Nuevo gobierno y continuidad
Las próximas autoridades darán su sello a gestión; pero hay procesos que trascienden a los cambios de administración política. Una estructura de servicio público sólida no se edifica cada cuatro años. Se cimenta en espíritu cívico como el vivido ayer: republicano y con el país en primer lugar.
Antes del 15 de marzo debiera estar completa la lista de los nuevos secretarios regionales ministeriales de Los Ríos. Ayer asumió la delegada presidencial regional Paola Peña, acompañada por el delegado provincial del Ranco Alejandro Reyes, pero todavía no hay confirmación de los seremis.
La demora no es inusual. Se debe a la necesidad que nuevos ministros y subsecretarios se instalen en sus puestos y puedan revisar las propuestas de nombres enviadas desde las regiones, para finalmente hacer las designaciones que oficializará el Presidente Gabriel Boric.
Ese trabajo de postulaciones ya se hizo a mediados de febrero. Incluso a nivel informal ha circulado una lista. Sin embargo, nada es oficial. Lo que sí se sabe es que la búsqueda de candidatos se efectuó revisando antecedentes profesionales y personales con detalle, para evitar cuestionamientos posteriores que empañen los procesos o que dejen dudas, como sucedió en los ministerios de Deportes, Agricultura y en algunas delegaciones del país en las semanas recientes.
Se espera, además, perfiles similares a los de los nuevos miembros del gabinete presidencial: personas con desempeño destacado y rostros distintos a los que han tenido responsabilidades gubernamentales en los últimos 16 años (gobiernos de Bachelet y Piñera 1-2).
Mientras esos cambios se materializan, en las respectivas oficinas ministeriales siguen trabajando los funcionarios, quienes dan continuidad a los proyectos que cada cartera lleva adelante y que trascienden (o debieran hacerlo) a las variaciones políticas y a los equilibrios de poder que cada administración considera.
Es lógico que las nuevas autoridades pondrán un sello especial a la gestión y renovarán equipos de confianza; pero resulta muy importante -también- que ese afán no altere la estabilidad laboral de trabajadores y trabajadoras que ejercen cargos técnicos fundamentales para el desarrollo regional. De lo contrario, sería como empezar de cero nuevamente, borrar el camino ya recorrido y sumar demora a tantas iniciativas que llevan décadas sin avances significativos.
Una estructura de servicio público sólida no se edifica cada cuatro años. Es heredera de un espíritu cívico como el que se vivió ayer: republicano, con ánimo de restablecer confianzas y con el país en primer lugar.