Una tarde conversando con Jorge Teillier en Cabildo
Historia y literatura, y sobre todo la experiencia de Jorge Teillier, aparecen en "El mundo donde habito" (Ediciones UACh), una compilación realizada por Ana Traverso.
Cada día nace un lector de Jorge Teillier (1935-1996). Su poesía de palabras sencillas y hondura insondable toca profundamente a quien se asoma a ella. Pero el poeta enterrado en La Ligua no escribió solamente versos. "El Mundo que habito" (Ediciones UACh), a cargo de Ana Traverso -en su estudio, selección y notas- entrega 600 páginas de los artículos que publicó el poeta en diversos medios escritos, en forma de columnas, críticas y crónicas.
Traverso, doctora en Literatura y académica de la casa de estudios de Valdivia, hace más de dos décadas publicó también "Prosas" (Sudamericana), que hoy se convirtió en una versión ampliada con "El mundo donde habito".
Ana Traverso alcanzó a compartir con el poeta en 2 ocasiones, "la primera vez más como estudiosa que como fan o seguidora. Corroboré si el material que yo tenía era suficientemente acucioso", recuerda.
En el prólogo la académica menciona que Teillier se ganaba la vida por su escritura en prensa, aunque para Traverso era más que un tema de dinero: "Imagino que le gustaba, hay varios trabajos que son de largo aliento. Orientó su preocupación por la literatura, pero también su gusto por la investigación. Buscaba ampliar el círculo de lectores". Para ello, desarrolló una prosa que Traverso define como "conversacional. No es muy rebuscado, no son frases largas. Pareciera estar conversando".
Monólogo
Parte de esa conversación es hacia sí mismo. Al reseñar dos traducciones de Dylan Thomas, escribió algo que se podría aplicar para su propia obra: "En un principio la tarea del poeta es recuperar lo irrecuperable. Recuperar los dominios perdidos, de la infancia y juventud…"
Para Traverso, "la gran mayoría de los textos funciona así. No es un espejo, pero logra darle a los personajes que retrata algún matiz. En Ray Bradbury ve cierta amenaza del futuro, por ejemplo".
"En general las entradas si bien no están atravesadas por cosas evidentemente biográficas, son bien personales y logran rescatar de estos autores aspectos que le interesan. Uno dice '¿qué tiene que ver Teillier con Pablo de Rokha?'. Pero es uno en el que más enfatiza. Hay cierto dolor, cierta coherencia con la literatura, cierta marginalidad", acota.
Hernán Valdés, escritor fallecido hace poco, que compartió con Teillier escribe en "Fantasmas Literarios", la inclinación del poeta "por los escritores menores". Para Traverso, "están los poetas olvidados, están los poetas de regiones, hay muestras de poesía que son los no conocidos, como los poetas de la universidad. Está el esfuerzo por hacerlos visibles, pero me parece que recoge también a los súper destacados, a los muy reconocidos, a los canónicos, pero hace una lectura marginal de aquellos. Lee a Nicanor Parra como poeta lárico por los poemas y no por los antipoemas; hay un gesto de leer a contrapelo, de leer no de la forma más evidente, no necesariamente como los autores quieren ser leídos", anotó Valdés.
Y pese a ese lazo con la literatura local, en este compilado también se abre a textos programáticos, como "Los poetas de los lares", clave para entender su obra poética.
Para Traverso, allí Teillier "intenta desmarcarse. Piensa la literatura un poco más allá de los criterios etarios y los nacionales. Piensa el arraigo y la identidad de una forma más global".
En la frontera
Todo lo anteriormente mencionado refiere a escritos vinculados con la literatura, y si bien hay otra sección destinada a las "picadas", lo que más sorprende de esta compilación son los textos con carga histórica que desarrolló Teillier. Ahí Traverso detectó el asunto étnico: "Teillier trata de ver el territorio en términos multiculturales. En ese sentido está super vigente su lectura. No se hacía de esa manera en esa época, tanto en su poesía como en los textos históricos que apuntan a descubrir la frontera. Teillier apunta a la relación entre las etnias. La suya es una zona de conflictos raciales, políticos, por la tierra. En fin, en ese tiempo los problemas tenían que ver con la reforma agraria. Aparecen sobre todo en los años de la Unidad Popular. Visibiliza también lo mapuche, que no aparece visibilizado en la zona: esa es su preocupación", asevera.
La especialista en Teillier dice que el poeta, además, busca las miradas de los viajeros respecto del territorio.
"Da cuenta y cuestiona el lugar de los colonos, se hace cargo del conflicto", remata.
Como Jorge Teillier vivió mucho tiempo en Lautaro, pudo también entender a cabalidad la vida en La Frontera.
En el aspecto de la historia, reflexiona Traverso, "hace una lectura a contrapelo. Por ejemplo, recupera a Nicolás Palacios, un autor super racista, con una teoría descabellada, que sin embargo pone en un lugar muy alto al araucano. Y eso, Teillier, lo encuentra interesante. Toma textos que no están necesariamente en el canon de la historiografía, los lee de una forma curiosa".
Estos textos son publicados en la revista de ferrocarriles, "En Viaje". "Son textos turísticos. Por ejemplo, da cuenta de cómo cambia la zona, que es algo que parece en su propia poesía", detalla la académica.
La segunda vez que Traverso vio a Jorge Teillier, "fuimos a conversar con él a Cabildo, recorrimos los bares de ese pueblo de la V región. Allí confirmé lo que ya se sabía: que este poeta era bueno para la conversación, simpático, encantador y muy generoso con su tiempo, con ganas de conocer gente, conversar, de entregar miradas, lecturas. Eso que lo mantuvo joven lo mantuvo siempre. Trataba de interesar al otro en este amor, en esa mirada por la literatura", recuerda Ana Traverso.
Tras este libro, ya no podemos llamar a Teillier solo poeta. Ni siquiera escritor, porque Traverso prefirió definirlo "sobre todo como un pensador, como una persona que pensó la época en que vivió, más allá de la literatura".
teillier retratado en la línea del tren por su amigo de tardes conversadas, el fotógrafo jorge aravena llanca.
"El mundo donde habito"
Jorge Teillier.
Ediciones UACh
672 páginas
$21.900
Por Cristóbal Gaete
"Era bueno para conversar, simpático, encantador y muy generoso con su tiempo, con ganas de conocer gente, conversar".
jorge aravena llanca