Monica Lewinsky: "La mentalidad de culpar a la mujer quedó relegada con el tiempo"
ACOSO. A 25 años de que se hiciera público su affaire con el expresidente Bill Clinton, EE.UU. recién deja de poner el foco en la ex becaria. Ahora se habla del "escándalo Clinton".
Agencias
Han pasado 25 años desde que las portadas de los diarios estadounidenses dieron a conocer un escándalo que marcaría la historia del país: el entonces presidente Bill Clinton estaba siendo investigado por haber tenido un affaire con una becaria de la Casa Blanca.
La polémica, que desencadenó en un juicio político contra Clinton en el Congreso, cambió a su vez la vida de Monica Lewinsky, la joven de 22 años con la que el exmandatario sostuvo una relación y que se convirtió en el centro de atención de los medios.
En el 25º aniversario desde que su affaire con Clinton saltó a la luz pública, Lewinsky, quien se ha convertido en una activista en contra del acoso, reflexionó en una columna de la revista Vanity Fair sobre los cambios que la sociedad estadounidense ha experimentado desde que su nombre se hizo público y lo que ha aprendido como persona.
"La mentalidad de culpar a la mujer ha quedado relegada con el tiempo", escribió la exbecaria, quien aseguró que en la actualidad los medios usan más el término "escándalo Clinton" para referirse a los hechos, en vez de "escándalo Lewinsky".
Poder devastador
El movimiento MeToo propició que la sociedad de Estados Unidos echara una mirada revisionista al escándalo, poniendo ahora el foco en Clinton, quien sostenía una posición de poder sobre la que era su becaria.
En la columna, publicada esta semana, Lewinsky lamentó el poder de las redes sociales y señaló que tienen un efecto "más devastador" en las vidas o la reputación de las personas que están en el ojo público y se ven envueltas en escándalos.
La activista también aconsejó a los lectores "escoger de manera cuidadosa a sus amigos" y recordó la "traición" cometida por Linda Tripp, quien le entregó al fiscal independiente Kenneth Starr unas grabaciones en las que Lewinsky hablaba de su relación con Clinton.
La joven le contó sobre su relación con Clinton a Tripp, compañera de Lewinsky en el Pentágono, donde fue trasladada después de un tiempo como pasante en la Casa Blanca.
Su entonces amiga le sugirió también que no mandara a lavar un vestido azul, que había usado en uno de sus encuentros sexuales con el presidente.
Más adelante en la investigación, Monica entregó el famoso vestido a la Justicia, que usó una prueba de sangre del expresidente para comprobar que una de las manchas era de su semen.
Las grabaciones llevaron a que Starr decidiera indagar la relación entre el exmandatario y la joven. Meses después entregó un informe al Congreso, que dio inicio a un juicio político (impeachment) contra Clinton.
INVESTIGACIÓN
Antes de llegar a Lewinsky, Starr indagaba al entonces presidente Clinton por otro escándalo, conocido como Whitewater, relacionado con inversiones inmobiliarias, y por las denuncias de acoso sexual por parte de una exfuncionaria, Paula Jones.
Fue en esa última pesquisa en la que Lewinsky fue contactada por primera vez por la Justicia para dar un testimonio sobre Clinton, en el que negó haber tenido una relación con él.
Antes de declarar, la joven visitó la Casa Blanca por última vez y se reunió con Clinton, quien le instruyó a ser "evasiva" en sus respuestas.
Al recibir las grabaciones de Tripp, Starr decidió expandir el alcance de las pesquisas para indagar dicho affaire.
Posteriormente, el fiscal llamó a Clinton a testificar ante un gran jurado y el mandatario negó haber tenido una relación sexual con la entonces becaria.
Una semana después de su aparición ante la Justicia, el escándalo saltó a los medios de comunicación, cambiando para siempre la vida de Lewinsky y marcando la historia del país.
El 26 de enero de 1998, seis días más tarde, Clinton pronunció, acompañado de su esposa, Hilary, el ahora infame discurso donde negó haber tenido "relaciones sexuales" con Lewinsky.
Ese mismo año, meses después de que el asunto saltara a la luz pública, Starr entregó un informe final al Comité Judicial de la Cámara de Representantes sobre el escándalo, hecho público el 11 de septiembre.
En diciembre, la Cámara de Representantes decidió votar para abrir un proceso de impeachment a Clinton por dos cargos: mentir ante un gran jurado y obstruir la Justicia, en el segundo juicio político de un presidente de EE.UU., tras el de Andrew Johnson.
Tras escuchar los testimonios, en un proceso que no involucró a Lewinsky a pesar de que se sopesó la posibilidad, el 12 de febrero de 1999 el Senado votó en contra de destituir a Clinton; 55 senadores lo declararon no culpable de perjurio, mientras que 50 lo absolvieron de obstrucción a la justicia.