del Señor

La solemnidad de este domingo, conocida popularmente como el "Día de los reyes", es una fiesta importante en el calendario litúrgico. En ella celebramos la manifestación de la salvación de Dios en Cristo Jesús a todos los hombres, pueblos y lugares. Contemplamos que toda la festividad navideña es manifestación: a los pastores, a los magos y al pueblo de Israel, donde Jesús desde niño va revelando su identidad: Hijo de David, Principe de la paz, salvador e Hijo de Dios.

El relato del evangelio de este domingo (Mt 2, 1-12) dice que Jesús ha nacido en Belén, la patria de David, no sólo por su descendencia, sino porque vino al mundo allí, tal como lo había profetizado el profeta Miqueas.

Este origen tiene un fin histórico doctrinal que puntualiza la vocación y la respuesta del mundo pagano, que acepta a Cristo frente al rechazo de los judíos.

Asimismo, la participación de los magos nos muestra un itinerario de fe, pues vienen de Oriente, piden ayuda para ser guiados por la estrella y adoran al niño Dios. En ellos constatamos las primicias de los pueblos y la humildad de los llegan a los pies del niño Jesús.

Hoy, los que están alejados de Dios, los que han perdido la fe o los que buscan a Dios se sienten interpelados en la actitud de los magos, porque quieren encontrarse con Dios, pero no lo ven.

Por eso, rescatar el sentido de la Epifanía no es, únicamente, tarea de los incrédulos, sino también de los que dicen creer. Por eso, por nuestra falta de fe, podemos quedarnos en la actitud hipócrita de Herodes, que finge ser piadoso, pero su corazón está lejos de los planes de Dios, porque ha rechazado el encuentro íntimo y personal con él.

"Rescatar el sentido de la Epifanía no es, únicamente, tarea de los incrédulos, sino también de los que dicen creer...".

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Si no hubiese sido porque una enfermedad se lo llevó para siempre el 31 de diciembre del año 2006, José Arnoldo Azócar Carrasco habría celebrado ayer 71 años de vida. Nació el 6 de enero de 1953 en Valdivia y fue hijo del matrimonio formado por Carlos Azócar Santana y Rosalba Carrasco. Durante su niñez y cuando la familia tenía su hogar en el pasaje Di Biaggio, en los Barrios Bajos de Valdivia, José Arnoldo Azócar Carrasco cumplió con su educación primaria en la histórica Escuela N°4, establecimiento que en esa época formaba parte del Grupo Escolar en calle Domeyko. Desde su juventud, José Arnaldo Azócar fue trabajador hospitalario, comenzado su labor como auxiliar de servicios del Hospital John Kennedy, ubicado en Avenida Pedro Montt. Posteriormente, continuó prestando servicios en el Hospital Regional, lugar en el cual trabajó hasta que debió jubilar a consecuencia de una enfermedad que le impidió seguir trabajando. En su vida familiar, José Arnoldo Azócar Carrasco contrajo matrimonio y formó su familia con Albertina Molina Lefiñir. Fueron padres de dos hijos: Nelson Osvaldo y José Marcelo, como parte de una descendencia traducida hoy a seis nietos y dos bisnietos. También, mientras vivió en los Barrios Bajos de Valdivia y desde su niñez mostró su inclinación e interés por el fútbol, afición que lo llevó a transformarse en un habitual protagonista de campeonatos locales de fútbol y beibifútbol, además de dirigente deportivo. Así fue como en el ámbito amateur defendió los colores del club General Bueras, como defensa y arquero. Además, fue integrante del Deportivo Servisalud en los campeonatos laborales y como dirigente, participó en la fundación del club vecinal Villa El Sol, a mediados de los años '80. Al cumplirse 17 años de su fallecimiento, su hijo José Marcelo Azócar Molina lo recuerda como un padre que, al mismo tiempo fue una persona estricta y un buen amigo. Exigente, pero a la vez empático y comprensivo. "Fue un buen viejo, confidente, buen consejero, esforzado y permanentemente preocupado del bienestar de su familia. Tenía un carácter alegre y le gustaba la música, al punto que durante su juventud tocaba guitarra y cantaba". Su hijo José Marcelo recuerda también que "era muy amigo de sus amigos, simpático y solidario, además de ser una persona muy humilde. Junto a él, no se pasaba penas" y luego agrega que "muchas veces lo acompañábamos cuando tomaba un bote y se iba remando desde los Barrios Bajos hasta la isla Sofía, o cuando viajábamos a jugar fútbol hasta Huellelhue o Antilhue. Son recuerdos imborrables". José Arnoldo Azócar Carrasco partió en su viaje sin regreso el 31 de diciembre de 2006 y su cuerpo descansa eternamente en los patios del Cementerio Municipal N° 1 de Valdivia.

31 de diciembre del año 2006 abandonó el mundo terrenal José Arnoldo Azócar Carrasco. Fue trabajador de la salud en los hospitales John Kennedy y Regional.

El jueves 21 de diciembre de 2023 se marchó para siempre el conocido ex funcionario municipal Luis Humberto Cerda Fuenzalida, quien nació en Valdivia el 20 de octubre de 1948 y fue uno de los ocho hijos del matrimonio formado por Luis Segundo Cerda Pérez y Emilia Fuenzalida Barros. Sus hermanos fueron Moisés, Eduardo, Marcos, Emilio, Gricelda, Ana y Verónica. Identificado con el barrio de Collico, Luis Cerda Fuenzalida estudió en la Escuela Normal de Valdivia y laboralmente se desempeñó en Ferrocarriles del Estado, la empresa Papelera y la Municipalidad de Valdivia hasta su jubilación, en el año 2019. En una primera instancia, contrajo nupcias con Patricia Mena Pereira y fueron padres de Loreto y María Victoria, con una descendencia prolongada a dos nietos. En este contexto, su hija Loreto señala que "fue un gran padre". Luis Cerda Fuenzalida incursionó en el mundo sindical, fue dirigente en la empresa Papelera e incluso desarrolló cursos de perfeccionamiento en ese ámbito, en Venezuela y EEUU. También, integró el directorio nacional de la Asemuch (Confederación Nacional de Funcionarios Municipales de Chile). A nivel laboral, en la Municipalidad de Valdivia y junto a su colega Javier Coronado formaron el Departamento de Inspección Municipal y también creó el Departamento de Bienestar, más tarde fue replicado en otros municipios del país. En sus segundas nupcias, entregó gran cariño y amor a su amada esposa María Viviana Montesinos Monzón durante 23 años, junto a las hijas de ella: Marcela, Cristina y Gabriela, como también a seis nietos que adoraba "y que ellos lo llamaban su Tatita, todas y todos quienes cuidaron de él hasta sus últimos días, con todo el amor que se tiene de un verdadero padre". Luego de su jubilación en la municipalidad, se dedicó a apoyarla en su emprendimiento y microempresa familiar dedicada a la elaboración de hongos silvestres comestibles. También, juntos fueron propietarios del Restaurant Caviahue, en el sector de Huichahue Bajo, comuna de Paillaco. María Viviana Montesinos señala que "como persona, fue un excelente marido, maravilloso, un amigo sensacional, muy preocupado de la gente y de sus colegas mientras estuvo trabajando. Fue muy preocupado de su familia, un excelente hombre" y agrega que "su fallecimiento es una pérdida muy grande para su familia, para sus nietos, hijas y para sus amigos. Donde él estaba, destacaba por su forma de ser: cordial, ameno e involucrado con la gente". Entre sus aficiones ocupó un lugar especial la plantación de árboles y flores. "Tenemos muchos árboles plantados por él. Una gran variedad de manzanos, duraznos, limoneros y perales. Tenía una mano divina: plantaba algo y aparecía de inmediato. También fue muy aficionado a las flores", recuerda su esposa. Luis Humberto Cerda Fuenzalida abandonó el mundo terrenal el jueves 21 de diciembre de 2023 y por su petición en vida, su cuerpo fue cremado.

21 de diciembre de 2023 se marchó de este mundo Luis Humberto Cerda Fuenzalida, quien fue funcionario municipal y dirigente nacional de Asemuch.