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el primer estudio de comportamiento lector en la región y eso generó una incipiente línea base. Sin duda que es necesario actualizar ese estudio, considerando todo lo que ha pasado en el último tiempo.
¿El estudio que menciona es concluyente en el sentido de que permite saber si Los Ríos está bien o mal en materia lectora?
-El del 2011 es un estudio que plantea que somos una de las regiones más lectoras del país. También hay un estudio financiado por el Fondo del Libro, publicado recientemente, que dice que el 58% de los consultados en la región reconoce que lee todos los días. En general, tenemos buenas cifras. El problema es que lo que abordamos con el Plan Regional de la Lectura no es necesariamente unidimensional. No podemos solamente abordarlo desde las cifras y desde un único punto de vista.
¿Cómo se puede entender eso?
-Es que, por ejemplo, podemos decir que somos 'más lectores', pero no necesariamente 'mejores lectores' a nivel de comprensión de lo que se lee. Eso también aplica al formato que no solamente es el físico. No se trata tan solo de si leemos o no lo hacemos, ni mucho menos de cuántos libros leemos. Hay que establecer una línea base de comportamiento lector y prácticas lectoras en la región, que permitan ir midiendo las acciones, pero también el impacto y los resultados. La medición es un desafío a nivel latinoamericano y en Chile está pendiente además actualizar un estudio nacional que se hizo en 2014.
¿El Plan Regional de la Lectura tiene una incidencia en los presupuestos asignados para el sector?
-Eso se ha hecho evidente, por ejemplo en la convocatoria del Fondo del Libro, donde se pide que las iniciativas propuestas deben estar cruzadas con el plan. Eso habla de un ejercicio de política pública y una hoja de ruta consensuada a nivel regional.
Elementos propios
El Plan Regional de la Lectura considera 19 compromisos y 52 acciones. Todo gira en torno a cuatro grandes ejes pertinentes a Los Ríos: articulación y gobernanza; equidad e inclusión; puesta en valor de los creadores y las producciones locales; y mediación.
¿Cuál es el más deficitario? Helen Urra responde: "En su momento fue muy preocupante el tema de la articulación y la gobernanza. Hemos trabajado bastante para revertir eso y hoy podemos decir que se han conseguido varios logros importantes, como la Mesa Regional del Libro y la Lectura, que sesiona una vez al mes desde 2017. La integran más de 50 personas y tiene la particularidad de que sesiona en comunas. Era una necesidad latente y se resolvió con una iniciativa de alto interés", dice.
Y agrega: "El otro elemento con el que estábamos al debe es el potencial creativo y el poner en valor lo nuestro, a nuestros creadores y los proyectos de nuestro territorio. Creemos que antes de leer autores de afuera, primero deberíamos leer a quienes son de la región. Queremos transformar a la Región de Los Ríos en un gran territorio lector, pero partiendo por lo propio".
¿Cuál es el diagnóstico en materia de equidad e inclusión?
-Ahí todavía estamos al debe en términos de cómo abordar la ruralidad, la interculturalidad e incluso la accesibilidad. Lo bueno es que vamos a mitad de la ejecución del plan, por lo que todavía tenemos tiempo para abordar aquello en lo que ahora nos falta abordar más y mejor. En términos generales, en lo que respecta a las acciones que propone el Plan Regional de la Lectura, hemos avanzado en un 51,9%.
¿Las seremias de distintas regiones comparten sus experiencias en relación al libro y la lectura?
-No sería pertinente decir que somos mejores que otras regiones. Lo cierto es que nos diferenciamos porque no solamente hacemos acciones o actividades, sino que más bien impulsamos procesos. Por eso nos interesan los seguimientos, el uso estratégico de los fondos y visibilizar el potencial creativo. A nivel nacional, estamos mencionados como un ejemplo a seguir. Eso nos llena de orgullo, porque le estamos poniendo sentido a las acciones.
¿De qué forma se han podido integrar miradas internacionales a un trabajo que tiene que ver principalmente con lo local, con las características propias de la Región de Los Ríos?
-El plan tiene un componente de formación a través de un seminario. Esa instancia es una punta de lanza para ir mirando otras experiencias nacionales e internacionales, que nos han permitido conocer tendencias y caminos a seguir. Esa exploración es muy interesante. No podemos estar en una burbuja, sino que más bien debemos estar atentos a lo que ocurre en el resto de Chile y el extranjero. El año pasado, por ejemplo, tuvimos un invitado de Colombia que de alguna manera nos inspiró y confirmó la relevancia que tiene nuestro plan. La lectura es un derecho humano y social. La palabra escrita y leída nos hace humanos, por eso el Plan Regional de la Lectura no se trata tan solo de si leemos más. Se trata, más en el fondo, de si somos más humanos en términos de relaciones y manejo de la violencia, entre otros temas. El tema va mucho más allá que solamente leer un libro.
¿Cómo la lectura se puede poner al servicio del bienestar de las comunidades y de las personas?
-La Unión en algún momento tuvo los niveles más altos de violencia intrafamiliar. En ese contexto y en el marco del programa Diálogos en Movimiento, que es parte del plan, se hizo un encuentro donde el libro y la discusión giró en torno a esa problemática en particular.
¿Cree usted que tanto la Política Nacional como el Plan Regional apuntan a revertir los déficit históricos en materia de libro y lectura? ¿O se trata más bien de problemas más recientes?
-Como institucionalidad existimos para el bien público y eso significa poner mucha atención a las necesidades, problemáticas, particularidades y potencialidades de las comunidades, de los territorios. En Los Ríos, lo interesante es que pasamos de una acción fragmentada y puntual a una lógica de procesos. Nuestras acciones son situadas en nuestro territorio, no traemos a alguien de afuera a reunirse con nuestra gente. Eso hace sentido a la territorialidad, a la memoria y a la pertenencia. Se están generando espacios que fortalecen lazos entre las comunidades y abren puertas al mundo.
Avances
El Plan Regional de la Lectura tiene un Comité Ejecutivo que lo integran representantes de diez instituciones públicas. Funciona en paralelo a la Mesa Regional del Libro y la Lectura, que integran representantes de librerías, editoriales, bibliotecas públicas, escritores, mediadores de lectura, etc. También existe una lista técnica llamada "Los Ríos Lee", integrada por 603 personas directamente relacionadas con el libro y la lectura. Otra herramienta son los llamados Territorios Lectores, identificación que se le entrega a las comunas en reconocimiento a su alto nivel de articulación y trabajo organizado. Valdivia y La Unión asumieron esa condición en 2017; un año más tarde correspondió el turno a Río Bueno y Los Lagos; y en 2019 fueron Llifén (Futrono) y Máfil.
La Mesa se caracteriza por sesionar en comunas. ¿Ello va de la mano con levantar información cualitativa o cuantitativa?
-El Plan tiene el gran desafío de la territorialización. Tiene que plantear planes comunales, a nivel de barrios y de colegios, que nutran al regional. Debe haber articulación. Se han creado mesas comunales, con un trabajo muy interesante en varias comunas. En ese sentido, las Bibliotecas Públicas juegan un rol fundamental en términos de convocar a las personas. Y las municipalidades también hacen un aporte importante. Es que buscamos, por ejemplo, cruzar la lectura con las ferias gastronómicas o con las ciencias. También son fundamentales las más de 400 Bibliotecas CRA que hay en la región. En rigor, se trata de un abordaje global.
¿Cómo ha sido la evolución en términos de cantidad de proyectos postulados al Fondo del Libro y la adjudicación de recursos para su ejecución?
-El gran valor de la Mesa Regional es que es un espacio de vinculación entre las personas. Es el lugar donde se están compartiendo experiencias y desde donde han surgido ideas de proyectos. Además, el Plan Regional plantea el uso estratégico de los fondos de cultura. En relación a resultados asociados al plan, tenemos buenas cifras vinculadas al Fondo del Libro. En 2019 se adjudicaron 5 proyectos, en 2022 fueron 38 y en 2023 fueron 39. Pasamos, de 2019, de tener una inversión de aproximadamente $45 millones, a tener en 2023 una inversión de $445 millones. En varios de los años mencionados hemos sido la tercera región con mayor adjudicación de fondos a nivel nacional, detrás de regiones mucho más grandes como la Metropolitana o la de Valparaíso. También destacamos que hasta la fecha hemos realizado 66 Diálogos en Movimiento con 1.545 participantes, más de 50 autores de Los Ríos y se han entregado 1.937 libros.
¿Cómo se vincula el quehacer de la Seremi de las Culturas con el trabajo del Gobierno Regional?
-La Política Regional de Cultura establece en uno de sus ejes estratégicos un plan regional de la lectura. Además apunta a fortalecer la asociatividad y la articulación. Incluso, busca visibilizar el potencial creativo de la comunidad creativa regional. Todo lo anterior se confirma en la nueva Estrategia Regional de Desarrollo, que considera un lineamiento específico que pone a la creatividad en el centro del desarrollo regional.
"En su momento fue muy preocupante el tema de la articulación y la gobernanza. Hemos trabajado bastante para revertir eso y hoy podemos decir que se han conseguido varios logros importantes, como la Mesa Regional del Libro y la Lectura".
"No sería pertinente decir que somos mejores que otras regiones. Lo cierto es que nos diferenciamos porque no solamen-te hacemos acciones o actividades, sino que más bien impulsamos procesos".
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