Nadie puede desconocer que en los últimos años la inseguridad pasó a ser la principal preocupación de los chilenos, que incluso cambiaron sus rutinas de vida para evitar ser víctimas del creciente número de delitos a nivel país. La sensación de las personas llega ser frustrante, y así por lo menos lo demuestran las encuestas públicas y en algunos casos las manifestaciones ciudadanas.

Para contrarrestar este problema a nivel país, está en proceso legislativo, un proyecto de ley que viene a modificar la ley orgánica constitucional de Carabineros de Chile para hacer viable, por norma, el aumento de la dotación de la policía uniformada con el propósito de superar el déficit de personal a nivel nacional.

El proyecto ingresado al legislativo, incrementa el número de efectivos en la institución, al reincorporar a personal en retiro aptos para cumplir funciones administrativas. Además, aumenta el porcentaje máximo de personal que puede ser llamado al servicio de 1,5% a 3%.

La medida busca tener mayor presencia de Carabineros en las calles para mantener el orden y hacer frente al delito, como también para disminuir la carga de trabajo del personal activo. Por lo demás, la norma pretende devolverle algo de tranquilidad a nuestros compatriotas en tiempos donde la delincuencia sigue al alza en cada rincón de nuestro país.

Al respecto, en mi posición de parlamentario, considero que la opción de aumentar la dotación de Carabineros, bajo la estrategia de reincorporar personal en retiro, va en la dirección correcta, por cuanto es personal calificado que conoce perfectamente las labores institucionales, lo que se traduce en ganar tiempo y ahorrar costos. Por lo demás, muchas veces se lo hicimos saber al Gobierno, la necesidad de buscar los mecanismos relacionados en esta línea, hoy se encamina a ser ley de la república.

Por lo pronto, espero que las autoridades no actúen con un criterio centralista, sino que la medida tenga un carácter equitativo, involucrando a las regiones. Nuestra Región de Los Ríos atraviesa graves problemas delictivos, y esto no solo afecta las zonas urbanas, sino también los sectores rurales.

Las Chilenas y los Chilenos no pueden seguir en la incertidumbre de ser afectados con el crecimiento de la delincuencia, por esta razón respaldo el proyecto de ley, porque es una medida concreta para ir frenando el accionar del delito.

La estadística indica que este año ha habido más donantes y una mayor capacitación de la red y manejo de potenciales dadores, pero el número de donantes por millón de habitantes no ha variado en los últimos años. Si se retrocede a las cifras del año 2006, teníamos 9,5 donantes por millón de habitantes y hoy, 10. Seguimos con una lista de espera de más de 3.000 personas que dependen de alguna máquinas para sobrevivir, en condiciones que no les permite realizar una vida normal, intentando respirar y disfrutar lo último que les queda de vida. Muchas de estas personas mueren en la eterna espera.

De acuerdo a la psicóloga María Bernardita Celis, académica de la Universidad San Sebastián, y quien cumple 16 años con un doble trasplante, no basta con preocuparse sólo de una arista del problema, cuando se debería estar trabajando en torno a la educación dando a conocer a las personas que el sistema de donación y trasplante es transparente, confiable y funciona bien en Chile. Que la donación, es una decisión libre de solidaridad que puede hacer alguien, para establecer que, ante una eventual muerte cerebral, desea salvar vidas de otros desconocidos sin nada a cambio. Esto se puede realizar de forma colaborativa en los colegios y en las universidades.

La misma experta dice que los trasplantados tienen también un rol dando a conocer cómo cambia la vida de quienes se someten a esta intervención, no sólo por esta oportunidad, sino porque somos unos agradecidos "que vemos la vida como un regalo que amamos más que antes y que desearíamos que muchos más tuvieran esta oportunidad".