Declaraciones de senadora
En el crisol académico de las universidades chilenas, la libertad de cátedra resplandece como un faro de conocimiento, iluminando el camino hacia el debate, la diversidad de ideas y el progreso intelectual. Este principio fundamental, arraigado en la esencia misma de la educación superior, no solo es un derecho inalienable de los docentes, sino también una garantía para el florecimiento del pensamiento crítico, el pluralismo y la innovación.
Las recientes declaraciones de la senadora María José Gatica, que atribuyen la crisis de la Universidad Austral de Chile a una supuesta "ideología de izquierda", resultan indignantes y oportunistas. ¿Se desconoce la realidad de la UACh, su pluralismo y las tendencias mayoritarias a nivel de rectoría y directorio? Atribuir la crisis a "las ideologías de izquierda" parece más bien sintomático de una derecha ultraconservadora que ve conspiraciones comunistas por doquier.
La libertad de cátedra es la facultad de los profesores para enseñar y expresar libremente sus conocimientos y opiniones, y restringirla sería privar a la sociedad de la riqueza que emana del intercambio de perspectivas y enfoques diversos.
En un país marcado por la convulsión social y política, la universidad emerge como un espacio sagrado donde las ideas pueden fluir sin miedo a la censura o la represión. Preservar la libertad de cátedra es esencial para garantizar un ambiente de aprendizaje enriquecedor y plural, donde la verdad pueda emerger del diálogo y el intercambio de ideas.
En un mundo polarizado, las universidades chilenas tienen el desafío de fortalecer la libertad de cátedra como un baluarte de la democracia y el conocimiento, formando ciudadanos críticos y comprometidos con el bien común.
Juan Sebastián Guerra Sociólogo Seremi de Gobierno Los Ríos
Brecha en alimentación
En el mundo de hoy existe brecha de género en cuanto a la alimentación. Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a nivel mundial y en todas las regiones, la prevalencia de la inseguridad alimentaria es más elevada entre las mujeres que entre los hombres; es decir, el porcentaje de mujeres que no tuvieron acceso a alimentos nutritivos, inocuos y suficientes es más alto que en hombres, siendo este fenómeno permanente en el tiempo.
Es más, durante los años en que se vivieron los efectos de la pandemia de COVID-19 esta brecha aumentó, explicado por la mayor pérdida de puestos de trabajo e ingresos, aparejado al hecho de que las mujeres asumieron una responsabilidad mayor en lo relativo a las tareas no remuneradas (en el hogar o comunidad).
América Latina y El Caribe es la zona del mundo donde la brecha de género es mayor: la inseguridad moderada o grave fue, en 2022, de aproximadamente 42% en mujeres y 32% en hombres (últimos datos disponibles). Y tener en cuenta que esta brecha fue menor que los años inmediatamente posteriores al inicio de la pandemia.
En general, desde el año 2015 la inseguridad alimentaria ha aumentado en todo el mundo (excepto en América septentrional y Europa), afectando tanto a hombres como a mujeres, pero el hecho de que esta brecha de género exista nos debe llevar a reflexionar.
Dr. Javier Parada Director ICYTAL-UACh Investigador Responsable Proyecto FONDECYT N° 1241497
Menos infractores de ley
En las cifras entregadas en la cuenta pública 2023 de la Defensoría Penal Pública, se indicó que el número de jóvenes infractores de ley ha disminuido un 63% en los últimos 10 años. Esto constituye una excelente oportunidad para continuar avanzando hacia una intervención especializada que contribuya a disminuir la reincidencia delictual. En esa línea, celebramos la implementación del nuevo Servicio de Reinserción Social Juvenil.
Sin embargo, a un año y tres meses de la creación del servicio, en la práctica hemos visto pocos avances, cierta pasividad e incluso retrocesos. En este último ámbito, el único programa de formación laboral y apoyo a la inserción al empleo formal que existe en Chile para jóvenes que infringieron la ley, fue eliminado de la oferta programática del nuevo servicio.
Creemos que esto significa un grave retroceso. Hoy, es fundamental centrar la discusión en el bienestar superior de los jóvenes, quienes no pueden quedar sin oportunidades que les permitan reinsertarse en la sociedad a través del empleo.
Julio I. Cifuentes Silva Director ejecutivo Fundación Proyecto B