Charles Darwin también se enamoró en Valparaíso
"Darwin en el país desconocido" (Ediciones B) es el debut novelístico de Ignacio Concha. La historia reconstruye el país desde sus inicios, con una historia de amor que parte en el puerto.
Hoy, Charles Darwin es considerado como uno de los grandes científicos de la historia, pero cuando llegó a Chile, en la década de 1830, era aún un investigador en formación. Esa época de descubrimiento de una geografía y también de auto-descubrimiento es la que documentó y llevó a la ficción el escritor Ignacio Concha en "Darwin en el país desconocido" (Ediciones B).
"Yo empecé esta novela de vuelta a Chile, tras vivir fuera un par de años. Mientras buscaba trabajo, iba a la biblioteca. Comencé con los diarios de Darwin, seguí con sus cartas y en un momento el deseo de llegar a un lugar estable se unió al mío. Ese fue el germen", resume Concha.
Ignacio además de escribir se dedica al cine. Estudió en Chile, Cuba y España y realiza documentales de astronomía, neurociencia y naturaleza en una ONG medioambiental. Para él, las ideas de Darwin han sido muy inspiradoras.
"Darwin tenía una intuición muy grande, él no llegó a sus teorías con el método científico, sino con la observación, uniendo varias disciplinas, incluida la literatura. Ahora hay mucha especialización de campos, la gente saca su magíster o doctorado en áreas muy específicas, pero siempre es bueno volver a la curiosidad, porque entrega soluciones o miradas nuevas", dice.
A él mismo, siendo niño, le gustaba saber de los egipcios, japoneses y mayas, "para divertirse, no para sacar notas en el colegio". Hoy Darwin es una figura bajo la lupa, por eso -dice Concha- se esforzó en hacerlo muy cercano y amable.
"Es un gallo también que dijo cosas muy valiosas, que todos éramos de la misma especie, por ejemplo. Era progresista para la época, era abolicionista, pero se han comentado también otras cosas que dan para 'funarlo'", acota.
En suma, la novela de Concha parte como una trama de aventuras y desemboca en una historia de amor: la de Darwin.
"Me planteé escribirla historia en tercera persona. Me gusta mucho la literatura que aborda la vida cotidiana, pero en Chile estaba muy en boga la llamada 'auto-ficción' (libros de gente escribiendo sobre su gato y sus excompañeros de colegio), así que me propuse escribir una historia cohesionada y fluida, que por momentos se leyera como un sueño o un cuento maravilloso", dice.
época de cartas
Para dar con el tono de la época, Concha dice que se guió por la intuición, buscando varios elementos: "Leí muchas cartas de la época. Hay un epistolario que para mí fue muy importante, 'El mundo roto', que reúne tres epistolarios: de John Keats, Lord Byron, y el de Mary Shelley y Percy Shelley. Para mí fue muy importante no sólo para ver cómo escribían cartas, cómo empezaban o cómo se despedían, sino también para entrar en la sicología de la época", describe el autor.
Además, la historia se desenvuelve en Valparaíso. El puerto es el centro de la novela.
"En ese tiempo no era sólo el centro de Chile, como digo en la novela, sino que era el gran emporio americano del mar del sur. Todo viene de Valparaíso y todo vuelve allí. También quería objetar esta idea de la ciudad como una Lisboa. Era compleja también, no tan rica como se pensaba, para mí fue muy importante explorar ese Valparaíso y conocerlo mejor. En la novela llegan bienes de todo el mundo, y esa es una forma de transmitir la vitalidad de la ciudad, que era muy increíble", relata.
Para construir a la coprotagonista mujer, Isabel, el autor se inspiró en varias mujeres importantes de la época. De hecho Isabel tiene un aire a la escritora chilena María Graham.
"Se basa en varios personajes, uno es María Graham, otro es Ada Lovelace, una matemática inglesa que además de varios datos es hija de Lord Byron. En la primera versión de la novela no era tan fuerte, luego fue agarrando más impulso. El centro de la novela es Valparaíso porque ahí estaba Isabel", detalla Ignacio Concha.
El contexto histórico del libro reúne a varias mentes confluyendo en una misma época: "Me gustaba que esta etapa germinal del amor coincidiera con los inicios de La República. Preferí esa simetría y acompañamiento", concluye.
-¿Cómo era Chile en esa época?
-Me daba mucha curiosidad saber qué pasaba en ese país "adolescente". Me habría gustado estar una semana para hacerlo, era increíble, estar ahí debe haber sido maravilloso.
-¿Qué sería lo primero que harías en esa semana?
-No me alcanzaría el tiempo para hacer mucho: andaría entre Santiago y Valparaíso. Caminaría por las ciudades. Mirar sobre todo, conversar con gente para ver qué significaba para ellos ser chilenos, qué era la chilenidad, algo súper nuevo en ese tiempo. Traté que mis personajes vivieran en esa efervescencia.
Ignacio Concha vio las cartas de darwin en una biblioteca.
"Darwin en el país desconocido"
Ignacio Concha
Ediciones B
219 páginas
$14 mil
Por Cristóbal Gaete
cedida
shutterstock
"Darwin tenía una intuición muy grande (...) fue uniendo varias disciplinas incluida la literatura".