Prevención y convivencia vial
El lamentable fallecimiento de un joven ciclista en Valdivia, obliga a revisar medidas pendientes sobre camiones en las calles.
En 2022 hubo 1.745 personas fallecidas en accidentes de tránsito en el país. De ellas, 61 eran ciclistas y del total de lesionados graves por la misma causa (8.531 nacional), 521 se trasladaban en bicicletas. Las cifras corresponden a la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) y evidencian que las calles están lejos de ser un lugar sin riesgos para quienes usan medios distintos al automóvil.
Esa realidad se hizo presente en Valdivia hace pocos días, cuando el joven deportista Kevin Cisterna Shwencke (19 años) fue arrollado por un camión que salía del Puente Pedro de Valdivia.
Tristemente, lo sucedido no es aislado. En enero pasado otro hecho similar ocurrió en Avenida Picarte, cuando un camión con acoplado dobló hacia calle Mackenna y golpeó al pedalero Javier Campos Barra (29) , quien falleció a consecuencia del impacto. En agosto de 2019, Fernanda Gutiérrez Miranda (21) murió en similares condiciones, en Las Ánimas.
Esos casos -y otros- obligan a revisar las normas para el tránsito de vehículos de alto tonelaje por vías de la capital regional. La alcaldesa Carla Amtmann dijo esta semana que existen conversaciones con el gremio de transportistas para fijar horarios y velocidad.
En rigor, una ordenanza municipal que fijaba 40 kilómetros por hora y establecía una ruta segura, ya fue acordada en 2019 entre ambas partes y debía regir desde marzo de 2020; sin embargo, la pandemia impidió su implementación. Ahora, la nueva administración debiera retomar esa posta, considerando que, en rigor, no existen muchas alternativas de calles para el traslado de cargas.
Por otra parte tampoco se debe olvidar que está pendiente una solución pedida por los mismos camioneros hace varios años, que es la instalación de un terminal o puerto seco, que permita a algunas de las máquinas más grandes no entrar al casco urbano.
Mientras esas acciones se implementan, la única manera real de prevención es respetar las normas (todos los involucrados) y estimular la convivencia vial efectiva; algo que evidentemente aún no sucede, aunque exista una ley que lo obligue.