(viene de la página anterior)
En su mayoría son hombres. Y en general, el promedio de edad es de entre 15 y 17 años, "han sido pocos los casos en que hemos recibido jóvenes de 14 años, por ejemplo", detalló.
Y si bien -dijo- no se observan cambios en el tipo de delitos por los que ingresan al CIP-CRC, sí se evidencia que a más temprana edad están en conflicto con la ley, "lo que nos ha desafiado a trabajar más profundamente en este cambio asociado a la forma, a la edad, al contexto socio comunitario en el que viven", sostuvo.
En 2002
En el balance, la directora señaló que "ha sido un transitar dentro de estos 21 años con hartos aprendizajes".
Comenzó a funcionar el 10 de junio de 2002, con el nombre de Centro de Rehabilitación Conductual COD- Cereco y dependiente del Servicio Nacional de Menores (Sename).
Aquello hasta 2007 cuando entró en vigencia la Ley de Responsabilidad Adolescente en todo el país, lo que significó cambios para el equipo, asociados a nuevas tareas en función de los procesos de los jóvenes.
A partir de esta ley, la institución, además, cambió su nombre y comenzó a llamarse Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado de Valdivia (CIP-CRC), y su dependencia administrativa se trasladó a la naciente región de Los Ríos.
"En el transcurso de los años hemos trabajado a pesar de los distintos fenómenos sociales que han impactado a nuestro país, por ejemplo, la pandemia, el estallido social, aunando los esfuerzos para seguir trabajando en el proceso de intervención y reinserción de los y las jóvenes y sus familias", relató.
Y si bien reconoció que el trabajo "no ha sido fácil", afirmó que "tenemos que seguir siendo facilitadores de procesos".
En esa línea, señaló que ha habido resultados positivos y otros no, mediante esta intervención con los jóvenes y sus familias, pero que esto responde "al trabajo con adolescentes que están en conflicto con la justicia, siempre esto va a representar un desafío permanente para nuestros equipos", dijo.
Hoy día -detalló- las fortalezas del Centro están en el conocimiento y en contar con un equipo multidisciplinario, integrado por trabajadores sociales, sicólogos, terapeutas ocupacionales, y con organismos colaboradores que apoyan la intervención, "creo que eso es una tremenda fortaleza y herramienta para un centro que trabaja con adolescentes en conflicto con la ley, porque esa es la base de la intervención y de poder ajustar un proceso con miras a la reinserción social, que no es fácil", expresó.
Con relación a la reinserción, dijo que ésta "siempre va a ser posible", en la medida que las instituciones focalicen sus acciones en ese objetivo.
Al respecto, explicó que la reinserción "no solamente es trabajar con el joven propiamente tal y entregarle diversas herramientas para que mejore su calidad de vida o se desempeñe de manera prosocial en la comunidad, tiene que ver también con un trabajo que se hace con las familias y a todo nivel".
Y agregó: "siempre hay opciones de reinserción, no es fácil, no todos los casos son exitosos, pero hemos tenido algunos emblemáticos los cuales nos hacen constantemente creer en esto".
Por otra parte, señaló que la estigmatización "siempre va a existir" y por ello esto es abordado con los jóvenes, específicamente, en materia de enfrentarse nuevamente a la comunidad luego de estar algunos años privado de libertad.
Intervención
Respecto de la intervención, María José Hewstone explicó que es personalizada y se ajusta a cada uno de los jóvenes.
"Es una intervención profunda y de largo aliento, sobre todo en los jóvenes que están cumpliendo condena. Trazamos un plan de trabajo a futuro, en el corto, mediano y largo plazo, pensando en el término de la sanción. Con los jóvenes de internación provisoria, que son aquellos jóvenes imputados, también trazamos un plan de trabajo pero que es más inmediato, pensando en que ellos todavía están a la espera de que el tribunal resuelva su situación", detalló.
En cuanto a las brechas, planteó que la institución apuesta a una mejora continua y que los jóvenes, en el tiempo, van cambiando, lo que va imponiendo nuevas demandas. "La adolescencia de hace 21 años es distinta a la de hoy, tiene otras características, por lo tanto, nos ha demandado al equipo de intervención capacitarnos, estudiar, perfeccionarnos en conocer cómo esta nueva juventud se comunica y procesa ciertas intervenciones", declaró.
Entre las iniciativas destacadas que se han desarrollado en la institución cuentan, por ejemplo, la impresión 3D, cuyo objetivo inicial de generar prótesis ha tenido un alto impacto. También, la colaboración con insumos a profesionales de la salud y bomberos en el contexto de la pandemia.
2024 es el año en que el CIP-CRC de Valdivia debería ser traspasado, en el segundo semestre, al nuevo Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil.
18 jóvenes se encuentran actualmente en el CIP-CRC, De ellos, 14 están en internación provisoria a la espera de que el tribunal resuelva su situación judicial.
10 de junio de 2002 comenzó a funcionar el Centro de Rehabilitación Conductual COD-Cereco, dependiente del Sename, y actualmente llamado Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado.