Cambio de hora y centralismo
Adelantamos los relojes para usar mejor la luz natural, pero no en todas las regiones esta fórmula es eficaz realmente.
Cambia la hora. A medianoche hay que adelantar los relojes, para iniciar el sistema de verano, que alargando períodos con luz natural, permitiendo -hipotéticamente- cumplir la meta de reducir el consumo de energía eléctrica.
Si se alcanza ese último objetivo no resulta tan claro. Sabemos que lo hacía en 1968, cuando un trabajador de Chilectra (la antigua empresa generadora de electricidad a nivel nacional) sugirió este sistema de cambiar horarios y el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva lo instauró como norma; pero no queda claro si ahora, 55 años después, se justifica.
Lo que sí está muy analizado es que estas alteraciones artificiales de disposición del tiempo y las actividades, son perjudiciales para la salud humana. Se afectan los ritmos de sueño, se acelera el metabolismo, se debe realizar un gran esfuerzo de acostumbramiento que pasa la cuenta al cuerpo y al entorno. Múltiples estudios avalan las desventajas y varios gobiernos han impulsado iniciativas para analizar la situación; pero nadie decide terminar el proceso. Lo que sí se anunció, en agosto pasado, es que el horario de verano que empieza hoy sólo regirá hasta abril.
Para la doctora Claudia Torres-Farfán, especialista en cronobiología y académica de la Uach, ante el nuevo horario lo más importante es mantener las horas de sueño y acostumbrarse lentamente a un nuevo ritmo; también tomar conciencia de la importancia de la exposición a la luz solar. En entrevista con www.soyvaldivia.cl la especialista explicó que las reacciones no son iguales para las personas que viven en diferentes regiones y lamentó que esas realidades diversas no sean consideradas. "Las decisiones se toman desde el norte, no consideran nuestros períodos de luz natural. En el sur, a medida que se acerca el verano, se oscurece vez más tarde y eso no se contempla…".
Más allá de las convenciones formales, a las cuales las personas se adecuan finalmente, esta coyuntura horaria debiera fomentar una reflexión sobre el centralismo aplicado y sus consecuencias de más largo plazo sobre la calidad de vida de las personas.