Cancelaciones y agresiones
En la Convención se necesitaban 103 votos para que una norma fuera aprobada por el pleno y pasara a ser parte de la propuesta constitucional. De los 154 constituyentes, 37 eran de Vamos por Chile, por lo que las izquierdas podían alcanzar acuerdos para aprobar normas sin requerir ninguno de sus votos. "Los grandes acuerdos los vamos a poner los que no somos de derecha", dijo en mayo de 2021 Daniel Stingo (Frente Amplio) en Estado Nacional de TVN. Los exconvencionales de Vamos por Chile aseguran que fueron omitidos en la discusión. Un ejemplo es que cuando el colectivo de Independientes-RN-Evópoli escribió una carta a los pueblos originarios e intentaron tender puentes para ser parte del debate, tuvieron escasa respuesta. Durante el proceso, los constituyentes de derecha pusieron carteles donde se leía "Sí al diálogo". Incluso, luego de que Ruggero Cozzi y Luciano Silva, ambos de RN, denunciaran haber sido víctimas de ataques, Jorge Baradit (Frente Amplio) expresó que si bien era condenable, "me parece conveniente que ellos ahora también sufran un poquito". Luego se arrepintió. Pero no era solo una cuestión partidaria. Entre los exconvencionales aseguran que había un clima de "cancelación". En la comisión de Derechos humanos le solicitaron a quien fuera edecán de Augusto Pinochet, Jorge Arancibia, retirarse de la instancia. En la de Ética buscaron que se sancionara no practicar la "fraternidad o sororidad", lo que finalmente se descartó, pero sí se aprobó una disposición sobre negacionismo. En abril, luego de que el pleno rechazara un informe de Medio ambiente, "ecoconstituyentes" les gritaron públicamente "traidores" a los del Colectivo Socialista y leyeron sus nombres, mientras que Francisca Linconao denunció haber sido reiteradamente víctima de agresiones verbales.