Libro rescata historia de la célebre marca Cerámica Valdivia
ESTRENO. El investigador Boris Márquez es responsable de la obra que hoy tendrá lanzamiento en Club de la Unión.
Durante el siglo XX uno de los protagonismos que tuvo la ciudad fue gracias a la fábrica Cerámica Valdivia. La firma impulsada por Bruno Petersen y su familia se volvió de referencia en materia de producción de piezas de alta calidad, cumpliendo con encargos provenientes de todo el país. El centro de operaciones hasta 1991 fue en el sector de Las Ánimas.
En julio del año 2018 algunas de las piezas históricas fueron reunidas, por gentileza de Silvia Hugo, para una exhibición especial en el Centro de Interpretación de Todas las Aguas del Mundo. Y ahora, Cerámica Valdivia vuelve a tener un nuevo impulso. Al menos, a nivel de puesta en valor.
A las 19:00 horas de hoy en el Club de la Unión será el lanzamiento de "Cerámica Valdivia, una belleza inesperada 1950- 1991". Es un libro resultante de la investigación hecha por el profesor de historia Boris Márquez, cuya presentación será junto con una exclusiva exhibición de piezas de Cerámica Valdivia.
Vínculos
El autor se ha dedicado a investigar sobre la historia patrimonial industrial y tuvo un acercamiento a la historia de la empresa Fanaloza de la Región del Biobio. Ello permitió descubrir el vínculo con Valdivia, ya que el matricero Hernán González, que trabajó en Penco, se trasladó posteriormente a la empresa valdiviana.
"Los Petersen venían de una familia de artistas y eso fue una influencia positiva para don Bruno y su hermano Norberto y aunque hubo influencia desde Penco, los obreros y empleados eran todos de Valdivia", dijo Márquez.
Y agregó: "La empresa significó un puesto laboral para muchos jóvenes que eran admitidos sin ninguna especialización y que aprendían el oficio en el camino. Algunos terminaban como artistas, decoradores, matriceros a un nivel muy avanzado en el ámbito de la alfarería industrial".
CONTENIDOS
"Cerámica Valdivia, una belleza inesperada 1950- 1991" es parte del catálogo de la editorial del Archivo Histórico de Concepción. Tiene financiamiento del Gobierno Regional del Biobío a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional.
El libro está dividido en tres capítulos: "La vocación industrial y artística de la familia Petersen"; "La Fábrica; memoria industrial"; "Los actores y el arte alfarero valdiviano". Además, cuenta con un catálogo patrimonial, sellos, piezas y obras consultadas. Entre sus páginas, además de los hermanos Petersen, se pueden encontrar nombres como los de Hernán González del Campo, Bopy Letelier, los hermanos Montoya y Digna Hidalgo Ilabel, todos vinculados al proceso creativo de las obras que actualmente son objetos de colección.
"La empresa significó un puesto laboral para muchos jóvenes que eran admitidos sin ninguna especia-lización y que aprendían el oficio en el camino".
Boris Márquez, Investigador
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