Amable, colaborador, responsable y dueño de una innata alegría. Así recordarán en Paillaco al ex funcionario del DAEM, Adrián Alfredo Coronado Ibáñez, quien abandonó el mundo terrenal el reciente viernes 12 de abril de 2024. Nacido el 3 de noviembre de 1959 en Paillaco, fue uno de los siete hijos del matrimonio formado por Pedro Coronado Coronado y Lucila Ibáñez Sepúlveda y tuvo como hermanos a Carmen (Q.E.P.D.), Pedro, Ema, Olivia, Raúl y Rosario. Adrián Alfredo Coronado Ibáñez desarrolló sus estudios básicos en la antigua Escuela de Hombres N°12 (actualmente Olegario Morales Oliva) y la enseñanza secundaria en el Liceo C-13, hoy Liceo Rodulfo Amando Philippi, y aun cuando no realizó estudios superiores, desarrolló varios cursos que le permitieron perfeccionarse en sus responsabilidades laborales , buscando siempre caminos hacia la superación personal. Desde muy joven, Adrián Coronado se incorporó al mundo laboral, inicialmente como auxiliar de servicios en la oficina de Paillaco del Servicio Nacional de Obras Sanitarias (Sendos) y posteriormente ingresó a desempeñar una labor similar en el DAEM de la Municipalidad de Paillaco, desde el 3 de agosto de 1988. El 1 de marzo de 2009 asumió labores administrativas que ejerció hasta antes de su fallecimiento. Una de sus hermanas, Rosario, señala que fue un hombre ligado a la fe católica y habitual asistente a las misas de los domingos en la Iglesia Católica Nuestra Señora de Lourdes. Además, le gustaba mirar fútbol, deporte que practicó en su juventud. Participaba en las actividades con sus colegas del ámbito paradocente y en los desfiles escolares. "Era una persona muy alegre. Cariñoso, alegre y bueno para la talla. Además, crió a varios de sus sobrinos y siempre fue muy juguetón y cariñoso con ellos, dejando un hermoso recuerdo en toda la familia. Se nos fue un gran hermano, un hermano de corazón que siempre estuvo presente para ayudar o cuando se le necesitaba, sin meterse nunca en las situaciones personales. Para él, todo era bueno, no había nada malo", recuerda su hermana Rosario. Mientras que la Municipalidad de Paillaco decretó un duelo oficial de tres días por su fallecimiento y el alcalde Miguel Ángel Carrasco señaló que como funcionario, Adrián Coronado Ibáñez "entregó su vida a la educación pública de la comuna, siendo reconocido por su carácter amable, respetuoso y servicial". Los funerales de Adrián Alfredo Coronado Ibáñez se realizarán hoy domingo, en su Paillaco natal. A las 14 horas está programada una misa en la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes y posteriormente, su cuerpo descansará para siempre en el Cementerio Municipal de Paillaco.

64 años de edad tenía Adrián Alfredo Coronado Ibáñez, quien durante 35 años se desempeñó en el DAEM de la Municipalidad de Paiillaco, destacando por su responsabilidad.

El evangelio de hoy nos narra la aparición de Jesús resucitado, después de lo acontecido a los discípulos de Emaús (Lc 24, 35-48). Lo cierto es que nos surgen a los cristianos de hoy los mismos interrogantes y dudas que entonces: ¿Todo eso de Jesús resucitado no será una imaginación piadosa?

Preguntas tremendamente actuales en medio de nuestro proceso cultural de secularización, de las inseguridades y los miedos que nos afectan como comunidad de creyentes; el reto de tener que revisar y afrontar la imagen que tenemos de Dios y de su modo de obrar, que no coinciden con nuestras expectativas, procesos y ritmos; la responsabilidad de tener que seguir anunciando al Resucitado y seguir viviendo del Resucitado y como Él.

El evangelio de Lucas nos responde. La comunidad primitiva era como nosotros. Cuando Jesús se les presenta, la reacción es de asombro, miedo e incluso, la alegría posterior al reconocimiento los desborda y deja atónitos. Jesús está ahora vivo, es el mismo, pero no ya lo mismo. Tiene otro nivel de vida, de vivir su corporalidad y sus relaciones, lo que el evangelio de Juan llama su "glorificación".

Jesús resucitado les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras, y les dice: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén".

Tal vez, lo que nos falta a los cristianos y cristianas de hoy, a nuestras comunidades, es la capacidad de sorpresa, asombro y alegría por atrevernos a afrontar (porque se trata del reto de la fe) la realidad del Resucitado y la nueva vida que surge en nosotros de la comunión con Él en amistad y seguimiento.

"Tal vez, lo que nos falta a los cristianos de hoy, a nuestras comunidades, es la capacidad de sorpresa, asombro y alegría por atrevernos a afrontar la realidad del Resucitado...".

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El pasado jueves 11 de abril, de madrugada, a los 66 años de edad emprendió viaje hacia la eternidad el profesor valdiviano Pedro Arturo Matus Ulloa. El recordado y estimado profesional de la educación física nació en Valdivia el 8 de julio de 1957 y fue hijo del matrimonio formado por Godofredo Matus Cárdenas y Elsa Ulloa Bahamondes. Cursó sus estudios primarios en la Escuela N°3 y la enseñanza secundaria en el Liceo de Hombres de Valdivia. Entre 1975 y 1979 estudió en la sede Temuco de la U. de Chile y se tituló de profesor de Educación Física. Laboralmente, ejerció en el Liceo N°24 de Pitrfuquén, el Liceo B N°20 de Temuco, fue preparador físico de Green Cross Temuco, entrenador de la filial Temuco de Universidad de Chile, preparador físico de la selección adulta de básquetbol y la selección infantil de fútbol de Temuco. En 1983 ejerció como PF de Deportes Victoria. Entre 1984 y 1990 fue preparador físico de Club de Deportes Valdivia y entre 1988 y 1992 supervisor de ventas de Surdent Ldta.; y también PF de Deportes Temuco (1991) y Deportes Puerto Montt (1993). También fue profesor del colegio Windsor School de Valdivia y desde 1995 coordinador extraescolar de la Municipalidad de Valdivia. En su vida personal, en primeras nupcias fue casado con Helvia Cárdenas Veray de esa unión nacieron dos hijos: Vanessa y Pedro. Posteriormente, en el año 2013 contrajo nupcias por segunda oportunidad, esta vez con la también profesora Nancy Maragaño Agoni, quien fue su compañera hasta el último de sus días y a cuyos nietos José Tomás y Trinidad entregó todo su amor de abuelo. Su esposa Nancy Maragaño Agoni recuerda a Pedro Matus Ulloa como "un buen amigo, buen compañero, servicial, colaborador, amoroso y fanático por el fútbol. Preocupado por los suyos y por so comunidad del Deportivo Patria de Curiñanco. Pero por sobre todas las cosas, un excelente compañero de vida y un gran abuelo para mis nietos". Mientras que su hijo Pedro señala que su padre fue "un ser humano muy emocional, muy dedicado a su vida laboral, con una enorme vocación por lo que hacía. Tenía pasión por enseñar y aprender del mundo del deporte. Era muy empático, con una gran capacidad de ayuda, de entregar oportunidades a otras personas, siempre risueño, amable, con un corazón muy grande hacia la gente que amó y quiso mucho. Siempr estaba proecupado de fomentar los vínculo. Muchas personas sentían gran carino hacia él y él se dejaba querer". Afectado por dolencias físicas, su salud se vio deteriorada y había sido trasladado a un centro asistencial de Concepción. Los funerales de Pedro Arturo Matus Ulloa se desarrollaron ayer sábado, después de una ceremonia desarrollada en la Escuela de Música Juan Sebastián Bach. Su cuerpo descansa en el Cementerio Municipal N°1 de Valdivia.

66 años de edad tenía Pedro Arturo Matus Ulloa, quien fue un destacado profesor de Educación Física, preparador físico de Deportes Valdivia y coordinador extraescolar.