Pirotecnia
El Presidente, al dar cuenta a la Nación, manifestó que las opciones Apruebo y Rechazo eran igualmente legítimas. Días después, declaró que algunas de las profundas transformaciones que su Gobierno buscaba materializar eran imposibles con la Constitución vigente. No dijo cuáles. Sería bueno saberlo.
Simultáneamente, los ministros Jackson y Vallejo señalaron que la viabilidad de su Programa estaba totalmente vinculada a la Aprobación del texto elaborado por la Convención. ¿Significa acaso que si gana el Rechazo van a renunciar?. La respuesta es No. Todo lo que han dicho es sólo pirotecnia.
El problema para el Presidente es que no tiene la mayoría necesaria en el Congreso. Vale la pena recordar que en Primera Vuelta Boric obtuvo sólo el 25 por ciento de los votos y esa realidad hoy se nota en el Congreso. Tres de cada cuatro ciudadanos no votaron por Boric.
El Presidente no tiene el apoyo necesario para la implementación de su Programa. Por eso es que tiene que "patear el tablero" y cambiar las reglas del juego. Eso es la llamada Nueva Constitución, que pone fin a la igualdad ante la ley y al carácter igualitario del sufragio; que socava la independencia del poder judicial; que establece la justicia según la raza; que debilita el derecho de propiedad; que termina con la concepción de Chile como Estado Nacional, reemplazándolo por uno Fragmentado; que elimina al Senado y cercena las atribuciones del Tribunal Constitucional; que hace desaparecer dos conceptos básicos, a saber, el bien común como finalidad del Estado y la cautela del orden público, como obligación inescapable de la autoridad ejecutiva.
El Gobierno y quienes lo respaldan parecen haber olvidado que los cambios, para ser duraderos, necesitan de un gran respaldo político y requieren de gradualidad. No de fuegos artificiales. Están muy confundidos. No es poniéndole fin a la República y a la Democracia como se avanza en materia de Justicia Social.
De nosotros dependerá que nada de esto ocurra.
Jorge Vives Dibarrart.
Sana convivencia
Diversos son los hechos de violencia que hemos visto en el ambiente estudiantil desde el retorno a la presencialidad. A nivel de la sociedad la violencia también se ha vuelto una práctica recurrente para resolver conflictos y se refleja en eventos que suceden día a día entre nosotros, que no solo se refieren a violencia física, sino que además incluyen coacción psicológica, el echar a correr un rumor en forma irresponsable, la burla sin sentido, el bullying, todo tipo de discriminación y así una larga lista de acciones, entre ellos las funas en medios digitales.
Es momento de detener este flagelo que se está normalizando en Chile. Como Consejo de Rectores de IP y CFT acreditados debemos jugar un rol activo, haciéndonos parte de la solución e inculcando la importancia del respeto, del dialogo y de una sana convivencia, porque tenemos la responsabilidad social de ser protagonistas de la solución, en lo que me atrevería a llamar una nueva pandemia, que es la violencia en sus múltiples versiones.
Desde Vertebral estamos trabajando en diversas jornadas, bajo el marco de la "Sana Convivencia y Educación Libre de Violencia", donde todas las instituciones pertenecientes a esta asociación, trabajaremos junto a más de 500.000 estudiantes, docentes y administrativos, conversando y reflexionando sobre el tema para así aportar, desde nuestro rol, a favorecer ambientes de colaboración mutua, tolerancia y sobre todo respeto, dentro de nuestras comunidades educativas. Es tarea de todos hacer de Chile un país cada día mejor.
Carlos Díaz, Rector Duoc UC y Presidente de Vertebral.
Guerra contra el Estado
El único camino para restablecer el imperio del derecho en la "macrozona sur" es la aniquilación de las organizaciones que, como la Coordinadora Arauco Malleco, le han declarado la guerra al Estado de Chile; guerra que llevan a cabo mediante acciones guerrilleras y atentados terroristas a fin de lograr sus objetivos de autonomía y de control territorial, político y militar de dicha zona.
Esta guerra debe ser enfrentada como tal; no con estados de excepción "acotados" sino que con fuerzas militares facultadas para emplear todo el potencial necesario para lograr tal aniquilación; sin absurdas restricciones al uso de la violencia física legítima del Estado -de la cual este tiene el monopolio- que dejan a los militares sin capacidades disuasivas o represivas.
Salus populi suprema lex est -la salvación del pueblo es ley suprema- era el primer principio del Derecho Público Romano. El Estado no solo tiene el derecho sino que el deber de defenderse, con todos los medios posibles a su alcance, de personas o grupos que ponen en riesgo su existencia.
Adolfo Paúl Latorre