están enfocadas a desincentivar el exceso de consumo y de demanda en general, ha logrado que la demanda también revierta y hoy día estamos en una situación donde hemos sentido que la economía se ha ido apretando un poco más, pero eso ha permitido que ésta vuelva a niveles normales y con ello ha ido eliminando presión sobre la inflación.

Por lo tanto, el tema inflacionario se va solucionando y en parte importante porque hemos logrado que los desequilibrios de la economía vayan desapareciendo.

¿Esta situación actual se ajusta a lo que se había proyectado o hay sorpresas?

-Una de las noticias buenas de este IPoM es que la economía ha evolucionado, en términos generales, de acuerdo a lo previsto. Eso es muy bueno porque quiere decir que el tratamiento que le estamos dando a esta enfermedad está funcionando. Uno puede hacer el siguiente símil: si usted tiene fiebre, el doctor le va a recetar un medicamento, la va a volver a revisar después de una semana, probablemente usted va a tener aún fiebre pero menos, y a pesar de ello el doctor va a estar contento porque el medicamento está funcionando como él pensaba que tenía que funcionar; en ese sentido, este reporte es positivo, porque muestra que la economía evoluciona de acuerdo a lo que se preveía y, por lo tanto, genera mayor confianza en que vamos saliendo de este problema de mayor inflación.

Usted lo decía, uno de los diagnósticos es que la inflación presenta disminuciones, pero sigue alta, ¿en qué plazo estimativo se podría estabilizar?

-Esperamos que a mediados del próximo año la inflación se encuentre en torno al 3 por ciento; ese es el objetivo de nivel inflacionario que busca el Banco Central, ya que es un nivel adecuado a la realidad económica nuestra.

El Banco Central ha informado que la economía no crecerá este año, ¿cuáles son las principales razones?

-Después de una economía que mostró amplios desequilibrios asociados a un crecimiento por sobre su capacidad potencial, y a un crecimiento de la demanda incluso superior al crecimiento de la actividad, era necesario disminuir los niveles de demanda y, en ese contexto, era necesario que la economía se fuera ajustando. Por lo tanto, es bueno desde ese punto de vista que este año tengamos un crecimiento que va a ser levemente negativo, entre -0,5 y 0%, porque eso muestra que los desequilibrios que llevaron a una inflación muy alta están desapareciendo. Queda un poco de camino por hacer, por esa razón todavía es posible que la economía no retome niveles de crecimiento altos en los meses que siguen, pero sí pensamos que entrado el próximo año la economía va a tener capacidad de recuperar niveles de crecimiento coherentes con su capacidad.

¿Qué factores podrían favorecer ese crecimiento hacia el próximo año?

-Debemos tener en consideración que Chile es un país pequeño y muy abierto al mundo, por lo tanto, lo que pase en el resto del mundo nos influye. Y, en ese sentido, hay que reconocer que la situación externa no es particularmente dinámica, tenemos a las principales economías del mundo en un proceso de ajuste, porque también tuvieron el problema de alta inflación, y por lo tanto no van a crecer mucho, incluso pueden tener una pequeña recesión en lo más próximo; y por otra parte, nuestro otro gran socio comercial que es China también ha tenido un dinamismo menor al esperado. Entonces, creemos que el impulso externo de la economía va a seguir siendo acotado, tanto porque el crecimiento del mundo va a ser bajo como por el hecho de que las condiciones financieras van a seguir estrechas porque las principales economías del mundo siguen lidiando con el problema inflacionario.

Por el lado local, lo que vamos a ver son dos cosas. Primero, en una economía que está más ordenada desde el punto de vista fiscal y de inflación, a mayor certidumbre eso facilita el desempeño económico, tanto de la inversión como del consumo, entonces, hay una normalización asociada al buen manejo monetario y fiscal. Ahora, unido a eso, tenemos que considerar que estamos inmersos en otras discusiones que son relevantes y cómo éstas se lleven adelante va a tener un impacto en las decisiones de los distintos agentes económicos.

Hay elementos positivos que se han ido mostrando, por ejemplo, la inversión en proyectos más grandes, después de haber estado bastante deprimida, por lo menos en los catastros de la Corporación de Bienes de Capital muestra cierto repunte, en particular, en el sector minero y eso es importante, pero, como sabemos, la inversión no sólo depende de la política monetaria y de las tasas de ésta sino que también de una serie de otros factores que escapan al quehacer del Banco Central.

¿Entre esas discusiones relevantes que usted menciona están, por ejemplo, las reformas que está impulsando el gobierno, como de pensiones y Pacto Fiscal?

-Todas las reformas más estructurales, como las vinculadas a temas impositivos o pensiones, la misma discusión constitucional, evidentemente tienen consecuencias en las decisiones de los agentes. Entonces, la manera en que se desarrollen esas discusiones va a afectar la forma en que los agentes actúan. Pero son temas que trascienden por lejos el ámbito del Banco Central y nosotros no tenemos opiniones específicas sobre reformas particulares.

Que la economía no crezca este año, ¿en qué se traduce para el ciudadano, para el consumidor?

-Esto tiene de dulce y de agraz, pero claramente más de dulce. Después de una expansión desmedida de la economía, en particular del consumo, ha sido necesario ajustar esos niveles y a nadie le gusta ajustarse. Pero, por otra parte, y ésta es la más importante, ese ajuste es necesario para controlar el problema inflacionario, el cual sabemos ha sido particularmente difícil para las familias, especialmente para las de menores ingresos y, por lo tanto, si bien hay un costo asociado a aliviar este problema inflacionario estamos convencidos de que al final el resultados es positivo para la población.

El Consejo del Banco Central acordó reducir en 75 puntos base la Tasa de Política Monetaria, ¿a qué factores responde esa decisión?

-A medida que la economía se va equilibrando, o re equilibrando, la tasa de política monetaria también tiene que volver a niveles más neutrales o normales. Es natural que en este proceso las tasas vayan bajando de los niveles muy altos a los que llegaron hacia los niveles más promedios. Entonces, a qué obedece la baja, a que la economía ha ido evolucionando adecuadamente y el problema inflacionario se va resolviendo.

Sobre lo mismo, ¿cómo impactará en la vida diaria de las personas esa decisión del Banco Central?

-Tiene un efecto directo en las personas. Las tasas de los créditos van reaccionando también a esta baja de tasa del Banco Central. Las personas, obviamente, no se endeudan a la tasa de política monetaria porque es una tasa que apunta a un mercado muy específico que se llama mercado interbancario, pero esa tasa de alguna manera funciona como la base que determina las demás tasas; entonces, cuando la tasa de política monetaria baja todas las demás tasas tienden a bajar, proceso que se demora a veces un poco más o un poco menos, no es tan mecánico, pero nuestros datos muestran que eso ha ido ocurriendo; la gente está empezando a ver tasas más bajas cuando va a pedir un crédito, por ejemplo, al banco, y eso es válido no sólo para las personas sino que también para las empresas. La otra forma en que la gente lo siente, pero es más indirecto, es que a medida que se normaliza la política monetaria la economía retoma el dinamismo y va a ser más fácil encontrar trabajo, más fácil vender, y después de este ajuste la vida vuelve a una situación más normal, tradicional, ya no de ajuste. Y eso está ocurriendo.

"Esperamos que a mediados del próximo año la inflación se encuentre en torno al 3 por ciento; ese es el objetivo de nivel inflacionario que busca el Banco Central..."

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