Partimos el año con buenas noticias, ya que la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento llegó hasta nuestra Región de Los Ríos y en una disposición de trabajo conjunto, decidimos abrir los espacios de nuestra sede del Consejo Regional para levantar el diálogo con las autoridades, dirigentas y dirigentes de nuestro pueblo nación mapuche, en una señal que también obedece al trabajo que venimos realizando como Gobierno Regional, con el objeto de levantar diversas iniciativas que permitan atender, en parte, sus históricas demandas. Esta instancia tiene una gran misión en nuestro país, es un camino de solución, político y transversal frente al histórico conflicto entre el Estado y nuestro pueblo mapuche.
Valoro fuertemente la construcción de esta comisión porque hay un giro objetivo, orientado principalmente al diálogo, en la forma en cómo se está abordando la situación en las diversas regiones de la zona sur. Se ha trazado un camino posible y esperamos que en esta región ese diálogo sea fecundo, sea un diálogo que alumbre formas de salida, especialmente porque nuestra región tiene una base sólida de entendimiento, que nos ha permitido trabajar de manera coordinada con nuestras autoridades ancestrales y establecer relaciones de confianza.
Este camino nos ha revelado importantes brechas, no sólo en lo que tiene que ver con la principal reivindicación, que es de tierras, sino que también en la aplicación de la política pública, que no siempre llega donde tiene que llegar; hay brechas en salud, fomento productivo, vivienda, conectividad, entre tantas otras. Es así, que desde hace un tiempo decidimos establecer una metodología de trabajo, con representación territorial, que nos permita levantar un plan de desarrollo integral, desde las necesidades priorizadas por las propias comunidades, capaz de convocar y coordinar a los diversos servicios públicos que tienen pertinencia en cada materia.
Hay mucha esperanza en los resultados de esta comisión, en sus manos hay una tarea inmensa, seguramente la tarea más importante que tiene el país durante este siglo, indudablemente no todo se podrá resolver de las diversas propuestas, pero sí construir un camino de entendimiento, que permita colocar la línea gruesa de una solución a mediano plazo. Tenemos esperanza en que el trabajo que estamos haciendo, sumado a lo realizado por esta comisión, que tiene una amplitud inmensa, una representación política y social absolutamente representativa, permita ser un sustento valioso para reparar aquellas heridas que aún permanecen abiertas entre el Estado de Chile y los pueblos originarios, especialmente con el pueblo nación mapuche.