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los nuevos estudios y avances en los tratamientos, ahora tienen una supervivencia mucho mayor. Entonces, ha sido un gran desafío porque me ha tocado implementar distintas unidades, nueva tecnología, recurso humano, por lo que es un reto constante. Siempre hay cosas nuevas por hacer, con proyectos para ir avanzando en distintas áreas.
Así como tenemos la Unidad de Hemato-Oncología que ha tenido un muy buen desarrollo, y la Unidad de Paciente Crítico, antes también teníamos una Unidad de Neonatología, la cual el año pasado se independizó y se transformó en Servicio de Neonatología, lo que incluyó una remodelación que quedó muy acorde a los tiempos actuales. Fue como un hijo que entregué al hospital.
¿Cómo describiría a su equipo de trabajo?
- Todo lo que nosotros hacemos, y lo que me ha tocado hacer como jefatura, no lo habría logrado sin contar con el equipo humano que tenemos en el Servicio. Los pediatras en general nos caracterizamos por ser bien ordenados y seguidores de las normas, y eso permite que el trabajo sea mucho más grato. Las relaciones humanas en general son muy buenas, existe solidaridad, amistad en el equipo, y eso facilita mucho el trabajo. Todos tenemos una muy buena disposición, y yo diría que tenemos un personal de primera. Tenemos muy pocos conflictos.
¿Cuáles diría que son sus principales logros como jefa del Servicio de Pediatría?
- Uno de los logros es lo que mencionaba anteriormente, mantener un equipo cohesionado y que funciona muy bien, ya que han ido incorporando profesionales jóvenes y ahora tenemos un equipo multigeneracional.
Dentro de la pediatría hemos avanzado mucho, y sin duda que uno de los logros es ser el centro de referencia hemato-oncológico de la zona sur. La Unidad de Hemato-Oncología se remodeló con estándares muy buenos, en lo cual tuvimos ayuda de la Fundación Nuestros Hijos.
Otro logro es que la neonatología haya adquirido su propia autonomía con un servicio remodelado y funcionando muy bien. Lo otro es ir implementando una pediatría hospitalaria, que nos permite manejar pacientes de alta complejidad dentro del Servicio.
¿Cómo se gestó el reciente contratación de nuevos especialistas para Pediatría?
- Cuando empecé a trabajar en el Servicio de Pediatría, teníamos sólo un residente para todos los niños del hospital. En lo personal, hice turno durante 20 años en esas condiciones, con un médico único para todos los niños, lo que incluía atender a pacientes quirúrgicos, pacientes oncológicos, y recién nacidos, por ejemplo. Posteriormente, cuando se implementó la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico, ya fue insostenible tener un solo médico, y se logró tener un segundo residente. En la medida que pasaron los años, los pacientes que llegaban a la Unidad de Paciente Crítico obviamente tenían mucho mejores expectativas de sobrevida, ya que contábamos con más técnicas y más exámenes, todo lo cual requería que el médico de la UPC esté permanentemente ahí. Entonces teníamos una deuda con nuestros pacientes de camas básicas.
Se necesitaba un médico pediatra que se haga cargo de las 53 camas básicas del Servicio de Pediatría, para atender las 24 horas del día a los niños que están en cuidados medios y básicos. En un anhelo que teníamos hace mucho tiempo, y estamos muy felices de poder concretar a partir del 1 de septiembre, cuando nos entregaron los seis cargos de médico residente de piso de pediatría.
Con esto completamos el equipo de residencia pediátrica, que quedó mucho más completo con residencia en Neonatología, en UPC Pediátrica, y en las camas básicas del Servicio de Pediatría.
Concretado esto, ¿cuáles diría que son los principales desafíos que tiene el Servicio?
- Uno de los grandes desafíos es avanzar en el desarrollo de la hemato-oncología pediátrica, con la mirada puesta en más adelante poder hacer trasplantes, porque tenemos un equipo médico muy bueno. Se está haciendo en adultos, y sin duda que a mediano plazo es uno de nuestros anhelos.
Lo otro es el desarrollo de las Naneas, que son las necesidades especiales de atención de salud para niños y niñas, por lo que nos gustaría implementar una sala en que podamos recibirlos a ellos, ya que en las actualidad los atendemos en las camas básicas.
Otro de los anhelos, que no es particularmente del Servicio de Pediatría, pero sí tiene que ver con nuestros niños, es contar con una unidad de corta estadía para los pacientes de salud mental. Ese es otro de los grandes desafíos que tenemos.
¿Y en cuanto a materia de infraestructura y equipamiento?
- Este es un hospital antiguo, que creo que es el único recinto regional que no está regularizado. La infraestructura de este hospital simplemente no da más, por lo que para cumplir todos estos anhelos que mencionaba anteriormente, es fundamental tener normalizado nuestro establecimiento. Hay que trabajar en eso.
Virus respiratorios
¿Cómo vivieron el aumento de enfermedades respiratorias en niños que se registró a mediados de este año?
- De todos los años que trabajo, sabíamos que en la época de invierno se producía un brote de infecciones respiratorias, ya que el virus respiratorio sincicial nos aumentaba el número de ingresos. Es una historia que se repetía en forma regular, con un poco de mayor o menor intensidad, pero dentro de un rango que podíamos predecir y siempre nos preparábamos para eso.
Sin embargo, este año el brote que hubo de infecciones respiratorias excedió todo lo imaginable. Nunca había pasado en toda mi experiencia clínica, la intensidad con que se presentaron las infecciones respiratorias. La causa de esto, ya que pasó lo mismo en el hemisferio norte, es un poco la pandemia, ya que los niños estuvieron casi tres años encerrados sin tener contacto entre ellos, que son los principales vectores para transmitir los virus. Por otro lado, los virus probablemente se pusieron un poco más agresivos, por lo que la situación fue brutal.
Todo el hospital tuvo que movilizarse. Si durante la pandemia la UPC Pediátrica recibió pacientes adultos, en esta vuelta ocurrió lo contrario, ya que la unidad de paciente crítico para adultos nos facilitó camas para poder salir adelante. Fue muy violento, y el equipo tuvo que trabajar muchísimo para poder recibir a todos los pacientes que llegaban, y algunos llegaron muy graves. Tuvimos que hacer una reorganización, y estamos muy satisfechos por los resultados.
No tuvimos rechazos hospitalarios, tampoco tuvimos fallecimientos, y en sólo dos o tres casos tuvimos que hacer traslados a otros recintos. Esto requirió una tremenda organización, y agradezco al resto de los equipos que nos ayudaron a salir adelante en esto. Esperamos que esta situación no se repita el próximo invierno porque fue muy duro. Las aguas se han ido tranquilizando, a pesar de que aún estamos con un número de pacientes respiratorios más alto de lo que uno esperaría en esta época del año.
¿Se puede tomar alguna medida preventiva de cara al próximo año?
- Es muy difícil. Lo que vamos a hacer es lo que hacemos habitualmente, que es prepararnos para la Campaña de Invierno, y estar viendo la experiencia de lo que ha ocurrido en el hemisferio norte, donde la curva de los brotes de infecciones respiratorias están volviendo a ser como en los años anteriores, por lo que no debería pasar lo de este año. Ahora, en caso de que vuelva a ocurrir, ya tenemos la experiencia de este año para saber cómo reaccionar.