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¿Cómo fue la experiencia del postdoctorado en Noruega?
-Vivir en Oslo, tuvo de todo. Mucho aprendizaje personal y profesional. Al ser la primera no escandinava dirigiendo un estudio de intervención nutricional en el departamento de nutrición de la Universidad de Oslo, tuvo de dulce y agraz, tanto por parte del equipo, como participantes. Encontré un gran número de personas muy dispuestas a participar en el estudio. Siempre cuando les preguntaba, su motivación era "ayudar en el aporte de generar evidencia de calidad". A mí me impresionaba mucho esa conciencia de la población en general: estar muy dispuestos a participar de manera voluntaria para generar evidencia y ayudarnos con nuestras investigaciones de manera altruista. Eso aprendí de los noruegos. Ellos confían en su sistema y saben que, si está aprobado por un comité de ética, no hay ningún riesgo asociado a su salud al participar en estos tipos de estudios. Leen mucho de ciencia y les motiva ser parte de eso.
Pero, también me tocaron otros que no querían ser atendidos en inglés y pedían una nutricionista clínica noruega. Al principio era duro vivir ese rechazo, pero traté de tomármelo no personal y al final salió todo bien. Los noruegos -a mi parecer- son personas muy reservadas y socialmente muy fríos, pero una vez que entras al menos a un círculo social, son amigos muy leales. Aprendí mucho de esa experiencia, su rigurosidad y su forma de trabajar siempre basada en la confianza y que lo que uno dice y compromete es ley, que la palabra vale. Y creo que, si no hubiera tenido esa experiencia, no valoraría tanto estar de vuelta. La experiencia fue positiva.
¿En qué consistió el proyecto de postdoctorado?
-Mi postdoctorado fue financiado por un Programa de Investigación e Innovación del Horizon 2020 de la Unión Europea bajo la subvención de Acciones Marie Sklodowska-Curie y fue una tremenda oportunidad. Mi proyecto allá consistió en coordinar un estudio clínico llamado Omega-3 PT, estudio piloto de nutrición de precisión, donde se recogen muchas variables como antropometría, parámetros bioquímicos, actividad física, pero además involucra la nutrigenética, nutrigenómica, microbiota y metabolómica entre otras, para ver cómo el Omega-3 está afectando en la salud cardiovascular. La idea futura es identificar las variables que influyen en el consumo de Omega-3 y sus respectivos efectos en la salud, utilizando la inteligencia artificial.
ACTUALIDAD
¿En qué iniciativas y proyectos trabaja ahora?
-En cuanto a investigación, estoy en dos grandes proyectos que debo enfocarme en sacarlos lo mejor posible. El primero es cerrar los manuscritos con Omega-3 PT y otros estudios clínicos donde fui colaboradora. Y el segundo y personalmente más importante para mí, el estudio clínico en casa RIO-Study, con todos los desafíos que eso implica: motivar a la población, a las instituciones. Hemos estado poco expuestos a los estudios clínicos en Chile, sobre todo en Valdivia. Y eso sin duda nos deja una brecha muy grande para generar conocimiento desde nuestra información local y obtener resultados sensibles y aplicables a nuestra población. Pero eso también requiere un cambio de mentalidad desde la base. Como sociedad, debemos conocer la importancia de participar en estudios clínicos y así generar evidencia de calidad en casa, para nosotros mismos.
En RIO-Study estamos a la espera del comité de ética y si todo sale bien, esperamos empezar con el llamado público a participar desde el segundo semestre del 2024. El estudio se llevará a cabo también durante todo el 2025, donde esperamos recolectar todos nuestros datos.
Además de realizar labores de investigación, ¿qué clases realiza en la USS?
-Volví este año a hacer clases. Estoy con Metodología de la Investigación en cuarto año en la carrera de Nutrición y Dietética y la verdad es que siempre es rico volver al aula presencial. A mí, cada generación me marca mucho, puedo reconocerme muchas veces en ellos y eso es muy bonito. Lo que yo no tuve en la escuela que me formó -aunque les estoy eternamente agradecida- fue la mirada de investigación y en eso creo que aquí, los estudiantes tienen una tremenda ventaja, porque cada vez se están abriendo más instancias para que si quieren, puedan conquistar el espacio de investigación en nutrición. Y los que quieran clínica ciento por ciento, que está perfecto, que tengan igualmente las herramientas de investigación para impulsar el espíritu crítico y de búsqueda de conocimiento actualizado, que debe tener siempre un nutricionista.
Además, soy colaboradora del Doctorado de Enfermedades Crónicas de la Universidad San Sebastián, en unos módulos de fisiología de frontera. Este doctorado se imparte en Santiago, pero se está extendiendo a sedes regionales gracias a la tecnología, para que desde las regiones tengan la oportunidad de acceder a programas de calidad como éstos. Ser parte en la formación de postgrados como el doctorado, es otro desafío inmenso, que me llena de orgullo por la consideración a pesar de mi novel carrera, pero a la vez también una responsabilidad inmensa de darle a esos futuros doctores las herramientas acordes que ellos necesitan a su nivel educacional.
Investigación
¿Cómo se puede vincular la nutrición con la investigación?
-La nutrición es una ciencia y desde ahí, tiene todo el sentido del mundo investigar en nutrición y qué mejor que el profesional formado para eso, para conducir dichos estudios.
La vinculación entre la nutrición y la investigación es esencial para entender cómo los alimentos impactan en la salud humana.
Hay varios tipos de investigación en nutrición que son importantes.
En mi caso, me especialicé en estudios clínicos, que son estudios de tipo experimentales que buscan analizar de manera cuantitativa las intervenciones nutricionales.
¿Qué opinión tiene de la ciencia en Chile y los nuevos científicos?
-Tengo la mejor impresión de la ciencia en Chile, sobre todo por la calidad de los científicos chilenos. Creo que en general, en todo el mundo cuando salimos somos muy bien considerados, estamos muy bien formados y tenemos una gran capacidad de adaptación y trabajo. Y tengo aún mejor impresión de los científicos chilenos que deciden hacer ciencia en Chile, donde a veces por temas no científicos, como la burocracia o recursos, se atrasa la investigación.
La calidad de los trabajos que desarrollan los científicos en Chile no tiene nada que envidiar a países con más recursos, a pesar de las dificultades para acceder a fondos de financiación para llevar sus investigaciones. En mi opinión, la gran mayoría de científicos jóvenes que me he encontrado por el mundo y ahora en Valdivia desprenden muchísima pasión, rigurosidad y una alta calidad de trabajo.
"La nutrición es una ciencia y desde ahí, tiene todo el sentido del mundo investigar en nutrición y qué mejor que el profesional formado para eso, para conducir dichos estudios".
"RIO-Study busca generar evidencia de calidad en nuestra población respecto al Omega-3 y las enfermedades cardiovasculares, como también dar explicaciones a niveles de expresión génica...".
Viviana Sandoval Sandoval, Nutricionista y científica, valdiviana
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