Fenando Henríquez Muñoz: En el cuarto aniversario de su partida
Este próximo 3 de agosto se cumplirá el cuarto aniversario de la partida de Fernando Henríquez Muñoz, quien abandonó el mundo terrenal en el año 2019. Nació el 16 de marzo de 1944 en el sector de Formio Chileno, en la comuna de Máfil y fue hijo de Juan de Dios Henríquez e Ida Muñoz, quienes también fueron padres de otros tres hijos: Guillermina, Juan Antonio y Alberto. Realizó sus primeros estudios en la Escuela Gabriela Mistral de Máfil y a muy temprana edad salió de su casa en búsqueda de trabajo. Su niñez fue muy dura y como la mayoría de los niños de campo, recorrió muchos lugares a lo largo del país para ganarse el sustento diario. Posteriormente, el 19 de abril de 1969 contrajo matrimonio con Digna Nauto Carrasco. Juntos formaron una hermosa familia y cuando finalizó su actividad laboral, en compañía de sus hijas y nietas se trasladaron a vivir al sector de Pelchuquín, donde tuvieron su propio paraíso familiar y sus cenizas descansan junto a los de su amada esposa. Durante su vida laboral, trabajó en las empresas Immar, CMPC y Asenav. A cuatro años de su partida, su familia señala que en ellos permanece vive su recuerdo, el de "una persona que en vida fue un gran y excelente esposo, padre, suegro y tatita. Cada día está presente en nuestras mentes y corazones. En estos días de lluvia se extrañan sus sopaipillas para el desayuno, sus tallas a flor de boca y sus bailes improvisados". Agregan que "son tantos los recuerdos, los valores entregados a cada uno de nosotros, sus hijas, nietas y yernos. "Rambito" como le decían sus compañeros de trabajo en Asenav, "Mister" como le llamaban sus cuñados, "Tatita" como le llamaban sus nietas, "Primo" como le llamaba su cuñada, descansa en su paraíso junto a su amada esposa Digna Nauto Carrasco, en su campo que tanto quiso. Sus cenizas están ahí y su presencia sigue junto a nosotros, a cada día y a cada hora". Con amor infinito, sus hijas Bristela, Jessica y Bella; sus nietas Deyannira, Anyelina, Lady, Deysi, Koda y Charlotte ; y sus yernos Luwing y Luis reafirman cada día que Fernando Henríquez Muñoz fue un gran líder familiar que "siempre estará en nuestros en nuestros corazones, ahora, en esta vida y en las que vienen, porque sonarán las trompetas y los muertos serán resucitados para no volver a morir. Ojo piojo, Huesito".
75 años de edad tenía Fernando Henríquez Muñoz, al momento de su deceso. Dejó el legado de un hombre de trabajo que guió a su familia y le entregó valores para siempre.