Hace un mes fue conmemorado a nivel internacional el Día del Donante de Sangre, fecha que busca crear conciencia sobre la importancia de aportar a los sistemas que permiten transfusiones y tratamientos que salvan vidas. La fecha fue creada en homenaje al patólogo y biólogo Karl Landsteiner, quien descubrió los grupos sanguíneos y los tipificó, trabajo por el cual ganó el Premio Nobel de Medicina en 1930.

Desde el 14 de junio y hasta ahora, tanto a nivel nacional como regional se han desarrollado distintas iniciativas para concientizar sobre este tema y sobre la donación altruista, que permite mantener a los bancos de sangre funcionando y atendiendo a pacientes que , por diversas razones, requieren de estos tratamientos. Desde un accidente hasta el cáncer pueden poner a una persona en esta situación y contar con el material necesario (glóbulos rojos, plasma, plaquetas y crioprecipitado) puede hacer la diferencia.

Así lo ha concientizado desde hace varios años el equipo de la Universidad Austral de Chile y el Hospital Base de Valdivia que creó Dono Sangre, una aplicación a través de la cual quienes puedan colaborar reciben información sobre los requerimientos para activar las donaciones, www.donosangre.cl.

Sin embargo, pese a estos esfuerzos, falta mucha información y personas dispuestas a contribuir. La tasa óptima de donación de sangre es de 20 por cada mil habitantes (según la Organización Mundial de la Salud, OMS) ; pero en Chile son 17 por cada mil. Y de ese total, más del 60% donó por "reposición", o sea, porque un familiar lo requería; no por contribución altruista, que sería lo ideal, porque también garantiza permanencia en el tiempo.

Este es un tema importante. Merece más de una reflexión. Algunas personas sienten un espíritu solidario, pero no cuentan con el tiempo para ser voluntarios en otras causas, o recursos para compartir en centros de beneficencia; para ellas, un proceso voluntario y simple, que no dura más de una hora a la semana, puede constituir la oportunidad para contribuir. De hecho, el lema del Día Mundial del Donante de Sangre 2022 fue "Donar sangre es un acto de solidaridad. Súmate al esfuerzo y salva vidas".

En julio del 2022 hemos sido testigos de un récord en Chile. El valor del dólar supera los $ 1.000. En los últimos 6 meses el dólar ha aumentado en más de un 30%. Una devaluación de la moneda local significativa. Chile está entre los 3 países del continente que han experimentado la mayor alza de la divisa. Sin profundizar en cuanto a la causa, vemos que los efectos son fáciles de percibir, ya que todos los experimentamos.

Los consumidores sienten el aumento del precio del dólar en sus propios bolsillos. Sin ir más lejos, el precio del pan ha subido más de $500 en los últimos 4 meses. No hay que olvidar que Chile es el segundo país del mundo con mayor consumo de pan por habitante, alcanzando aproximadamente 90 kilogramos per cápita anualmente.

Y no son solamente quienes consumen, los productores también notan estas alzas de la divisa, con tanta y más fuerza que los mismos consumidores. Los insumos han alcanzado precios sin precedentes, el precio de Urea por ejemplo, un fertilizante necesario para asegurar el crecimiento de praderas para bovinos, ovinos, e incluso aves, se ha prácticamente triplicado en los últimos 12 meses.

Adicionalmente se han evidenciado problemas en la cadena de suministro y logística.

El mero hecho que el puerto chino de Shanghai estuvo en situación de lockdown estricto significa que miles de barcos estuvieron atrapados por días y hasta semanas. Sin mencionar los problemas en los puertos estadounidenses y a lo largo de nuestro propio continente. La gran meta de Chile, ser una potencia alimenaria, será difícil de lograr.

Los altos costos de los insumos hacen muy difícil que los agricultores produzcan a los niveles habituales, el financiamiento escasea, a lo que se suman otras incertidumbres propias del rubro, como los factores climáticos, la disponibilidad de agua, etcétera.

Lo que esta pasando con el dólar nos une a todos, a productores y consumidores, precisamente porque no tenemos estos billetes verdes en nuestro bolsillo, el tipo de cambio determina lo que podemos poner en la mesa, y es casi una certeza que tendremos que cambiar nuestros hábitos de consumo.

Mónica Oettinger W.

Directora de SAVAL F.G.