Inquietud frente a la corrupción
Chile logró 67 de 100 puntos en índice internacional de percepción de probidad. Sin embargo, hay señales preocupantes. La participación ciudadana pidiendo información, los protocolos en las empresas, el control comunitario, pueden ayudar a resguardar la institucionalidad.
Buenas noticias se conocieron ayer para Chile. En el Índice de Percepción de la Corrupción 2022, el país aparece con 67 puntos de 100, ubicándose en un lugar destacado entre 180 naciones, liderando a las Latinoamericanas junto a Uruguay. Se trata de una alegría, porque más allá de todos los problemas de desconfianza en las instituciones y denuncias públicas conocidas, la situación interna sería bastante menos grave, desde una perspectiva internacional.
Sin embargo, pese a esa mirada optimista, los analistas explicaron ayer que hay un estancamiento en los últimos cinco años en esta medición. No se retrocede, pero tampoco avanza desde 2017 y eso es riesgoso, según establecieron. Más si se considera que varias normas en la materia siguen esperando en el Congreso, que el crimen organizado muestra presencia con fuerza y que instituciones cono el Consejo de Defensa del Estado y la Fiscalía Nacional han levantado voces de alerta respecto de lo que sucede en los municipios: un 52% de las comunas enfrenta alguna causa relacionada con actos reñidos con la probidad, según antecedentes entregados a mediados de enero.
En conversación con www.soyvaldivia.cl María Jaraquemada, directora de Chile Transparente, explicó la importancia de hablar sobre estas temáticas, reforzar las instituciones y educar en la materia, porque las acciones incorrectas se cuelan tanto en la actividad pública como la privada: contratación de cercanos, circulación ventajosa de información, uso de bienes empresariales o fiscales para fines que no son los establecidos, cambio de datos, aceptar regalos, "todo lo que implique usar poder en desmedro de otros", especificó y ahondó en lo importante que es generar en las empresas códigos de ética, protocolos y normas de conducta que todos conozcan y respeten.
En lo comunitario, Jaraquemada enfatizó en la importancia de la participación ciudadana, pues si las personas están presentes en los procesos, preguntan, se informan, piden antecedentes a través de Transparencia aumentan también las fiscalizaciones y el control. Es una forma de contribuir desde lo cotidiano a que la probidad crezca y la institucionalidad se fortalezca. Si eso sucede, el espacio de la confianza pública queda menos desprotegido.