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tiene relación con la justicia social, que es algo que en términos personales y profesionales me ha movilizado en todos estos años de experiencia vinculada a lo social. Junto con ello, comprender la integralidad de las demandas y necesidades del pueblo mapuche, lo que no sólo radica en el resguardo de los derechos fundamentales, sino que también aspira a un desarrollo integral acorde a los tiempos actuales y respetando la cosmovisión sustentada en nuestros antepasados. Estos elementos me resultaron inspiradores y evidentemente es un desafío con una tremenda responsabilidad desde lo profesional y desde lo humano.
¿Cuáles son las principales demandas del pueblo indígena en la región de Los Ríos?
-La primera y más frecuente es la demanda de tierras, por pérdida territorial que se valida a través de artículo 20 letra a ó 20 letra b. Las principales situaciones y más contemporáneas tienen relación con los excesivos loteos en los sectores rurales en donde habitan las comunidades indígenas; hoy día, muchos de estos terrenos están en manos de privados y estos privados han hecho loteos para vender en pequeñas proporciones de tierras, por lo tanto, esa ha sido una preocupación constante de las comunidades respecto de cómo resguardar estos espacios, ante las consecuencias que tiene el aumento de personas viviendo en un espacio reducido, el aumento del consumo hídrico y otras afectaciones que claramente impactan negativamente en la relación de las comunidades con su entorno.
Mencionó la restitución de tierras y uno de los desafíos para este año, en el cual ha hecho énfasis el director nacional, es avanzar en esa línea, ¿cuántas tierras, a cuántas comunidades, se han entregado en la región de Los Ríos en los últimos cinco años?
-En los últimos cinco años se ha hecho solamente una compra, en enero de 2022 en la comuna de Panguipulli. No hemos tenido más compras, las últimas fueron realizadas en el año 2016, por lo tanto, el énfasis de esta dirección y del director nacional también es reactivar las compras para este periodo. Hoy día, estamos trabajando en procesos de tasación para cuatro comunidades indígenas que, esperamos, puedan pasar a negociación de compra para el año 2024. Esto habla efectivamente de compromiso del director nacional de reactivar las compras en Los Ríos y generar respuestas a las comunidades, estamos hablando de comunidades que desde 2002 llevan procesos de reivindicación, por lo tanto, han transcurrido más de 20 años en ese proceso.
¿Cuál es la demanda actual en la región de Los Ríos por tierras?
-Este es un número que constantemente va variando y va creciendo. Actualmente, tenemos 149 requerimientos de reivindicación de tierras por vía 20 letra b. De estos 149, hay 18 con análisis de aplicabilidad, 12 aplicabilidades otorgadas y 5 expedientes que tenemos en Fiscalía Nacional para revisión y que, finalmente, se determine si aplica o no la pérdida territorial. Tenemos 32 procesos en paralelo en revisión de carpetas para ir avanzando con los distintos informes. Es una demanda bastante alta, las prioridades están conversadas con el director nacional a fin de ir avanzando en una solución y priorizar a aquellas comunidades que están desde 2015 hacia atrás. Insisto en que la demanda crece todos los días, pero tenemos que generar un mecanismo de priorización que en este caso ha sido el orden de llegada del requerimiento.
¿Cuáles son las principales brechas que impiden ir avanzando más rápido en la restitución de tierras?
-Lo primero es la disponibilidad presupuestaria. Los terrenos hoy día están muy altos en su valor, la plusvalía de éstos ha aumentado en los últimos cinco años. Un predio que hace cinco años lo encontrábamos en diez o doce millones de pesos, hoy día perfectamente lo encontramos en 60 millones de pesos. Por lo tanto, la capacidad de compra, considerando que el presupuesto de hace cinco años y el de hoy día es el mismo, se ve estrechada por este aumento del valor de la tierra.
Lo segundo tiene relación con la dotación funcionaria, que en los procesos de los expedientes e informes que tenemos que generar para cada una de las solicitudes, resulta infructuosa, considerando que el equipo humano es acotado y que hay otras necesidades también que ir atendiendo. No todo es tierra en Conadi, por lo tanto, se tienen que atender los demás requerimientos y desde allí también nos vemos coartados en poder avanzar un poco más rápido en las gestiones.
¿Cuál es el proceso desde que llega un requerimiento de restitución?
-Generalmente, por oficina de partes las comunidades hacen ingreso de una carta que la redactan ellas mismas de puño y letra o la transcriben, señalando discursivamente cuál ha sido la pérdida territorial, el relato de la pérdida. Luego de eso, nosotros accedemos a la información, remitimos cartas para indicar el procedimiento a seguir; en este caso, para una reivindicación tradicional vía 20 B es solicitar un informe social que lo tenemos que hacer nosotros, un informe ocupacional y el informe jurídico. Después de elaborar esos informes se hace el memorándum que se deriva a Fiscalía para que ésta analice cada uno de los expedientes y ratifique la pérdida a la cual la comunidad está aludiendo, que generalmente está basada en un título de merced, y desde allí se genera el certificado de aplicabilidad, o de no aplicabilidad en el caso de que los estudios no sean lo suficientemente robustos para ratificar que hay una pérdida evidente de tierra.
También Conadi entrega apoyo en materia de riego y drenaje, ¿en qué consiste?
-Esto es para fortalecer programas de regadío en las comunidades. Muchas de éstas hoy día trabajan algún tipo de emprendimiento agrícola, ese es el fuerte dentro de la región como también lo es el turismo. Por lo tanto, vinculados a riego tenemos muchos requerimientos y los estamos trabajando año a año; para eso se abre un concurso de riego y drenaje, allí las personas y familias postulan. Está abierto todos los años, habitualmente en el mes de marzo se lanza el concurso para después hacer las respectivas ejecuciones.
¿Qué otros programas está ejecutando la Conadi en apoyo a las comunidades y personas individuales?
-Conadi no es únicamente tierras, es también resguardo del patrimonio y cultura indígena, por ello, desde la unidad de cultura y educación se apoya con subsidios para técnicos y profesionales indígenas, el fortalecimiento y protección del patrimonio y lengua indígena, entendiendo esto último como el factor determinante en la preservación de la cultura mapuche en particular.
Por su parte, la unidad de desarrollo apoya con fondos concursables para la habilitación de predios adquiridos a comunidades y parte de comunidades que requieran maquinaria, infraestructura agrícola, cierre de predios, entre otros. Desde acá, también se gestionan programas relacionados al micro emprendimiento indígena, y esperamos para el 2024 reactivar el programa de turismo y emprendimiento rural.
A nivel individual las personas gestionan su calidad indígena, solicitan apoyo en procesos de subdivisión de tierras indígenas, asesoría y defensa jurídica y un sin fin de otros requerimientos vinculados o no a lo que nos mandata la Ley 19.253, ya que Conadi es la institucionalidad de Estado que las comunidades reconocen como la encargada de acoger y dar respuesta a sus múltiples necesidades, por esto la importancia del fortalecimiento y normalización de la política indígena a nivel de Estado para que podamos gestionar más y mejor todas estas demandas.
En materia de habitabilidad también existen apoyos, ¿en qué consisten?
-Tenemos un programa nuevo, el cual ha sido altamente demandado y que se abrió el año 2022. Es para equipamiento básico para viviendas de personas adultas mayores. El año pasado se hizo un piloto de este programa, con un monto bien acotado, el cual se mantuvo durante 2023 con el mismo presupuesto; este año se adjudicaron 20 subsidios y nos quedamos con más de 150 postulaciones admisibles, y con un total de 450 postulaciones aproximadamente. Entonces, tenemos una demanda altísima, nuestros adultos mayores están realmente muy desfavorecidos; este programa de equipamiento básico tiene cosas mínimas que están requiriendo, como el recambio de su cama, el mejoramiento del sistema de calefacción que tienen en su vivienda, entonces, estamos hablando de un nivel muy básico en donde queda en evidencia el alto grado de vulnerabilidad y exclusión que tienen nuestros adultos mayores.
"Tenemos un nivel de requerimientos alto, con tiempos de respuesta extensos en donde necesitamos hacer más eficiente nuestros procesos, ampliar la dotación funcionaria y fortalecer la relación con las comunidades".
"Se ha ido congelando progresivamente el uso del idioma y las prácticas ancestrales Mapunche, al ser la lengua el principal transmisor de estos principios y valores resulta esencial la revitalización del Mapuche zugun".
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