Plebiscito de salida
En el Plebiscito de salida sufragaron 13 millones de personas. Al margen del voto obligatorio que regía este proceso, es una votación histórica, ya que representa al 85% del padrón electoral. Aunque las encuestas daban cuenta de un avance del rechazo para el plebiscito de septiembre, la verdad es que el resultado está muy lejos de los mejores y peores pronósticos de los partidarios de ambos sectores.
Desde ya es indispensable, proponer algunas causas, que, según mi punto de vista y sin intención de excluir otras, explican las razones del triunfo del rechazo.
La soberbia de los convencionales de la izquierda más extrema, quienes se embriagaron con el dulce sabor del resultado del plebiscito de entrada, olvidando que muchos de ellos lograron su cupo con muy pocos votos. La Convención cegada por un exacerbado triunfalismo, no supo leer la advertencia ciudadana manifestada en la elección presidencial y parlamentaria del 2021.
Otra causa es la forma como se incorporó la plurinacionalidad, también la irrupción de políticos de centro izquierda como Ximena Rincón o movimientos ciudadanos como Amarillos por Chile, etc, fueron decisivos para instalar la idea de un rechazo transversal. El repliegue de las figuras de derecha partidista también contribuyó a este objetivo.
La delincuencia y la migración descontrolada, el clima de inseguridad, influyeron en un estado de ánimo menos dispuesto a cambios profundos. En tiempos inseguros las personas tienden a refugiarse en lo conocido.
Parte del bando que apostó por el apruebo trata de explicar el resultado culpando a los medios, las mentiras y la manipulación, evitando llevar a cabo una verdadera autocrítica. Esa actitud de sostener que "el pueblo es virtuoso cuando vota como yo quiero e ignorante cuando se aleja de mi verdad", nos llevó a perder una oportunidad histórica de darnos una nueva Constitución que representara a la mayoría de los chilenos.
A pesar del art. 142 de la Constitución el proceso constituyente debe continuar porque la Carta Magna vigente cumplió su ciclo y no es viable políticamente tratar de mantenerla por sentirse la derecha democrática dueña del 62% del Plebiscito. Aprendamos la lección.
Dr. Jorge Astudillo Muñoz Facultad de Derecho UNAB
Desafío Constitucional
Este pasado domingo, nuestro desafío constitucional dio un paso muy importante, abriéndose ahora una nueva etapa de construcción colectiva e implementación que nos represente a todos.
En la evaluación del proceso recién concluido, no nos podemos equivocar en la interpretación del resultado. Ha quedado ya instalada una solicitud clara de una estructura de derechos sociales los que, correctamente trabajados, pueden hacernos crecer como país y unirnos como chilenos. Entre estos derechos figuran el derecho a la vivienda y a la ciudad.
Como AOA, nos corresponde dar apoyo a la redacción de estos derechos en un nuevo texto constitucional. También es rol nuestro contribuir a la materialización y desarrollo de ellos, en sus dimensiones urbanas, habitacionales y sociales, teniendo siempre a las personas en el centro. Entendemos que estos derechos merecen ser implementados en una lógica sistémica de manera que impacten positivamente en toda la sociedad, generando así un círculo virtuoso donde la mejor calidad de vida sea el factor detonante para una relación social de identidad y cuidado de nuestra ciudad, patrimonio y medio ambiente.
Desde este entendimiento, estaremos siempre disponibles para juntos construir mejores ciudades.
Pablo Jordan Fuchs Presidente Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA)
¿Y qué viene ahora?
Las normas que regulaban el proceso constituyente se encuentran jurídicamente agotadas, dado que el procedimiento hacía referencia a plazos específicos. Es decir, las normas del reciente proceso ya cumplieron su cometido, con lo que la función constituyente vuelve al Congreso Nacional, el que deberá aprobar por 4/7 las nuevas normas que delimiten una Nueva Constitución, ya sea por vía de reformas, por un nuevo proceso o incluso por mecanismos que consideren puntos intermedios.
También puede estimarse elaboración o al menos mayor participación de expertos.
Otra idea interesante es revisar procesos constituyentes que han sido un ejemplo en relación con los altos porcentajes de aprobación.
En este sentido, podemos mirar el caso español, que comenzó con ponentes de variados espectros políticos. Posteriormente, la propuesta de los ponentes expertos fue aprobada por las Cortes Generales en sesiones plenarias del Congreso de los Diputados y del Senado. Y, fue ratificada por el pueblo español en referéndum de 6 de diciembre de 1978 con el 88,4% de votos afirmativos.
En definitiva, está aún abierto el cómo elaborar un nuevo texto constitucional. Lo importante es que se busque una forma de crear una Constitución que una a todos o al menos a una mayoría significativa, a través de mecanismos que aseguren, por un lado, que la propuesta sea técnicamente aprobable, como también, que aúne un gran consenso nacional
Dr. Juan Pablo Díaz Fuenzalida Ac. Der. Constitucional U. Autónoma