El túnel que lleva hacia el lado oscuro de Donoso
El prólogo de los mejores cuentos del escritor chileno lo escribió el salvadoreño Horacio Castellanos Moya. Aquí el autor dice que a pesar de una vida rota, la obra de un autor seguirá brillando.
Cincuenta y seis años han pasado desde que José Donoso publicara su primera recopilación de cuentos. Bajo el título de "Mis mejores cuentos", Donoso concretaba en 1966 la antología de varias obras que lo habían encumbrado con propiedad en la narrativa chilena. Allí aparecían "Veraneo", "El charleston", "China" y "Santelices", a estas alturas clásicos en el canon literario chileno.
Leerlos después de cincuenta y seis años no resulta fácil. No se trata de que sean difíciles o poco atrayentes. Sucede, más bien, que se ha abierto un abismo entre el hoy y el ayer de Donoso. En parte de ese abismo se adentra el escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya en el prólogo de "Cuentos reunidos", la reedición de los cuentos de Donoso recientemente publicada por Alfaguara. Castellanos Moya, uno de los mejores y más premiados escritores de la generación posterior al "boom" de la literatura latinoamericana, profundiza en el prólogo en el temor que sintió a la hora de volver al libro de Donoso, quizás el chileno más importante de aquella época dorada.
Dicho temor procedía, en parte, de los hallazgos biográficos de Donoso: la compleja relación con su hija (Pilar Donoso) los caminos de la vida que Donoso narra en sus Diarios tempranos. Incluso el mero paso del tiempo parecía abrir un surco en torno a la temática donosiana: en ellos se muestra sin pudor la distancia entre la aristocracia chilena y sus empleados y se habla de un modo tan extraño que parecen los personajes de un tiempo antiquísimo.
Sin embargo, para Castellanos Moya, autor del celebrado libro de ensayos "Roque Dalton: correspondencia clandestina", la obra de Donoso parece crecer con el tiempo: "Es cierto que los cuentos parecen mostrar otro mundo, pero a la vez, tienen la virtud de revelar el fracaso vital de sus personajes con un toque de piedad: la única moraleja es que la máquina trituradora de la vida no tiene consideraciones con nadie", resume.
-En su prólogo de los Cuentos reunidos de José Donoso cuenta que releyó su obra con algo de temor por la historia que se había develado de él tras su muerte. ¿Cuánto cree que ha impactado la biografía de Donoso en la lectura de su obra?
-El retrato que me quedó de Donoso luego de la lectura del libro de su hija fue poco grato. Pero eso es normal. Los escritores somos como cualquier ser humano: llenos de contradicciones, claroscuros, facetas desagradables. Como digo en el prólogo, ese retrato poco grato no me impide disfrutar la majestad de sus obras, ni en el caso de Donoso ni de ningún otro gran autor. No comparto el fariseísmo rastrero que es el signo alevoso de nuestro tiempo en lo relativo a la literatura y el arte.
-En su libro Cuaderno de Tokio, usted escribe: "La literatura como oficio de hombres desesperados es la que cuenta". ¿Cree que esa frase podría aplicarse a Donoso?
-Seguramente en algunas de sus obras, aunque en otras también se expresa una faceta de escritor burgués y bien acomodado. Donoso es un escritor de varios registros; eso forma parte de su riqueza narrativa.
-¿Qué significó para usted, como lector, el boom de la literatura latinoamericana?
-Comencé a leer libros de esos autores hace poco más de 40 años, al final de mi adolescencia, de forma desordenada, como fueron cayendo en mis manos. No han quedado en mi memoria señas de una reflexión particular, sino el gusto que sentí al leer. Fui elaborando un significado personal del "boom" a posteriori, como fruto de una reflexión de madurez. En mi más reciente libro de ensayos, "Roque Dalton: correspondencia clandestina", incluyo un texto sobre el "boom". Digo que fue la cresta de una inmensa ola formada por tres generaciones de escritores que produjeron su obra a lo largo del siglo XX, y que llevó a la literatura latinoamericana a un sitio de primera importancia en la literatura mundial.
-¿Quiénes se encuentran entre sus escritores favoritos de esa época? ¿Está José Donoso entre ellos?
-Recuerdo con precisión que leí por primera vez una novela de Donoso en San José de Costa Rica, en noviembre de 1980. Yo estaba hospedado en casa de una conocida y saqué el libro del anaquel sin ninguna referencia: era "El obsceno pájaro de la noche". Me deslumbró. A partir de ahí fui leyendo lo que encontraba a mi paso de ese autor. Por aquel entonces mis preferidos eran los argentinos: Marechal, Sábato, Cortázar, Conti, Puig.
-Como José Donoso, usted también ha vivido en Estados Unidos, del cual escribió un cuaderno junto con su Cuaderno de Tokio. ¿Qué significación tiene para usted escribir lejos de su país?
-A esta altura podría decirle que más de 35 años de mi vida adulta he vivido fuera de mi país. La pregunta sería más bien, entonces, qué significación tendría para mí volver a escribir dentro de mi país. Pero se trata de una especulación inútil, pues no tengo planes de regresar a radicar ahí, menos en las circunstancias políticas actuales.
La hija de José Donoso narró su historia familiar en el libro "Correr el tupido velo".
"Mis Mejores cuentos"
José Donoso
Alfaguara
260 páginas
$15 mil
Por Cristóbal Carrasco
archivo
"Los escritores somos como cualquier ser humano: llenos de contradiccionesclaroscuros, facetas desagradables".