En qué pensamos cuando alguien nos habla sobre patrimonio. Muy probablemente lo primero será un museo, una antigua casona o quizás construcciones u obras artísticas desaparecidas. Pero como a muchos otros conceptos, se le ha ido dando nuevos significados. Entonces cambia también esta mirada que nacía desde las academias y los estudiosos y entonces, se resignifica cuando las comunidades otorgan valor a lo cotidiano que ha estado siempre en sus vidas y que se ha transmitido por generaciones. Los distintos tipos de saberes que dan identidad a un grupo de personas o a un territorio.

Desde esta amplia mirada, la Asociación Patrimonial Cultural de los Ríos (APC ) , fundada en el año 2019, nace con un primer objetivo que es la administración y gestión del Teatro Cervantes, ícono patrimonial y cultural de la ciudad de Valdivia. Pero, además, por su carácter regional también integra el apoyo al teatro Galia de Lanco, la Casona de El Llolly en Paillaco y otros espacios históricos de gran valor en los Ríos. Su directorio, en que están representadas las comunas de la región, la educación, las empresas, las artes escénicas y otros; y el equipo de trabajo conformado por su director ejecutivo y los funcionarios, son quienes llevan a cabo el cumplimiento de los objetivos para los cuales esta institución ha sido creada.

No es nada fácil, en un país en vías de desarrollo, en el que subsisten grandes carencias en materia social, poner en valor el patrimonio cultural, no parece prioritario invertir en arte y cultura. Sin embargo, nada tiene más valor para las personas que aquellos aspectos que le dan identidad a sus comunidades y territorios.

En esta contradicción vital navegan todas las instituciones, organizaciones públicas y privadas dedicadas al fomento, desarrollo y protección de la cultura, las artes y el patrimonio, trabajando arduamente para que el derecho de acceso a estas manifestaciones que tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos, se materialice.

Beatriz

Hermosilla

Integrante directorio APC y gestora cultural

Vivir juntos

Estamos ad portas de que se cumpla un año desde que la inmensa mayoría de nosotros rechazó el intento de poner fin a la República y a la Democracia Representativa, iniciativa que fue propiciada por quienes hoy siguen intentando gobernar, entre los cuales hay diversos personajes, algunos muy desorientados y otros muy incompetentes. También están quienes los acompañan bajo el pretexto de que los dividendos y las cuentas hay que pagarlas.

Estamos también ad portas de que se cumplan cincuenta años desde que las FFAA y Carabineros derrocaran al gobierno encabezado por Salvador Allende. Aquel 11 de Septiembre puso fin a más de cuarenta años de desarrollo democrático, marcó el fracaso del experimento de la Unidad Popular y dio inicio a la Dictadura de Pinochet.

Considerando ambos eventos, resulta evidente, quizás hoy más que nunca, que ni Allende ni Pinochet deben ser ejemplos a seguir. Tal como lo dijera el Cardenal Silva Henríquez: "Chile tiene vocación de entendimiento, no de enfrentamiento".

En este contexto, el Consejo Constitucional no puede ni debe elaborar un Proyecto como el "evacuado" por la Convención. No es hora de darse gustos ni de plasmar en el texto constitucional normas impertinentes, como por ejemplo aquello de consagrar a la cueca y al rodeo chileno como el baile o el deporte nacional.

A mi juicio, la gran pregunta que debe responder el Consejo Constitucional es la siguiente: ¿Queremos vivir juntos? Suponiendo que la respuesta es afirmativa, lo que deberían hacer es concentrarse en elaborar un sistema normativo que favoreciera la gobernabilidad, fortaleciera la democracia representativa, asegurara los derechos esenciales y sancionara efectivamente el uso de la violencia en política.

Si no somos capaces de ponernos de acuerdo en estas cuestiones, de suyo básicas o fundamentales, nuestro futuro será cada vez más incierto. Más de alguien podría tratarnos, con razón, de "pelotudos".

Jorge Vives Dibarrart Abogado jevivesd@gmail.com

UACH, 69 años

Miro desde el presente los inicios de la gran obra del Dr. Eduardo Morales. Quedamos pocos de aquellos tiempos. Algunos se alejaron de Valdivia y otros emigraron de la vida. Pero vivieron, junto a los que quedamos, una época hermosa de mucho esfuerzo y esperanzas.

Algunos creyeron en el sueño creador, otros dudaron y no pocos se opusieron. El tiempo alegró a quienes creyeron, despejó las dudas de los incrédulos y silenció a los otros.

Han pasado 69 años y la UACH está viva.Los tiempos no son fáciles en tiempos de un mundo lleno de conflictos y de un Chile que sufre por su convivencia alterada.

La UACH vive una crisis consecuencia de errores en su administración y de la falta de compromiso con la vida institucional de algunos que la han habitado y la habitan.

Se cumplen estos 69 años con dolor, angustia y esperanza.

Desde mi retiro recuerdo los hermosos años de sacrificios y expreso mis anhelos de vida larga y fructífera a esta hermosa creación.

Omar M. Henríquez F. Padre Fundador UACH

Falta de empleo juvenil

Recientemente me encuentro cesante y se me ha hecho imposible encontrar trabajo. Desde que comenzó agosto he dejado currículum en diversas tiendas e incluso en la página OMIL de la ciudad de Valdivia. Pese a que Valdivia es una ciudad turística y muy hermosa, actualmente encontrar trabajo para quienes siempre hemos vivido en esta hermosa localidad sureña es cada día más complicado y se hace difícil poder vivir de nuestro esfuerzo honesto.

Al momento, las únicas respuestas que he tenido frente a mis solicitudes han sido que hay muy pocas ofertas laborales; que, los puestos de trabajo actualmente están ocupados por estudiantes universitarios o personas que han migrado a nuestra localidad.

¿Cómo es posible que quienes hemos nacido y crecido en esta ciudad, que la sentimos nuestra, no podamos ocupar un puesto laboral? ¿Tendremos los valdivianos que migrar a otras ciudades? ¿Es justo que quienes ya tenemos a nuestra familia aquí, tengamos que pensar en esta posibilidad?

Sería importante que nos apoyemos entre nosotros como ciudadanos y como comunidad que somos. Le hago un llamado a las autoridades, empresarios y a la comunidad en general para que a los jóvenes nos tomen en cuenta y nos den la oportunidad de contribuir al desarrollo de esta ciudad que amamos.

Alejandra Duarte Alumna 2° Ciclo "C" Instituto Tecnológico del Sur