Inquietud por alza en campamentos
La cantidad de asentamientos precarios en el país casi se ha duplicado desde 2011. En Los Ríos pasó de 21 a 28 recintos. Ocho de las doce comunas de la región presentan estas realidades dolorosas, que se vieron ahondadas a consecuencia de la pandemia.
Se encuentra en marcha un nuevo proceso para medir la pobreza a través de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica, Casen 2022; como también está en preparación el Censo Nacional de Población y Vivienda 2024. Ambos instrumentos permiten mirar la realidad con datos objetivos recogidos desde la comunidad y seguramente en los dos se verá reflejada la preocupante alza de familias viviendo en condiciones precarias, tanto en el país como en la región.
El Catastro Nacional de Campamentos ya entregó -el 26 de octubre- un primer antecedente preocupante, informando que a nivel nacional existen actualmente 1.091 campamentos, un número significativamente mayor a los 802 observados en el mismo estudio de 2019 y casi el doble de 657 identificados en 2011. En Los Ríos ahora son 1.182 los hogares en estas condiciones, repartidos en 28 campamentos, diez más que hace tres años y siete más que en 2011.
Esas realidades se encuentran en ocho de las doce comunas, aunque están concentradas mayoritariamente en Valdivia, con nueve casos. Lo anterior significa que en casi todo el territorio local hay personas que a diario residen en recintos sin urbanización, en construcciones vulnerables, expuestos a problemas sanitarios y de seguridad (la mayoría se ubica en áreas de inundación, remoción de masa u otros); además de incurrir en la ocupación ilegal de un terreno, incluso generando daños al medioambiente, como en el sector de Las Mulatas de la capital regional, donde se levantan 80 viviendas sobre el humedal urbano protegido.
¿Cómo se ha llegado a este complejo momento? Es multifactorial, pero especialmente se conjugan los efectos de la pandemia y la crisis económica, que se tradujeron en allegamiento, pérdida de empleos y alzas en los costos de los arriendos.
Según información del Ministerio de Vivienda, luego de conocidos los datos se deben activar dos líneas de trabajo como parte del Plan de Emergencia Habitacional. La primera es la radicación con acceso a servicios básicos; la segunda, acelerar los proyectos habitacionales. Ninguna de esas acciones es inmediata, pero definen un plan a seguir en mediano plazo. Y comenzar es positivo; más si se trata de enfrentar situaciones que obligaron a volver a la pobreza a miles de personas que comenzaban a salir de ella.