Nace fundación con el objetivo de mantener obra del padre Guarda
INCIATIVA. Presentaron organización que buscará relevar y mantener vigente el legado del sacerdote, arquitecto e historiador valdiviano.
Relevar la obra del sacerdote, arquitecto e historiador valdiviano padre Gabriel Guarda Geywitz y desarrollar actividades que permitan la permanencia de su figura y obra en la memoria de la comunidad marcan el punto de inicio de la fundación surgida desde el Obispado de Valdivia y que ayer fue presentada oficialmente, tras cumplirse dos años de su partida el 23 de octubre del año 2020.
La naciente fundación reúne a personas naturales que se han unido en torno a la figura y legado del Premio Nacional de Historia (1984) y que son lideradas por Mónica Jara (presidenta), Lorena Liewald (vicepresidenta), el académico Ricardo Molina, el periodista Daniel Murúa, junto al Obispado de Valdivia (resguarda gran parte de la obra del padre Guarda), Jorge Guarda y familia. Ellos trabajan también en la búsqueda de colaboradores y apoyo para las diferentes actividades a realizar y que desde el punto de vista cultural y educacional tienen como objetivo llegar a la mayor cantidad posible de personas.
Como parte del trabajo de presentación de la Fundación Padre Gabriel Guarda, ayer se realizó un encuentro en dependencias de la Universidad San Sebastián sede Valdivia, durante el cual la directiva presentó sus lineamientos generales y luego se desarrolló un conversatorio a cargo del académico Ricardo Molina y la arquitecta Sofía Sanfuentes.
"Gabriel Guarda es la historia de Valdivia, de la región y del sur de Chile" y "tenía el talento de hacer visible lo invisible" fueron algunos de los conceptos surgidos a partir de la relevancia de su obra.
Legado
En este contexto, la presidenta de la fundación, Mónica Jara, directora de Formación y Contenido de la Escuela de Liderazgo de la USS, destacó cómo el padre Guarda y su obra han sido capaces de trascender y cuáles son los desafíos para mantener vivos su trascendencia y legado.
A su vez, el vicario general de la Diócesis de Valdivia, padre Gonzalo Espina, recordó que la historia milenaria de la Iglesia Católica y particularmente la historia centenaria de la iglesia en Valdivia "nos hace depositarios de un significativo patrimonio cultural que necesita ser custodiado y dado a conocer" y que en la medida de sus posibilidades ha sido un compromiso asumido por el Obispado de Valdivia, con el aporte de expertos como lo fue el padre Gabriel Guarda.
En este sentido, explicó que "queriendo dar nuevos pasos en el desafío de conservación y comunicación, el Obispado de Valdivia crea la Fundación Padre Guarda, gracias al compromiso de quienes han aceptado ser parte de su directorio, así como de muchos colaboradores" y que la fundación llevará su nombre "pues nadie aportó tanto como él a la historia y patrimonio de la iglesia valdiviana. Desde su condición de valdiviano, monje benedictino, arquitecto e historiador, cualidades que le colocaban en una situación privilegiada, desarrolló una gran labor de investigación, conocimiento, creación y divulgación. Él encarna un ideal de profundización de la propia identidad", además de caracterizarse por su apertura y diálogo con todas las personas.
A su turno, Lorena Liewald, directora académica de la USS sede Valdivia, aseguró que la importancia del padre Gabriel en cada uno de quienes se dedican al trabajo con la historia radica "no solamente pensando en lo que él influenció en la iglesia, sino en el rescate de una iglesia centenaria y colocar en una carpeta de debate la historia regional y la importancia de los territorios. Cuando uno habla del padre Guarda, releva la importancia de los territorios en la vida nacional", ya que "cada territorio genera un aporte, historia y desarrollo propios".
En esta misma dirección, Liewald relevó la conservación del patrimonio "como forma de preservar los territorios, la historia y avanzar hacia el futuro, a partir del resguardo de la memoria", aseguró que "la obra del padre Guarda no tiene parangón fuera de Santiago" y que "recorrer las casonas y calles valdivianas junto a él era un momento único de aprendizaje".