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Educación y creatividad
El desarrollo del pensamiento creativo va alineado a que dejemos de hacer las cosas como las hacíamos antes, a que cambiemos, nos adaptemos, realicemos cosas nuevas y para ello se requiere tiempo y capacitación.
En este sentido la OCDE ha recomendado para Chile el pensamiento creativo en materia de capacitación docente. Es relevante que los profesores se capaciten y se orienten en la enseñanza de la creatividad, lo que permitiría que en largo plazo puedan integrarlo en varias otras disciplinas, no sólo en las artes y humanidades.
La prueba PISA de la OCDE, no sólo evalúa el desempeño escolar en matemáticas, ciencias y lectura, sino que realiza cuestionarios que permiten conocer e integrar otras materias, como la innovación.
En nuestra región debemos empezar a trabajar con fuerza en los colegios la innovación e integrarla a nivel primario, lo que se denomina el "pensar fuera de la caja", para que nuestros niños se adapten a un mundo que avanza rápido e interpreten experiencias de manera novedosas y significativas.
En esta línea, existen metodologías como STEAM, un enfoque pedagógico integrador, que fomenta el interés de los estudiantes en ciencia, artes, matemáticas y tecnologías, en la medida que desarrolla una variedad de habilidades importantes y que se basa en proyectos que promueven el aprendizaje empírico, a través de la resolución de problemas.
En Chile y en Los Ríos esta materia es parte del currículum, pero debemos reforzarlo en las aulas para que se aplique. Sólo así prepararemos a nuestros niños para que se adapten a un mundo que cambia, garantizaremos el bienestar estudiantil y fomentaremos la motivación por aprender.
Sabemos que esta es una perspectiva de largo plazo y hoy las metas del objetivo educacional 2030 con las que nuestro país está comprometido son escasas en su cumplimiento, porque seguimos con dilemas y vacíos efectivos en gestión, articulación y soportamos el déficit, que nos dejó la pandemia.
Dado lo anterior, se requiere directrices claras y con sentido prospectivo que apunten a aumentar la intensidad de un plan educativo donde se haga cargo no sólo de mitigar los efectos de la pandemia, sino que integre y compense aspectos esenciales e innovadores que permitan construir una estrategia educativa de desarrollo del país y donde las regiones integren aspectos no solo de contenidos curriculares, sino también del pensamiento creativo.
Nuestra región tiene ciertas fortalezas en este sentido y debemos ser más audaces, en empujarlas y promoverlas desde las distintas responsabilidades dirigenciales que nos toca representar.
Juan Manuel Taladriz Eguiluz. Consejero Regional de Los Ríos.
Inaudita y temeraria
Inaudita es la carta publicada el 26 de julio por la Dirección Jurídica de la UACh, en relación con el arbitrario despido del Dr. Jónatan Álzuru. Inaudita, porque nadie espera que una opinión institucional de esta naturaleza sea transmitida por la Dirección Jurídica, sino por el representante legal o por la autoridad competente, en este caso el director de personal.
La carta es también temeraria, porque el director jurídico se atreve a explicar las razones del despido: "cometer graves infracciones a los reglamentos de la Universidad, vulnerando además derechos de otros trabajadores". Sólo la grave crisis y deterioro en la aplicación de las normativas puede explicar que el director jurídico atribuya y califique actos de vulneración normativa a un trabajador. Dicha atribución sólo le compete a la Contraloría universitaria (y nunca por la prensa), luego de una investigación interna. Pero tanto en este caso, como en muchos otros recientes, es el director jurídico, quien dispone de la vida laboral de los trabajadores, atribuye faltas reglamentarias o califica intenciones.
Toda persona tiene derecho a ser investigada por órganos competentes e imparciales. A modo de ejemplo, se ha conocido en las últimas semanas, que la UACh no habría informado a la Contraloría de Educación Superior (CES), hechos esenciales sobre su situación financiera, materia que depende de la Dirección Jurídica y secundariamente de la Secretaría General. Lo anterior ha llevado a la CES a formular cargos en contra de la Universidad, por esta falta gravísima. Es de esperar que si algún día se investigan estos hechos, los responsables puedan gozar de un sumario objetivo realizado por la Contraloría universitaria, único órgano que puede sancionar faltas a la normativa, y no sean sometidos a ofensas públicas por parte del director jurídico de turno.
El despido del Dr. Álzuru a todas luces es un acto arbitrario, que atenta contra la libertad de opinión y afecta la libertad sindical. La carta de la dirección jurídica hace aún más evidente esta realidad.
Oscar Galindo V.