Otros factores que dañan al ambiente
La Hora del Planeta permitió visibilizar la contaminación lumínica; dentro de un mes, la invitación es a analizar el ruido. La oscuridad natural y el silencio son regalos del entorno que pocas veces se aprecian en los espacios urbanos. Valorarlos es también tarea comunitaria.
Ayer fue conmemorada la Hora del Planeta y, a nivel internacional, se llamó a no usar electricidad durante 60 minutos, para contribuir y tomar conciencia sobre la urgencia del ahorro energético, uno de los mayores desafíos del cambio climático. Municipios de la región, entidades públicas y privadas se plegaron a la propuesta, la cual que también permite observar la preocupante dimensión de la contaminación lumínica en que vivimos.
Similar invitación a identificar otros elementos que dañan el ambiente es la que se hace cada año en abril, en el Día de la Conciencia sobre el Ruido, factor que -al igual que el mal uso de la luz artificial- pocas veces abordado, pero cuya presencia genera desequilibrio tanto en la vida de las personas como de animales y flora. Lo grafican, por ejemplo, situaciones como la desorientación de las mascotas en espectáculos pirotécnicos; baja productividad de los planteles lecheros ante sonidos estridentes y el vínculo entre ambientes ruidosos con el estrés, las alteraciones de sueño y la hipertensión en los humanos.
En áreas urbanas estas situaciones son más complejas. Desde la Superintendencia de Medio Ambiente se ha informado que el 50% de las denuncias que se recibe anualmente en las ciudades tienen vínculo con contaminación acústica y que éste es el tercer problema ambiental que la ciudadanía considera más relevante.
En 2015, un estudio realizado por investigadores de la Universidad Austral de Chile reveló que en Santiago solamente un 40% de los lugares cumple normativas internacionales; en contraste, en Valdivia hay un 90% de espacios que sí alcanzan esos estándares en el día y 94% de noche. Probablemente en 2022, con el aumento del tránsito y la congestión, sobre todo en calles céntricas, además de la extensión habitacional, esos buenos índices pueden haber variado.
Estar atentos a estos elementos ambientales (la mayoría de origen antrópico) y ayudar a disminuir sus efectos nocivos también es parte de la responsabilidad comunitaria con el entorno.
Tal como la Hora del Planeta pidió ayer a ahorrar energía y disfrutar la oscuridad natural, el próximo Día de la Conciencia sobre el Ruido convocará a valorar el silencio. Es en un mes exacto: 27 de abril.