Otras demasías
Finalmente la Convención Constitucional ha incorporado a en el borrador del Proyecto de Nueva Constitución las siguientes definiciones:
Todos los órganos colegiados del Estado (Congreso y Cámara de las Regiones, Corte Suprema y Cortes de Apelaciones, Asambleas Regionales, Concejos Municipales y un largo etcétera) deberán tener, a lo menos, un cincuenta por ciento de mujeres. Lo anterior, sin perjuicio de los cupos para las diversidades y disidencias de género. No se trata de paridad de género. Es cuota mínima. Las capacidades e idoneidad no importan. Y la votación de la gente, tampoco.
Tratándose de la integración del Congreso y de la Cámara de las Regiones, se estableció un número mínimo: 155 en el Congreso y 48 en la Cámara. Habrá que sumarles los escaños reservados para las "naciones y pueblos" originarios (elegidos en un distrito único nacional y no por regiones) y otros, para las diversidades y disidencias de género. Serán hartos.
En definitiva, lo que el proyecto busca es reproducir en el Congreso la composición de la Convención Constitucional.
Se rebaja la edad para votar. Podrían ahora hacerlo los adolescentes (mayores de dieciséis años).
Se elimina la acción o recurso de protección. Será posible recurrir a los jueces de instancia (actuales Jueces de Letras) y no a la Corte de Apelaciones respectivas, sin tener que acreditar la ilegalidad o arbitrariedad de la acción u omisión que afecta el legítimo ejercicio de un derecho. Resulta increíble. Sería el reino de la irracionalidad.
Se establece que la propiedad de las tierras indígenas gozará de especial protección, o sea, diferente de la que gozarán los demás chilenos y que la restitución de éstas constituye un mecanismo preferente de reparación. Las expropiaciones ya no serán pagadas de acuerdo al daño patrimonial efectivo, sino que conforme al "justo precio", concepto que no se define.
De nosotros depende que nada de esto ocurra.
Jorge Vives Dibarrart, Abogado.
Evadir el diálogo
Definitivamente las Administradoras de Fondos de Pensiones siguen haciendo mérito para su desaparición, cada día menos plata en los diferentes fondos y se protegen publicitando que esos ahorros quedarán para nuestros herederos. Aunque, según mentalidad empresarial, los recursos son para usarlos ahora.
Otra situación curiosa, por decirlo de alguna manera, es que a dos meses de la instalación de un nuevo Gobierno, aumentan las campañas para un nuevo golpe militar.
Por diferentes medios, principalmente radios y diarios, se comunica reiterativamente el pensamiento y las voces de los representantes del poder económico, acusando seria afectación de sus históricos privilegios; sin desconocer, la falta de seguridad reinante promovida por la falta de audición acostumbrada de los gobernantes, tampoco, los efectos positivos del dejar hacer al empresariado, mal que mal la política del "chorreo" ha funcionado, no por nada en el territorio nacional, circulan cientos o miles de vehículos que, incluso, hacen difícil el tránsito por las calles de todas las ciudades y poblados.
No obstante y en mi condición de mapuche, más me preocupa la actitud de un grupo de gente mapuche que al parecer se ha empeñado en evadir el diálogo, acercamiento que por primera vez desde la invasión de nuestro territorio, están planteando las autoridades del país.
Las nuevas generaciones no tienen la culpa del saqueo, despojo, abandono, discriminación y menosprecio de que ha sido objeto desde antaño nuestro pueblo mapuche y, tampoco las futuras generaciones debieran pagar las consecuencias de una incomprensible falta de visión o de razonamiento.
Benedicto Hueichapán L.
Illuminati
Aclarando, el término Illuminati se refiere en esencia a sectas de poder, pero en éste caso se propone fonéticamente como acepción de iluminados.
Siendo así, y basado en el encantamiento masivo que muestran muchos con el mundo de la ciber-comunicación (celulares, pantallas, etc) con sus innegables ventajas y facilidades pero también, sus grandes dificultades, fallas de funcionamiento y errores que a veces se observa, desde pág. web y para peor en organismos del Estado, ejemplo reciente en el S.I.I. (Servicio de Impuestos Internos), una vergüenza; no puedo más que creer y comprobar que a ésta nueva tecnología le falta muchísimo desarrollo, amén de haber sido impuesta en forma abrupta siendo muy compleja, insegura, eventual y discriminatoria sin ofrecer alternativas (creo que debió implementarse de forma menos ambiciosa, simple, prudente y armónica.
Hoy hay gran número de personas que por diferentes razones o no pueden o no saben o no les interesa), a veces un verdadero suplicio, lo demás un cúmulo de bien intencionados pero obtusos illuminati.
José M. Caerols S.x