Ucrania recibe primeros tanques Abrams y dice que mató a comandante de la flota rusa
GUERRA. El almirante Sokolov, jefe de la Flota del Mar Negro, habría muerto el viernes tras un ataque ucraniano a la base de Crimea. Zelenski valoró que EE.UU. cumpliera "acuerdo" de enviar los blindados para apuntalar la contraofensiva.
Ucrania anunció ayer la llegada de los primeros tanques estadounidenses M1 Abrams, justo cuando el Ejército ucraniano apura las últimas semanas antes de la llegada del mal tiempo para avanzar hacia el sur de la región de Zaporiyia, escenario de los combates más cruentos de todo el frente.
"Los Abrams ya están en Ucrania y se preparan para reforzar nuestras brigadas", escribió en Telegram el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que agradeció a EEUU "por cumplir los acuerdos".
Este lunes, The New York Times informó, citando a dos fuentes del Pentágono, que los tanques habían llegado "varios meses antes de lo previsto inicialmente y justo a tiempo para que Kiev los pueda usar para la contraofensiva".
El presidente de EEUU, Joe Biden, prometió en enero pasado 31 Abrams a Ucrania.
Ayuda militar
Ucrania espera la llegada de nuevos "paquetes de ayuda", señaló Zelenski, al hacer un balance de su reciente visita a Estados Unidos y Canadá.
"De Estados Unidos, artillería, la munición necesaria, municiones para HIMARS, misiles antiaéreos, sistemas adicionales de defensa antiaérea, vehículos tácticos", señaló, y destacó especialmente el acuerdo para la producción conjunta de armas con la poderosa industria estadounidense de defensa.
De Canadá, explicó, Ucrania obtuvo un compromiso de "asistencia a largo plazo en materia de defensa de 500 millones de dólares", en particular vehículos de evacuación médica.
"Algo así era hasta hace poco una fantasía. Pero será una realidad", agregó.
Mientras tanto, las fuerzas ucranianas mantienen la presión en la sureña región de Zaporiyia, con el fin de cortar el corredor terrestre ruso a la anexionada península de Crimea, particularmente en la localidad de Verbove, según el estadounidense Instituto de Estudios de la Guerra.
Por su parte, el ministerio de Defensa ruso aseguró haber repelido dos ataques ucranianos en torno a esta localidad y en tres localidades vecinas.
Intercambio de ataques
Con el fin de debilitar al contrincante en el frente, ambas partes atacaron nuevamente las retaguardias enemigas: Rusia atacó con misiles y drones contra la infraestructura portuaria de Odesa, en el mar Negro, mientras Ucrania hostigó con drones Crimea y el sur ruso.
El Ejército ruso lanzó un total de 19 drones kamikaze y 12 misiles, dos de ellos supersónicos, contra el puerto de Odesa, la mayoría de los cuales fueron interceptados por las defensas antiaéreas ucranianas, que no pudieron evitar que algunos alcanzaran la infraestructura portuaria, donde murieron dos empleados.
En el terminal de pasajeros del puerto de Odesa también sufrió graves daños un hotel emblemático de la ciudad que estaba cerrado, pero en el que habría militares ucranianos hospedados, según Rusia.
El vocero de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, informó de "un ataque masivo con armas de alta precisión y largo alcance y drones de asalto (...) Todos los objetivos fueron destruidos".
Ayer, inteligencia militar ucraniana aseguró que un dron ucraniano alcanzó un edificio del ministerio del Interior ruso en la ciudad de Kursk, lo que fue admitido por el gobernador Román Starovoit, aunque sin detalles.
Por otra parte, 34 militares rusos habrían muerto como consecuencia del ataque con misiles que Ucrania lanzó el pasado viernes contra la sede del Estado Mayor de la Flota del Mar Negro rusa, según aseguraron las Fuerzas de Operaciones Especiales ucranianas en Telegram.
Entre los muertos estaría el comandante de la Flota, el almirante Víktor Sokolov. Además, 105 "ocupantes" resultaron heridos en el ataque.