teatro es un amor súper importante. Cuando no estoy dirigiendo, entonces estoy produciendo o mediando contenidos o simplemente viendo qué está pasando en un sector al que me interesa apoyar desde distintas trincheras.

¿Su formación en el teatro ha sido más bien intuitiva?

- De intuición hay bastante, pero también mucho de haber participado en una gran cantidad de talleres vinculados a temas como, por ejemplo, la dirección teatral. En su momento fueron instancias impulsadas por el Consejo de las Culturas y no me perdí ni una. Me reconozco como una persona muy insistente y porfiada con el teatro que es lo que más me gusta hacer. Soy una agradecida de tener amigos que son grandes actores chilenos y extranjeros y de haber sido capaz de generar una red de colaboración con muchas personas muy valiosas.

Usted destaca mucho el valor de personas comunes y corrientes de las cuales puede aprender...

- Insisto en que algo muy importante en mi carrera es haberme logrado vincular con personas que son muy generosas con sus conocimientos. Es que en mi camino también me he pillado con quienes están en una posición muy elevada y uno no alcanza a estar frente a sus ojos. Precisamente esos no son tan grandes maestros.

Con la comunidad

Durante su trayectoria profesional, Eugenia Fernández ha participado en programas del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (antes Consejo de las Culturas) como Acciona, Chile Más Cultura y Diálogos en Movimiento. Ello, dice, le ha permitido impulsar procesos creativos en colegios y colaborar con la circulación de obras literarias en sectores alejados en cada comuna de Los Ríos. También fue parte del proceso de Consulta Indígena para la creación del ministerio, con un trabajo local destacado a nivel nacional por su transparencia; y en Paillaco, se involucró en el plan piloto del programa Red Cultura y la creación del primer plan de gestión cultural participativo de la comuna.

Actualmente es una entusiasta integrante del equipo de gestión de la Compañía Abuela Poroto de los titiriteros Vicente Torres y Valeria Delgado.

"A veces no puedo creer que llevo tantos años de trabajo en los que me siento muy afortunada porque muchos artistas y elencos se me han acercado para mostrarme sus propuestas y ver las formas de sacarlas adelante. Con la Compañía Abuela Poroto comenzamos cuando los proyectos literalmente cabían en una maleta. Hoy tenemos que salir en dos autor para cargar todo la implementación necesaria para los montajes. Esa evolución es súper bonita. Es un crecimiento que, nuevamente, es producto de la generosidad de atrevernos a trabajar de manera desinteresada por una idea y por las repercusiones sociales que puedan ocurrir. Alguna vez pensé que yo no era de las personas con las capacidades para ganar fondos de cultura para financiar los proyectos. Hoy esa situación es completamente diferente y me siento orgullosa por ello".

¿Por qué siente tanta afinidad por el lado social de la creatividad?

- Tiene que ver con mi identidad. Vengo de una familia muy humilde, golpeada por la dictadura, con un tío que fue preso político y con mi mamá Ruthy que fue exonerada. Durante un tiempo tuvimos que vivir de la ayuda de Amnistía Internacional y de chica tuve compañeros de curso muy pobres, que venían de campamentos. Siempre me enseñaron que no había que perderse con eso del origen. Y que siempre iba a haber agua para echarle a la olla, por lo que siempre se iba a poder compartir lo poco y nada que tuviéramos. En los barrios está la creatividad, la unión, el potencial y la identidad. Y aunque hay mucha voluntad por salir adelante, también hay muchas necesidades. El contraste por la marginación es muy fuerte y por eso las personas creen no merecer que una obra de teatro llegue a sus comunidades. Simplemente no se sienten parte del resto.

el gran desafío

En mayo pasado, Eugenia conoció el quehacer de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Valdivia. El presidente de la institución, Roberto Paredes, la llamó por teléfono y le contó de un sueño: que los vecinos sean protagonistas de una gran gala cultural. Antes de siquiera entrar en detalles, él le dijo que tenían en mente hacer un musical y ella pensó casi de inmediato en "La pérgola de las flores", la célebre obra de Isidora Aguirre musicalizada por Francisco Flores del Campo. El punto de partida fue la autogestión de un financiamiento al que posteriormente se sumaría la Municipalidad de Valdivia y el Gobierno Regional de Los Ríos.

"El proceso general ha sido muy intenso. Estamos todos muy sorprendidos por los resultados que tenemos hasta el momento, que viene del trabajo de un elenco comunitario que asumió un tremendo desafío artístico", explica.

"La pérgola de las flores" tiene como protagonistas a todos quienes, a través de un casting, demostraron tener ganas y habilidades para el teatro. Así de simple. En el entrenamiento de cada cual ha sido fundamental la labor del actor Pier Santana y de un equipo donde también se cuentan la música Beatriz Hermosilla, la diseñadora de vestuario y escenografía Juan Lizaso y de un ensamble de cuerdas dirigido por Hernán Carrasco.

¿Hay algún elementos que considere negativo en todo el proceso?

- Tal vez lo único negativo es que siempre vamos a estar cortos de recursos. De todo el resto estoy muy orgullosa, aunque reconozco que me preocupa qué pasará con el grupo de actores y actrices que ahora se están formado, posterior al estreno de la obra en septiembre en el Teatro Regional Cervantes. En relación a los desafíos solo puedo decir que 'La pérgola' es una obra muy ambiciosa, muy difícil de hacer, entre otras cosas, por su larga duración. Frente a eso optamos por un montaje con las escenas uno y dos del primer acto, con un inicio y un cierre bien bonito. A futuro, con el elenco nos gustaría hacer el montaje completo y presentar la propuesta como corresponde. Y estamos apostando a cosas más grandes: queremos que eso ocurra por ejemplo para el aniversario de Valdivia como tremendo aperitivo cultural al lado del río. ¿Para qué vas a querer ver fuegos artificiales si tienes a un grupo de vecinos capaces de hacer 'La pérgola de las flores'? Una gran meta es conseguir que gracias a esta experiencia, sea creado y funcione de manera permanente un elenco de teatro comunitario de Valdivia apoyado financieramente por las autoridades.

¿La versión local de "La pérgola de las flores" es por lejos el proyecto más ambicioso y desafiante al que se ha integrado?

- Tengo la fortuna de ser parte de un equipo de artistas muy comprometidos y de jóvenes músicos que decidieron unirse al proyecto para engrandecerlo. La comunidad en general, desde distintos medios, está trabajando junta. Por eso es que siento necesario, más que los aplausos y el reconocimiento público el día del estreno, que se nos apoye para darle continuidad de un proceso que ha sido muy enriquecedor. Nuestra metodología está siendo sistamatizada. Vamos a generar un documento para que a futuro, si alguien más quiere hacer algo parecido, pueda contar con un antecedente previo. Considerando todos los elementos expuestos es que efectivamente puedo decir que 'La pérgola de las flores' es el proyecto más ambicioso en el que he tenido el privilegio de estar.Todo lo que estamos haciendo es muy bonito y grande. Una de las claves es que georreferencialmente hablando, este proyecto abarca mucho territorio y muchas capacidades.

¿Gracias a todos los hitos de su carrera, cómo podría evaluar el posicionamiento del quehacer cultural comunitario en general?

- Sigue habiendo una distancia muy grande, por ejemplo, con la academia que, con sinceridad, pueda valorizar el conocimiento que existe en el territorio, a los cultores tradicionales y la experiencia de los oficios.