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¿Qué tan desarrollada está la industria nacional en el área en la que usted se especializó?
- Hay referentes importantes como por ejemplo Jorge Aliaga, que musicalizó la serie 'Isabel'. Siempre me ha encantado su visión de la música, sobre todo en este campo de la composición que suele verse como algo más sencillo dentro de la composición en general. Lo cierto es que la clave está en cómo hacer hablar a las imágenes a través de la música, lo que es algo que siempre me pareció ajeno en esta parte del mundo. Creo que poco a poco hay que ir fortaleciendo la industria.
En sus últimos años de formación académica, la compositora musicalizó el cortometraje documental "Bailar y luchar", de José Núñez Maldonado que se estrenó en 2020 en el Amor Festival Internacional de Cine LGBT+ . Y al igual que la obra con la que logró su título académico, en 2019 volvió a mirar a la naturaleza en "Migratoria", pequeñas piezas para piano inspiradas en el desplazamiento de las aves. Es una creación estrenada por la pianista Alexandra Aubert.
Luego fue el turno de "Los cerros azules", para violín y guitarra. Hasta la fecha, tiene un portafolio de 13 composiciones originales.
Ha tenido la posibilidad de trabajar en proyectos que necesariamente tienen al audiovisual como soporte, pero también en podcast donde las imágenes no son tan evidentes. ¿Cómo aborda estos desafíos?
- Yo soy muy visual. Todas las obras de mi catálogo nacieron en su momento de un ejercicio relacionado ciento por ciento con la visualidad. Lo que veo, lo que observo y lo que me imagino, finalmente lo traduzco en música. Ese ha sido mi camino desde siempre. Es algo natural, es mi receta.
¿Prefiera la musicalización con su propia interpretación o escribir la música para ser tocada por otros músicos?
- Estoy en medio de un proceso de emprender mi camino profesional solamente como compositora, lo que tiene que ver con seguir la tradición escrita y la intervención de instrumentos reales, más que solamente quedarme en el uso de tecnologías. Este último caso implica un mayor de grado de especialización, que no tengo, no así la tradición escrita que me parece una experiencia mucho más satisfactoria y tener una relación directa con los intérpretes. En cambio, al usar tecnologías la relación se vuelve exclusivamente con uno mismo en el desafío de poder sacar adelante la aplicación de un software.
¿Escoger una opción por sobre la otra tiene que ver con la tradición musical y de orquestas que tiene Valdivia?
- Es algo que se ha dado de manera natural, aunque de todas maneras hay un hito que fue mi participación en FocoSur, el Foro de Compositores del Sur, que me afectó positivamente. Fue un encuentro por Zoom en el que tuve la oportunidad de compartir pantalla con los más grandes académicos de la música en la región. Fue ahí que comencé a darme cuenta de la relevancia del sector, lo que sumado a la cantidad de elencos disponibles y la amabilidad de la gente, hizo que finalmente decantara por la vía de la composición tradicional. Tal vez, en Santiago me habría costado mucho más años poder desarrollar mi carrera, entre otros factores, por la alta demanda de compositores. En Valdivia están dadas todas las condiciones y eso es algo que valoro y agradezco.
¿Qué temas le gusta abordar en sus composiciones y de qué manera aquello está influenciado por pertenecer a una generación de compositores jóvenes?
- Me considero una persona súper nostálgica, casi como una 'vieja chica'. Siempre miro al pasado. Me encanta conversar con la gente y escuchar sus historias, lo que tienen que decir, al igual que los compositores antiguos, que son una gran fuente de sabiduría. Siento que todo aquello se ve reflejado en mi música. Tengo un apego muy especial por el post romanticismo y el impresionismo.
El colectivo de compositoras Resonancia Femenina, que nació en Valparaíso en 2012, se ha posicionado como una invaluable plataforma para las músicas. ¿Cree que desde esa experiencia se proyecta necesariamente la composición con una mirada de género?
- Resonancia Femenina es un lugar reparador, un gran refugio donde la propuesta intelectual de mujeres creadoras es acogida. Esa plataforma tiene grandes maestras. Es muy interesante que se impulse algo con una mirada distinta, como también que se trabaje por visibilizar las nuevas composiciones. Soy una mujer ecofeminista, entonces mi forma de ver las cosas trasciende la música. Además, he trabajado mucho con población vulnerada en sus derechos a la educación, por eso mi bandera de lucha es llevar la música a todos los lugares y que sea para todos los sectores. La música docta tiene que dejar de ser un espacio resguardado para cierta población, tiene que ser mucho más generosa.
¿Cómo maneja el apego que siente hacia sus propias creaciones?
- Mis partituras son un lugar seguro desde donde puedo hablar de los temas que me interesan, como por ejemplo el respeto y admiración por la naturaleza. Pero ciertamente, no son algo que hago para que queden guardadas.Si bien les tengo cariño, considero que son para la historia. Uno simplemente es un portador temporal, ya que la música es para la humanidad
Próximo estreno
En lo que va corrido del año 2022, la compositora local decidió complementar su actual ocupación con estudios de dirección junto a la maestra Ninoska Medel, fundadora de la Orquesta de Mujeres de Chile.
¿Usted dejó el piano por el alto grado de exposición y ahora busca estar frente a una orquesta?
- He pensado mucho en aquella contradicción, pero siento que mi actual camino también es reparador y sano.
El debut con la batuta será el segundo semestre con el estreno de "Simbiosis del delta fluvial". Es un proyecto ganador del Fondo de la Música que será interpretado por una orquesta de cámara con integrantes escogidos especialmente para la ocasión. La pieza fue escrita en 2021, tiene una duración aproximada de 12 minutos y se grabará en julio. El estreno del registro fonográfico, será en noviembre. Estará disponible en redes sociales.
"Mis partituras son un lugar seguro desde donde puedo hablar de los temas que me interesan, como por ejemplo el respeto y admiración por la naturaleza". Me considero una persona súper nostálgica, casi como una 'vieja chica'. Siempre miro al pasado. Me encanta conversar con la gente y escuchar sus historias".
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