Rodrigo Fresán y el arte de invocar fantasmas
El autor argentino habló desde Barcelona de su último trabajo, "Melvill", una biografía fabulada sobre el autor de "Moby Dick" y su padre, un hombre que cruzó nadando un congelado río Hudson escapando de las deudas y sus acreedores.
El escritor, traductor y periodista argentino Rodrigo Fresán (1963) está pasando las fiestas de fin de año como "Mi pobre Angelito", solo en su casa de Barcelona, donde vive desde el año 1999. Su pareja e hijo viajaron a México y dice que le acaba de llegar la nueva novela de John Irving, que tiene 900 páginas. "O sea que voy a pasar la fiesta bien acompañado", bromea.
Aunque hablaremos de "Melvill" (Penguin Random House), su última novela-biografía sobre la relación entre Herman, el autor de "Moby Dick" y el padre de éste, Allan- le, pregunto por el mundial de fútbol que ganó Argentina.
"Creo que soy un mal argentino para lo que estás preguntando, pero sí me divirtió mucho el partido final. Lo más parecido a una película de Marvel que nos ha dado el fútbol en mucho tiempo. A mí me da pena, de todas maneras, que las finales de los mundiales se resuelvan por penales. Yo creo que tendrían que seguir jugando hasta la muerte, sin tiempo determinado, tipo en plan muerte súbita, hasta que uno meta un gol", propone Fresán.
Para aclarar, lo del apellido cambiado agregando una letra "e" (Melville en vez de Melvill) fue una estrategia de la madre de Herman, Maria Gansevoort, quien quiso darle apariencia respetable al apellido y, además, escapar de los acreedores. Fresán a su libro lo quitó la "e".
"Lo que viví, como casi siempre ocurre con las decisiones que uno toma como escritor, es el interés que primero tuve como lector. Había leído las biografías de Melville, donde Allan Melvill (el padre de Herman) ocupa unos pocos párrafos porque muere muy joven. Había leído ese momento en que el padre, Allan, cruza el río Hudson congelado escapando de sus acreedores para volver a la familia. Me había impresionado mucho como imagen la idea de alguien cruzando un río congelado y que luego ese alguien tuviera un hijo marino. Había pensado siempre '¡Qué lástima que ese cruce del río congelado no fue junto al pequeño Herman!', porque eso también hubiera explicado una cantidad de obsesiones posteriores del Herman Melville escritor: la blancura, el hielo, la tierra firme y la tierra no tan firme, etcétera. En realidad, todo el libro conduce a la re-escritura de ese momento. Melville siempre me pareció un escritor interesantísimo", confiesa Fresán.
-Es uno de los padres fundadores de la literatura norteamericana.
-Y tiene una continuidad en un tipo de literatura norteamericana, que es a mí la que más me interesa. "Moby Dick" está en Thomas Pynchon, Denis Johnson, William Gaddis, está en David Foster Wallace. Tanto en "Melvill" como en los "Jardines de Kensington", como en cualquier libro mío, si le raspas la cobertura anecdótica o los rasgos de la trama, todos narran más o menos lo mismo, que es sobre leer y escribir. Tratan de eso nada más. También otra cosa que me interesó siempre fue el mundo de la infancia y las relaciones padre-hijo.
-¿Cómo fuiste armando este conjunto de tres voces que van hablando en "Melvill"?
-No hay mucha receta ni mucha certeza previa. Todos mis libros están armados en tríadas o en conjuntos de tres cosas, siempre. Me interesaba que la voz de Melville tuviera un poco la resonancia de la voz de lo escrito por Melville, que es esa especie de centrífuga de Shakespeare, la Biblia, El Paraíso Perdido y Homero.
-Una cosa poca.
-Sí, pero no creo que esa fuera intención. No digo que lo haya conseguido, pero la verdad es que cuando escribo, obviamente me mudo con una cantidad de certezas. No son las certezas más profundas: me gusta más irme descubriendo a medida que avanzo. No me gusta escribir sabiendo el truco, me gusta siempre conservar para mí -en la medida del escritor que soy- también una cierta condición de lector de mí mismo. O sea, sorprenderme.
-Y ahí están las digresiones como herramienta tuya, distintiva.
- Soy un gran defensor de los libros que producen una cierta incomodidad como lector, no como escritor. Mis lecturas más fundamentales y más nutritivas no han sido lecturas fáciles. Leo muchos best seller, porque no pienso que haya una "alta literatura", una literatura en serio y otra que no lo es tanto. Me causan mucha gracia que de tanto en tanto entro en Amazon y veo los comentarios de los lectores y hay una recurrente crítica negativa a los libros, sean cuales sean, que dicen que "no simpaticé ni me sentí identificado con ningún personaje". Para mí es muy rara la idea de que la gente lea buscando encontrarse. Yo siempre leí buscando no encontrarme, buscando algo que me ofrecía la posibilidad de ser otro. Y sí, tener una cierta incomodidad, una extrañeza inicial, en tanto no saber muy bien dónde estoy ni hacia adónde voy. Me parece que la lectura tiene que ser eso.
El adelantado mellville
-Melville era un adelantado a su tiempo y hay partes en tu historia en que lo llevas a hablar de libros o situaciones que no son ni de su época.
-Eso es un juego y a veces en una taberna están cantando las canciones de Los Beatles, y aparece "2001, Odisea en el Espacio". Le atribuyo inevitablemente todas mis obsesiones y fetiches. Me gustaba más la idea, como recurso literario, que en lugar de estar diciendo todo el tiempo que Melville era un adelantado, que el futuro viniera a él.
-Melville en su tiempo fracasó editorialmente. ¿Cómo crees hoy que se ve su figura?
-A mí me parece que fue un escritor enorme en todo sentido y que lo sigue siendo. Me gusta mucho de Melville esta idea de que coge todo lo anterior a él y anuncia todo lo que va a venir. Es como el disco Blanco de Los Beatles.
-Mariana Enríquez en la contratapa escribió que a ella le parecía que tu libro era una invocación ¿qué te parece a ti ese comentario?
-Todo el libro por definición tiene algo de sesión espiritista.
Rodrigo Fresán actualmente vive en barcelona y además de escribir literatura publica periódicamente sus columnas en ABC, Página12 y Letras Libres.
"Melvill"
Rodrigo Fresan
Literatura Random House
296 páginas
$24.100
Por Franco Fasola
"Leo muchos best seller, porque no pienso que haya una 'alta literatura', una literatura en serio y otra que no lo es tanto".
Alfredo Garófano