Educación post pandemia
Una de las tantas enseñanzas que nos dejó la pandemia y las largas cuarentenas en las que nos vimos forzados a permanecer encerrados en nuestras casas, es que la educación de los niños y jóvenes requiere de una multiplicidad de elementos, que van más allá que impartir un contenido y repetirlo en una prueba.
La necesidad de socializar, compartir, opinar, debatir y dialogar es esencial para generar conocimiento. Porque ese es el objetivo del sistema educacional, generar conocimientos en los estudiantes, y esto no se basta con extenuantes horas de clase, con un currículum centrado en tener un buen resultado en el SIMCE o PAES.
Creo necesario que los establecimientos den un paso adelante en esta materia y permitan a sus estudiantes analizar los contenidos de forma integral, no solo por cumplir con las horas exigidas por el Ministerio de Educación.
Es incomprensible que a un estudiante no se le permita opinar o disentir de un contenido, o que las clases no puedan ser reemplazadas por charlas que presenten distintas perspectivas de un mismo tema. Creer que los escolares no pueden aprender así, es menospreciar sus habilidades y no fomentar su pensamiento crítico.
El pensamiento crítico y la capacidad de análisis son fundamentales para el proceso educativo, no tan solo para ser buen estudiante, sino que también para formar buenos ciudadanos. Negarse a recibir una charla o a participar de una conferencia con académicos de nuestras universidades locales, es negarles el conocimiento a sus estudiantes y, además, negarle la posibilidad de ser mejores ciudadanos.
Juan Francisco Reyes Jefe Regional Fund.para el Progreso Los Ríos
Paes
Se publicaron los resultados de la primera Prueba de Acceso a la Educación Superior (Paes), un nuevo instrumento que busca cambiar el paradigma histórico de admisión y consolidar las transformaciones que ya había introducido la Prueba de Transición Universitaria. Este nuevo modelo se enfoca en medir competencias y habilidades por sobre contenidos para reconocer los esfuerzos y las experiencias de vida de las y los estudiantes. Se deja de definir el puntaje en virtud del desempeño comparado para destacar las trayectorias por categorías y con paridad de género. Un esfuerzo por avanzar hacia la equidad, a la justicia educativa con mayores oportunidades para todas y todos los estudiantes de los diversos territorios a lo largo del país.
Dr. Rodrigo Fuentealba Decano de la Facultad de Educación Universidad Autónoma de Chile
Puntajes Paes
Hace más de un siglo nuestras sociedades han entendido que el desarrollo de un país radica en el nivel de formación que logran alcanzar sus ciudadanos. Sin embargo, el sistema educativo ha creado de diversos modos, mecanismos que filtran el desarrollo profesional, limitando en gran medida el acceso a la educación universitaria. Y si bien, es cierto que en Chile esa situación inicial sobre la cobertura se ha roto, no es menos cierto que se ha mantenido una desigualdad efectiva, pues los resultados de los estudiantes con mayores necesidades o, derechamente vulnerables, son más bajos que los de aquellas y aquellos jóvenes de los estratos sociales más altos.
Lo que existe es un espacio de formación profesional definido por los resultados de puntajes, ya sea acumulados en la educación media o alcanzado en la actual Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES).
Por ende, aquellos talentos ocultos, bajo los ropajes de la vulnerabilidad, son muchas veces perdidos para el desarrollo del país, que es precisamente lo fundamental de la formación en la Educación Superior. Allí radica el para qué nos formamos profesionalmente, por qué el país necesita más y mejores profesionales y de qué manera ellos y ellas aportan al desarrollo.
Acá no sólo pasa por la gratuidad de las universidades y/o institutos, sino por el propósito que guía la formación profesional.
Por esto, no podemos seguir pensando que el principal mecanismo de ingreso a las Instituciones de Educación Superior (IES) se debe basar en puntajes, sino en mecanismos que permitan evaluar potencialidades y competencias iniciales de base para la formación profesional que necesitamos como país, para el desarrollo de nuevas tecnologías y acorde al siglo XXI.
Sin un cambio, seguiremos reproduciendo una desigualdad social de acceso y de profesiones que hoy están saturadas y que nadie quiere asumir, profesiones que no tienen ningún potencial de desarrollo y profesiones de élite.
Todo esto, efectivamente, no lo está resolviendo el sistema de educación gratuita y tampoco las becas de postgrado, pues seguimos teniendo resultados desiguales con una predicción aún peor, profesionales desiguales no por capacidades, sino por situación socioeconómica de origen, dejando en la excepcionalidad y el "milagro sociológico" a aquellos y aquellas que logran saltar la barrera.
Eliseo Lara Órdenes Director de Programa de Pedagogía en Educación Media U.Andrés Bello-Concepción