El Instituto Pasteur celebra bicentenario del pionero de la microbiología
BALANCE. En la entidad están conscientes del legado del legendario científico francés y expresan tristeza por no haber logrado una vacuna contra el covid.
Agencias
El Instituto Pasteur, referencia internacional en enfermedades infecciosas, celebrará mañana los 200 años del nacimiento de su fundador, el científico Louis Pasteur (1822-1895), con las lecciones aprendidas de su fracaso durante la pandemia, cuando no logró una vacuna eficaz contra el covid.
El reputado centro de investigación médica, que cuenta con 10 premios Nobel, aprovecha la efeméride de Pasteur tanto para poner en relieve el legado de esta figura clave en la inmunización, como para hacer balance del trabajo del Instituto durante la crisis del covid.
Jean-Claude Manuguerra, una de las eminencias en la identificación de nuevos patógenos, explica la tristeza por no haber conseguido una vacuna contra el covid lo suficientemente eficaz entre 2020 y 2021 sigue presente. "Como trabajador del Pasteur, estoy completamente hundido de no haber logrado una hecha por nuestro Instituto, pero hicimos nuestra parte en otras áreas, como en el diagnóstico y la evolución de variantes", señala el director de la Célula de intervención biológica de urgencia del Instituto.
Aunque el nombre Pasteur y las vacunas estén íntimamente asociados -la inoculación contra la rabia fue descubierta en 1885 por Louis Pasteur-, Manuguerra aseveró que el Instituto "extrae todos los días lecciones sobre la pandemia".
Lamentó que en Francia la cadena que lleva a los avances médicos -desde la teoría, pasando por la investigación clínica y hasta la industria- sea lenta, contrariamente a Estados Unidos o Alemania.
"Nos faltan estructuras que nos llevan a depender de terceros. Cuando tenemos una vacuna que no funciona, no podemos cambiar de estrategia, porque nuestros plazos son más largos", expuso.
Según Manuguerra, la tendencia del mercado también "ha matado la innovación" debido a las operaciones de fusión y compra llevadas a cabo por los grandes laboratorios farmacéuticos, dejando fuera de juego a pequeñas empresas innovadoras.
Sin embargo, el especialista en enfermedades infeccionas insiste en ver el vaso medio lleno, en parte gracias a la contribución de la Unión Europea (UE) que ha permitido, en su opinión, "una financiación y una manera de mantener el lugar" de la ciencia europea en el mundo.
"Europa no ha perdido la carrera de las ciencias, debemos de seguir corriendo", constató el experto.
El legado de Pasteur
Cuando se conmemoran los 200 años de Louis Pasteur, nacido en el Jura el 27 de diciembre de 1822, Manuguerra destacó cómo este pionero de la vacunación y de técnicas como la pasteurización (proceso térmico para reducir patógenos en alimentos como la leche) aún inspira a generaciones de investigadores en el todo el mundo.
"Estamos muy orgullosos de pertenecer al Instituto, se trata de un nombre muy conocido. Hay calles, plazas, bulevares con el nombre Pasteur en el mundo entero. Gracias él, se lograron avances en la salud humana, que implicó salvar vidas", contó.
"La exigencia y excelencia" que trasmitía Louis Pasteur son todavía un legado tangible, así como el carácter pluridisciplinar de sus investigaciones, desde la química hasta la biología. Contrariamente a la creencia popular, el científico galo no era médico y nunca inoculó a ningún paciente las vacunas que ideó, a pesar de que se le llegó a retratar con una inyección en mano.
Manuguerra subrayó la importancia de que el Instituto se haya mantenido como una fundación no lucrativa e "independiente", 135 años después de su fundación.
En el Pasteur, creado en 1887 en el sur de París a poca distancia de la estación de Montparnasse, trabajan hoy unas 2.800 personas, la mitad de ellas investigadores procedentes de 77 países diferentes. Hay filiales del Instituto en 25 países, entre ellos Uruguay y Brasil.
1885 fue el año en que Louis Pasteur dio un paso trascendental en la historia de la ciencia, al descubrir la vacuna contra la rabia.
2.800 personas trabajan hoy en París en el Instituto Pasteur, que cuenta con diez premios Nobel entre sus filas.