Juan Carlos HernándezG.

Entre el 27 de agosto y el 7 de septiembre de 1959, el Estadio Solder Field de la ciudad estadounidense de Chicago albergó los III Juegos Panamericanos. Un total de 2.263 deportistas de 25 países compitieron en 18 deportes y la delegación de Chile -con 99 representantes- ocupó la sexta ubicación general, con 13 preseas: 5 de oro, 2 de plata y 6 de bronce. Una de las medallas de bronce fue la del remo, en el bote 4 sin timonel tripulado por los valdivianos Jorge Contreras y Nelson Casanova, junto a Hugo Escárez y Galvarino Guianatti. Las delegaciones se hospedaron en la villa atlética instalada en el Campus de la Universidad de Chicago.

A poco más de 64 años de esa fecha, Jorge Contreras Valck rememora el 5 de septiembre de 1959, cuando se convirtió en uno de los valdivianos medallistas en Juegos Panamericanos. Tres años antes había sido deportista olímpico chileno en Melbourne 1956, junto a Juan Carmona y el timonel Eusebio Ojeda.

Después del logro de Contreras y compañía, pasaron 24 años para que el remo lograra un nuevo podio panamericano. Lo alcanzó en Caracas 1983, gracias al 8 con timonel de Giorgio Vallebuona, Zibor Llanos; los valdivianos Rodolfo Pereira, Marcelo Rojas y Alejandro Rojas; Víctor Contreras, Mario Castro, Carlos Neyra y el timonel Rodrigo Abasolo.

¿Cómo fue la experiencia en Chicago?

-En ese tiempo, la preparación física la hacíamos solamente en los botes. El entrenador era cualquiera de nosotros y nuestro entrenamiento consistía en dar vueltas a la Isla Teja. Antes de los Juegos nos concentramos en Iquique y ahí nos tomó el entrenador argentino Higinio Sevilla. En los Juegos actuales, la pista del remo fue muy linda. En Chicago era un canal de desagüe, uno levantaba una pala e imagínese con lo que se podía encontrar. En la final, Estados Unidos se fue adelante, después Argentina y se nos quiso meter Perú. Pero levantamos y llegamos terceros. Fue emocionante ganar una medalla en los Juegos Panamericanos.

¿Vio la competencia de remo de los Juegos actuales?

-Vi varias regatas, especialmente la del cuádruple par varones y las pruebas donde remaron los valdivianos. Y estoy feliz por sus resultados. El Estado ha invertido, tienen muchas más competencias internacionales, algo que nosotros no podíamos ni imaginar. Por eso son lindos los resultados que han obtenido.

¿Y qué le han parecido los Juegos en general?

-¿Sabe algo? Estoy fascinado y sorprendido, porque hay una infraestructura maravillosa en todos los deportes y eso me sorprende, porque estamos acostumbrados a hacer las cosas a medias. Los mismos deportistas extranjeros lo han dicho, que no pensaban encontrarse con este nivel de infraestructura. Y eso hay que aprovecharlo. La juventud está motivada y eso es algo maravilloso. No podemos desperdiciar esta oportunidad.

¿Cuál es su diagnóstico del remo valdiviano en la actualidad?

-Que se está quedando un poco atrás y se está metiendo mucho Concepción, que se ha transformando en una potencia. También falta que se concrete el proyecto de la pista olímpica de aguas quietas. Pasan y pasan los años y no se avanza.

"En la final, Estados Unidos se fue adelante, después Argentina y se nos quiso meter Perú. Pero levantamos y llegamos terceros..."

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Nacido en 1936 Jorge Óscar Sebastián Contreras Valck nació el 15 de octubre de 1936 y sus padres fueron Juvenal Contreras Calderón y Hertha Valck. Comenzó a remar a los 10 años en el club Arturo Prat, mientras acompañaba a su hermano René. "Un día faltó un integrante del 4, me dijeron si quería remar y no me sacaron más", recuerda. Más tarde sería seleccionado nacional a nivel sudamericano, olímpico y panamericano. Por motivos laborales (trabajaba en la Aduana), en 1960 fue trasladado a Aysén y dejó el remo a temprana edad, pese a que el entonces presidente de la federación remera le sugirió que se llevara un bote para seguir entrenando, ya que se acercaba un Sudamericano en Uruguay. Luego de su regreso a Valdivia continuó ligado al remo: fue presidente del club Arturo Prat y de la Asociación Regional Austral. Es padre de cuatro hijos, abuelo de 12 nietos y bisabuelo de 12 bisnietos.

En relación a las personas mayores, usualmente nos enfocamos a que estén sanas, sin enfermedades, pero el bienestar va más allá. Esto, porque el concepto de bienestar se utiliza para referirse al estado en que las personas sienten un equilibrio entre sus condiciones físicas, mentales y emocionales, con sentimientos de satisfacción y tranquilidad.

Sentirse bien tiene relación con el funcionamiento cerebral, lo que en esta etapa de vida es muy importante. Hasta hace un tiempo se pensaba que el deterioro neurológico era casi inevitable, pero hoy sabemos que el cerebro puede seguir cambiando y desarrollándose, generando nuevas conexiones neuronales y mejorar su funcionamiento con la estimulación adecuada. Se ha descubierto que, hasta edad avanzada, es posible aprender nuevas habilidades con práctica y ejercicio, contrarrestar deterioros relacionados con el envejecimiento y mantener un mejor funcionamiento cognitivo.

En este sentido, el ejercicio físico además es beneficioso, como caminar y nadar, ya que estimula la circulación y aporta mejor oxigenación a nuestro cerebro. Las relaciones sociales, las conexiones significativas con personas, sentirse apoyado y comprendido es muy importante. Se ha visto que pueden constituirse en un factor preventivo frente a enfermedades neurodegenerativas.

Sentirse bien en esta etapa, en equilibrio, se relaciona con tener un sentido en la vida, que nos mueva para activarnos y disfrutar cada momento. Entonces, la invitación es a prepararnos para vivirla en plenitud y a apoyar de manera integral a las personas mayores.

Mª. Cecilia Vargas V. Dir. carrera Psicología UST Valdivia