplorable del lugar. Era necesario organizar cuadrillas de limpieza para luego dar paso a un plan más ambicioso: habitar al interior del perímetro donde están las estructuras más viejas que quedan del apogeo industrial de la ciudad.
El terreno donde se ubica la ex fábrica fue comprado en la década de 1980 y está en poder de privados. Felipe Rivera decidió entonces arrendarlo de manera anual y para materializar su proyecto con un grupo de amigos y cercanos creó la Corporación Cultural Ex Fábrica Barrios Bajos. Está constituida desde septiembre del año pasado, aunque el grupo viene trabajando en el lugar desde 2020.
Fue precisamente la pandemia la que invisibilizó la puesta en marcha de la iniciativa. Desde marzo, cuando apareció el primer caso de coronavirus en Valdivia, Rivera literalmente se encerró a vivir en la ex fábrica y aprovechó esos meses para gestionar permisos relacionados con los servicios básicos.
Planificación
Aunque hasta la fecha la Ex Fábrica Barrios Bajos ya estaba instalada en la agenda pública con actividades de convocatoria abierta para limpiar, construir e incluso realizar actividades culturales, no fue sino hasta finales del pasado mes de febrero que salió a la luz con más fuerza. Es que la corporación se quedó con el premio de votación popular Destaca Valdivia, logrando 637 preferencias en la categoría de Proyecto Comunitario donde también estaban nominados Huella Isla Teja y el Festival de las Plantas como Sustento de Vida.
Actualmente el terreno está dividido en cinco espacios para el desarrollo de cinco dimensiones diferentes: agroecología, patrimonio, educación, otras formas de economía y una terraza gastronómica.
En la reutilización del espacio donde están las ruinas ha sido fundamental el trabajo de Guido Arnes, Aarón Pineda, Ángela Rojas, Benjamín Soto, Claudia Gatica, Esteban Solano, Fernando Guarda, Francisca Mané, Francisco Acharán, Hugo Farías, Ignacio Araneda, Ignacio Montenegro, Maritza Sotelo, Pablo Gómez, Paula Cabezas, Paz Gatica, Javier Sánchez y Juan Pimentel.
En el equipo también está Stephanie Ramírez, quien destaca la buena manera en que se han logrado relacionar con el barrio para sumar distintas miradas y quehaceres con la idea de construir una biografía del sector. Aquello se logrará gracias a un libro interactivo anunciado para abril próximo.
"Queremos ir enlazando lo que estamos haciendo con la puesta en valor y el resguardo material de las propias ruinas; y vincularnos con los procesos que tienen que ver con la identidad del barrio, lo que también se conecta con la defensa de la casa de calle Serrano N° 985 donde vivieron destacados artistas", dice Ramírez.
Y agrega: "En medio del proceso de investigación, lo que más nos llama la atención es la presencia de oficios y de saberes dentro del barrio, que tienen una dinámica muy conectada con su propio nacimiento. La fábrica se funda en 1906 y el sector comienza a comportarse acorde a las dinámicas propias de la industrialización de calle General Lagos. De la mano de una mayor actividad comercial es que empezó a llegar más gente con diversos conocimientos vinculados a la ruralidad y saberes en torno a los oficios como por ejemplo la zapatería. Hoy en día hay un zapatero que vive en el barrio, tiene más de ochenta años de edad y sigue fabricando calzado en su casa".
Stephanie Ramírez se sumó a Ex Fábrica Barrios Bajos cuando Felipe Rivera hizo un llamado a personas e instituciones interesadas en colaborar. En aquel entonces integraba el Banco de Tiempo e Intercambio Valdivia.
Intergeneracional
Un elemento fundamental en la revitalización de la ex fábrica es propender a un diálogo entre generaciones distintas de habitantes de Barrios Bajos.
Ramírez, explica: "Creemos que se deben romper brechas. Es habitual esa problemática de no diálogo entre los jóvenes y los adultos mayores. Por eso es que entre nuestras propuestas siempre tratamos de incorporar cosas interesantes que sean un punto de encuentro para todos. En ese sentido el libro ha sido una buena herramienta de vínculo, como también el Centro Comunitario de Salud Familiar que nos permite pensar en cómo extender nuestra labor en distintas épocas del año. Por ejemplo, en invierno y agudizado por el tema de la pandemia, se ha marcado mucho más el tema del aislamiento de las personas en sus casas".
Para el libro se comenzó a trabajar en 2021 como una experiencia de lectura interactiva. Cada capítulo referirá a un hito del barrio con la idea de que el lector pueda caminarlo y llegar hasta los puntos donde se instalarán códigos QR, que a su vez llevarán al usuario a una plataforma digital para escuchar los relatos de los vecinos.
1906 fue el año en que Alfredo Weiss Krass fundó la fábrica que tras el terremoto de 1960 sería trasladada hacia el sector de Las Ánimas. Cerró definitivamente en 1995.
637 votos populares logró la Ex Fábrica Barrios Bajos en la consulta Destaca Valdivia. Se impuso a Huella Isla Teja y al Festival de las Plantas como Sustento de Vida.
5 dimensiones considera el proyecto de revitalización de las ruinas agroecológica, patrimonio, educación, otras formas de economía y una terraza gastronómica.