Déficit de atención
Hoy. 13 de julio, se conmemora el día internacional del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), una condición del neurodesarrollo que presenta, según cálculos de prevalencia mundial, cerca del 10% de la población. A veces se piensa que el TDAH puede aparecer por factores externos como el azúcar de la dieta o qué tan estrictos son unos padres en la crianza. Esto no es cierto. El TADH es el resultado de una compleja interacción entre la genética y el ambiente, como todas las condiciones del neurodesarrollo. No es tampoco una característica transitoria ni una enfermedad que pueda "curarse" con cambios en el estilo de vida.
Llevamos 20 años acompañando a personas con TDAH y a sus familias y, claro, nunca hemos visto alguien a quien se le haya "quitado". Las intervenciones adecuadas y oportunas, que son aquellas basadas en evidencia y que se distancian de las terapias controversiales, mejoran sistemáticamente la calidad de vida. Es fundamental señalar que el TDAH es una condición que vemos en personas de todas las edades, es decir, las personas con TDAH pueden requerir apoyos a lo largo de toda su vida y no solo en la edad escolar ni de manera transitoria, como se entiende en la legislación chilena actual.
En este día hacemos, nuevamente, un llamado a las autoridades a que se revisen las políticas públicas y se avance en alineación con los avances científicos en el área, de manera que las personas con TDAH puedan tener una plena participación y calidad de vida.
Paulina Arango y Marcela Tenorio Profesoras Psicología U.Andes
1.600 en lista de espera
Los usuarios del Cecosf Los Alerces de Valdivia deben esperar meses para ser atendidos bajo el programa de salud cardiovascular por la "simple" razón de que el Hospital Base Valdivia está otorgando sólo 30 cupos para toma de muestras los días martes y jueves, únicos días destinados para los pacientes del Cesfam Angachilla (establecimiento del que depende el Cecosf).
Hasta el viernes 1 de julio existía una lista de espera de más de 1600 personas para tomarse sus exámenes de sangre. Por mientras, lo único que se puede hacer es repetir receta para que los pacientes no se queden sin remedios.¿Hasta qué punto es ético este comportamiento?
Nadie se hace cargo del problema real: Es necesario aumentar los cupos para la toma de exámenes.
Los profesionales del Cecosf ya no pueden seguir poniéndole parches a la situación.
Ema Ibacache Usuaria de salud pública emaibacache.i@gmail.com
Brechas y reforma
Hay muchas brechas en Chile. Una de ellas se ha tomado el debate reciente: la que habla de la diferencia que tendríamos con los países de la OCDE en términos de carga tributaria. De hecho, esta discusión fue el preámbulo al ingreso del proyecto de Reforma Tributaria. Pero más allá de si esta brecha es de 2, 3 o 7 puntos del PIB -o más, si usted prefiere-, tendríamos que analizar primero la eficiencia de nuestro gasto público. En efecto, mientras el debate por estos días se ha centrado en cuánto y cómo recaudará la reforma tributaria, y si las estimaciones son o no realistas dado el sombrío panorama que ha dibujado en su reciente IPoM el Banco Central (con una alta probabilidad de experimentar una recesión para el año 2023), no nos hemos tomado ni un segundo en discutir si es que el gasto fiscal actual en Chile es del todo eficiente. ¿Podemos hacer más con los mismos recursos actuales?
En Chile se destinan cuantiosos recursos fiscales a financiar programas sociales -dos de cada tres pesos del presupuesto se van a gasto social-, algunos de los cuales son de dudosa efectividad, y la Dipres anualmente encarga evaluaciones de impacto para algunos de ellos. Es fundamental que los resultados de dichas evaluaciones sean considerados al momento de, primero, decidir si mantener o no en funcionamiento dichos programas, y, segundo, si es que amerita inyectarles más recursos. Para los nuevos programas que se quieran implementar un requisito higiénico debiese ser contar con un riguroso diseño (desde el origen) de evaluación de impacto, que nos permita responder: ¿Cuál fue el efecto que tuvo el programa sobre la población beneficiaria? ¿Le fue mejor que como le hubiese ido en ausencia de programa? ¿Qué efectos tendría expandir esta iniciativa a otros grupos?
Si pudiéramos abordar con éxito la cuestión de la eficiencia del gasto público, seríamos capaces de reducir aún más otra brecha, que es la distancia que existe entre el 20% más rico y el 20% más pobre luego de transferencias fiscales. En 2017 (el dato del 2020 es mejor soslayarlo pues está muy contaminado producto de los efectos económicos que tuvo la pandemia del Covid) la brecha 20/20 -antes de transferencias- ascendía a 11,9 veces, pero luego de consideradas las transferencias del fisco ésta cae a 8,9 veces. Pues bien, es válido preguntarse si con los mismos recursos actuales pudiésemos hacer mejor las cosas y lograr una caída más sustantiva de esta ratio (20/20). La intuición nos dice que probablemente sí.
Rodrigo Montero DecanoFacultad de Administración y Negocios, U. Autónoma