La próxima semana llega una nueva versión del Congreso Futuro, actividad impulsada desde el Senado en 2011 como una exploración y que se ha convertido en un evento con presencia nacional, donde pensadores, investigadores y actores sociales se reúnen para reflexionar sobre lo que viene para la Humanidad y sobre cómo afectará aquello la vida de las personas.

Con el lema "Sin límite real", la invitación es a preguntarse sobre inteligencia la llamada revolución digital, la influencia de ella en los vínculos humanos, los límites éticos y el rol de la ciencia en estos escenarios. Las actividades se extenderán desde el 16 al 21 de enero y tendrán a 110 protagonistas de altísimo prestigio nacionales e internacionales, compartiendo escenario y conversación.

En la lista de extranjeros figuran el neurobiólogo español Rafael Yuste; el director de cine Werner Herzog (80 años de edad), quien intervendrá en el bloque "El futuro de la verdad" y reflexionará sobre las fronteras de los neuroderechos; la socióloga Shoshana Zuboff, quien investiga sobre el "capitalismo de la vigilancia" y el lingüista Noam Chomsky, cuyas teorías son clave para comprender la comunicación humana de una manera crítica.

Hasta Los Ríos llegarán la doctora Lisa Gibbs, quien investiga la resiliencia infantil y expondrá en el diálogo sobre la Protección de la Infancia (viernes 20 de enero, 9.30 horas, Teatro Cervantes) junto a la académica de la Uach Claudia Contreras y a la administradora regional Paz de la Maza. También estarán en Valdivia Miguel Ángel Ayuso y Maroun Khoury para analizar la temática de la investigación del cáncer, junto a la doctora Claudia Quezada. Además ha sido invitada la activista transgénero Abbi Stein, expositora en el panel "El futuro es diverso".

Todas las actividades del Congreso del Futuro son organizadas por la Comisión Desafíos del Futuro del Senado y la Fundación Encuentros del Futuro (FEF). Será transmitido online y las charlas son gratuitas, previa inscripción. Es de esperar que la iniciativa nuevamente despierte interés en una gran cantidad de personas y que desde ella se abran diálogos conjuntos frente a realidades actuales que influyen en la vida cotidiana y sobre las cuales la ciencia puede ayudar a dar más luz, para un mejor vivir compartido.

Hoy el delito no sólo está a las puertas de nuestras casas, sino también dentro de ella. Por ejemplo, tenemos los casos de las estafas a través de redes sociales donde los delincuentes logran vulnerar las medidas de seguridad de los sistemas operativos de la empresa de comunicación para suplantar a un pariente o amigo de la víctima con el objetivo de solicitar dinero a partir de una transferencia bancaria. Con los años estas malas prácticas se han ido perfeccionado por los antisociales, a un nivel de que a veces se hace imposible conocer la identidad de quien está al otro lado del teléfono.

Por ejemplo, es el WhatsApp una de las redes sociales más usadas para realizar este tipo de estafas. Una vez que la persona transfiere el dinero a una cuenta bancaria, no se puede volver atrás. El delito al consumarse, se produce doble impotencia en las víctimas: primero porque perdió su dinero, y segundo por no poder restituirla, ya que los bancos no se hacen cargo de las acciones en materia de transferencia o procedimiento que están en regla, pero que en el papel es una estafa. Es por eso que la víctima, por más que reclame, sólo tendrá como respuesta que haga la denuncia a Fiscalía.

En un estado de derecho, no hay duda que son los tribunales de Justicia son los encargados de resolver estos casos. Sin embargo, mientras se procede, el delincuente tiene tiempo para sustraer el dinero, y consumar el delito.

Sin embargo, no podemos ser injustos, los bancos han mejorado sus niveles de seguridad a las cuentas personales y de las empresas, pero también creemos que no es suficiente, y es necesario seguir avanzando en buscar mecanismos que nos ayuden a disminuir estos tipos de actos que terminan muchas veces en la impunidad y con una familia desbastada al verse reducida económicamente para poder cubrir sus necesidades.

En conclusión, no podemos permitir que este tipo de prácticas se normalicen, es necesario colocar atajo lo más pronto posible a estos actos delictuales, si es necesario legislar, es deber nuestro hacerlo para avanzar en contra del delito.

Por lo mismo, hago un llamado a las instituciones financieras a seguir buscando medidas de seguridad para evitar este tipo de prácticas que solo causan daño a las personas involucradas.

Gastón von Mühlenbrock

Diputado